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Economía

La regulación de las 'stablecoins' avanza

El marco normativo para la utilización de las criptomonedas estables va ganando tracción a lo largo y ancho del globo

La regulación de las ‘stablecoins’ avanza

Unsplash.

Las criptomonedas estables, o simplemente, stablecoins, son un tipo de activo criptográfico cuyo precio refleja el de otra moneda, como el dólar o el euro. De este modo, aprovecha la eficiencia en costes y tiempos de la tecnología blockchain en cuanto a transacciones se refiere, pero se mantiene a salvo de la volatilidad de otras criptomonedas como bitcoin o ether. A medida que la adopción de la criptoeconomía avanza, también lo hace la popularidad y uso de este tipo de criptoactivo, que básicamente permite mover fondos de manera eficaz al margen de instituciones financieras convencionales, y cuya emisión funciona bajo unos mecanismos independientes a los bancos centrales.

Debido al planteamiento de estos activos criptográficos, no es de extrañar el creciente interés por regular su uso. De hecho, recientemente ha habido algunos acontecimientos algo contradictorios en EEUU, desde la sesión del Comité de Servicios Financieros de la Cámara la semana pasada hasta algunas propuestas de legislación que no llegaron a ninguna parte. Por su parte, a este lado del Atlántico, la UE aprobó con éxito la semana pasada el reglamento MiCA, que es un hito importante al sentar un precedente mundial para normalizar la utilización de este tipo de activos entre usuarios e instituciones emisoras y gestoras. 

El origen de las ‘stablecoins’

Las monedas estables son simplemente criptomonedas cuyo precio refleja el de una moneda fiduciaria, generalmente el dólar estadounidense. Las stablecoins nacieron como solución a la elevada volatilidad intrínseca del mercado cripto, ofreciendo así un activo a modo de refugio o hedge. Para ello, la solución es un activo digital cuyo precio representa el de monedas o activos igualmente reconocidos pero con precios más estables, como pueden ser monedas como el dólar o una cesta de varias divisas o activos como el oro.

Más allá de una razón puramente financiera, desde un punto de vista técnico, el uso de smart contracts para operar entre monedas fiduciarias y criptomonedas inicialmente no era posible e incluso hoy es terreno pantanoso, tanto por el propio planteamiento de estos contratos y su tecnología en redes aisladas, como porque los euros y dólares suelen estar custodiados en cuentas bancarias a los que los contratos inteligentes no tienen acceso, y todo ello implica una mayor complejidad y coste. Así, la utilización de stablecoins permite disponer de fondos menos volátiles dentro de la blockchain, y con ello tanto programar operaciones de compra-venta como proteger el capital en momentos de extrema volatilidad. Además, son muy utilizadas para sacar un rendimiento al capital depositado en forma de ingresos pasivos, pero sin estar expuesto a la variación de precios implícito en la inversión de una criptomoneda no estable. 

Uno de los retos principales de las monedas estables es determinar qué mecanismo utilizan para mantener su precio y una paridad lo más cercana a la ratio 1:1 con el precio del valor que las respalda. Es decir, cómo se garantiza que el precio de una moneda estable como Tether (USDT) o USD Coin (USDC) siempre sea de 1 dólar estadounidense (USD), o extremadamente próximo a ese valor. Entre los distintos tipos de stablecoins, principalmente existen las monedas estables colateralizadas por dinero fiduciario, por otras criptomonedas o activos, o stablecoins algorítmicas cuyo precio se determina y regula en base a un smart contract que aplica ciertas fórmulas matemáticas. Actualmente existen más de 85 stablecoins distintas, y su capitalización de mercado combinada supera los 130.000 millones de dólares.

Europa da un paso en firme con el reglamento MiCA

La semana pasada, el Parlamento Europeo votó de manera contundente a favor de la introducción de la regulación de los mercados de activos criptográficos, con 517 votos a favor, 38 en contra y 18 abstenciones. Además, también se aprobó la legislación para implementar la conocida como regla de viaje contra el lavado de dinero (AML) para activos criptográficos, con incluso menos diputados oponiéndose a ella. La legislación MiCA, cuyo acrónimo responde a Markets in Crypto Assets, y de la que se lleva hablando ya un par de años, cubrirá todas las criptomonedas y empresas que ofrecen servicios relacionados con las criptomonedas que no están incluidos en la legislación financiera actual. Según las normas, las empresas que operen en la industria criptográfica deberán cumplir con las reglas que cubren «transparencia, divulgación, autorización y supervisión de transacciones».

El objetivo de esta regulación es precisamente sentar unas bases comunes acerca de cómo los distintos países miembros de la Unión Europea deben abordar la creciente oferta de servicios financieros vinculados a los entornos criptográficos, ya que la laguna que existe actualmente es muy amplia. Concretamente, se espera que entre en vigor alrededor de julio de este año, con disposiciones relacionadas con stablecoins aplicando desde julio de 2024. Bajo este marco MiCA que será aprobado, un EMT, que responde a electronic money token, es cualquier token que busca estabilizar su valor referenciando el valor de una única moneda fiduciaria. De este modo, los tokens que caen bajo esta designación incluyen expresamente los citados Tether (USDT) o USD Coin (USDC) o el EUROC, que representa al euro. Los emisores de EMT deben tener ciertas reservas de capital propio y las «instituciones significativas» estarán sujetas a reglas adicionales y son reguladas por la Autoridad Bancaria Europea.

De este modo, es el primer reglamento que de forma expresa y oficial contempla la integración y uso de monedas estables en el tejido financiero, sentando con ello un más que interesante precedente a nivel internacional y que sin duda allanará su adopción.

EEUU muestra un posicionamiento desorganizado y hostil

Mientras que en Europa las cosas avanzan de forma lenta pero constante, el país norteamericano lleva varios meses mostrando posiciones opuestas con respecto a su visión ante las criptomonedas, y concretamente en materia de stablecoins, parece no haber un consenso entre los distintos organismos. La semana pasada fue presentada ante la Comisión una Resolución de la Cámara una propuesta de regulación para los emisores de las llamadas «stablecoins de pago», que incluyen tanto entidades bancarias como no bancarias, prohibió las stablecoins algorítmicas durante dos años y pidió un estudio sobre los posibles impactos de las CBDC. Cabe recalcar que tanto el euro como el dólar digital, ambas CBDC, avanzan en su diseño y desarrollo mientras avanza el marco regulatorio.

El progreso en la legislación de las stablecoins en la Cámara de Representantes estadounidense ha sido mínimo desde el fracaso del Stablecoin TRUST Act del año pasado, por lo que varios representantes sugieren que los legisladores «comiencen desde cero». Mientras tanto, figuras externas como Jake Chervinsky de la Asociación Blockchain trataron de ofrecer perspectivas positivas sobre la industria argumentando las oportunidades de las stablecoins. Según sus palabras, «dadas las políticas adecuadas, las stablecoins pueden revolucionar el sistema de pagos y reforzar la dominancia del dólar estadounidense». 

En cualquier caso, y a pesar de que las criptomonedas estables están en su mayoría emparejadas con el dólar estadounidense y esto puede reforzar en materia digital su posicionamiento como divisa internacional por excelencia, parece que la regulación y normativa para el uso de monedas estables va para largo.

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