'Memecoins': cuando las criptomonedas se visten de humor
Invertir en este tipo de activos desde un punto de vista de finanzas fundamentales es implanteable, ya que suponen un riesgo extremo
El mundo de las criptomonedas siempre ha sido conocido por su carácter innovador, disruptivo, volátil y, en ocasiones, impredecible. En los últimos años, el valor de bitcoin y otras criptomonedas ha fluctuado enormemente, lo que ha atraído tanto a inversores experimentados como a novatos, y con el tiempo, también a inversores institucionales que comienzan a confiar en esta nueva categoría de activos para incluirlos en sus carteras. Sin embargo, hay un tipo de criptomoneda que desde el inicio ha llamado particularmente la atención de muchos: las memecoins.
Nombres como Dogecoin (DOGE), Shiba Inu (SHIB), o recientemente, Pepe (PEPE), se cuelan en los rankings de las monedas con mayor capitalización de mercado o volumen diario de negociación, y con ello, hoy hay centenares de estas criptomonedas y algunas han llegado a valer más de 80.000 millones de dólares durante el mercado alcista de 2021.
¿Qué es una ‘memecoin’ exactamente?
Estos activos son generalmente tokens que nacen a raíz de una noticia, un mero tuit o como broma en respuesta a un acontecimiento mediático. Tras una bien orquestada campaña entre comunidades online, o incluso mediante una agresiva acción de marketing que incluye youtubers e influencers del sector, una criptomoneda es lanzada al mercado buscando una rápida revalorización gracias al factor viral propio de la era de las redes sociales e internet.
Aunque estas monedas digitales son similares a otras criptomonedas en el sentido de que utilizan la tecnología blockchain y se utilizan para transacciones en línea, no tienen propuesta de valor y su planteamiento y precios son muy difícilmente justificables desde un punto de vista racional ni fundamental. Son meras bromas manifestadas en forma de activo criptográfico, el cual cotiza de forma volátil a la suerte del mercado y sus vaivenes.
Aunque existen infinidad de ejemplos de memecoins, estas incluyen prácticamente cualquier criptomoneda que tenga nombre de animal, como Shiba Inu (SHIB), incluya mención al nombre de persona famosa, como Dogs of Elon (DOE) —en referencia a Elon Musk— o que rice el rizo sobre estos principios, como Floki Musk (FLOKI), que combina ambos factores. Cuando una de estas particulares monedas nace y alcanza un mínimo de popularidad, también es habitual que la memecoin original sea replicada a otra red de blockchain, como ARBINU, que no es más que un copia y pega de Shiba Inu (SHIB) en la red de Arbitrum. Con estos movimientos, se busca capitalizar las tendencias de mercado y captar a nuevos «inversores».
PepeCoin (PEPE), la ‘memecoin’ del momento
Esta criptomoneda fue lanzada a mediados de abril de 2023, y según su cuenta de Twitter, se define como «La memecoin más memeable que existe». Incluso agrega que «los perros ya han tenido sus sus días», haciendo referencia a otras memecoins populares como las mencionadas Dogecoin o Shiba Inu. En este caso, la moneda, su nombre e imagen hacen referencia a la Rana Pepe, un personaje de dibujos animados y meme de internet creado por el dibujante Matt Furie. Pepe fue diseñado para ser una rana verde con un cuerpo similar al humano, y es uno de los memes más populares del mundo. De hecho, ya en el entorno cripto la Rana Pepe dio lugar a una de las colecciones de NFTs más cotizadas, entendidas como una serie de obras de arte digital representadas en la blockchain que homenajeaban al popular personaje de internet hasta el punto que algunos de estos NFTs se han vendido por centenares de miles de dólares.
PepeCoin, en apenas un par de semanas ha llegado a colarse en el top 100 de monedas con mayor capitalización de mercado y superar los 500 millones de dólares, aupado por su inclusión en algunos los principales exchanges del mundo, tanto descentralizados, como Uniswap, como centralizados, como OKX, Gate, Huobi o Bitget. Actualmente el precio ha corregido de su máximo histórico de 0,0000015 dólares hasta los apenas 0,000009 dólares, mostrando de nuevo el precio irrisorio de estos particulares criptoactivos. Aun teniendo en cuenta la caída de aproximadamente un 35% desde sus máximos, el recorrido desde el lanzamiento de PepeCoin apunta a un retorno de unas 4.500 veces la inversión inicial de los intrépidos que surfearon la ola desde el comienzo. Incluso uno de los primeros inversores logró convertir 250 dólares en 1 millón en apenas unos días.
Inversión como deporte de alto riesgo
Especular con este tipo de criptomonedas a corto plazo y con una buena gestión del riesgo es parte de la estrategia de algunos intrépidos traders. También de algunos novatos afortunados que han sido capaces de capturar estas tendencias antes de su boom mediático, y con ello han conseguido multiplicar su capital por múltiplos absurdamente elevados en cuestión de pocos días. Ante todo, invertir en este tipo de activos desde un punto de vista fundamental es implanteable y suponen un riesgo extremo ya que el precio, ante la ausencia de valor, se sostiene únicamente por el impulso de la publicidad y las comunidades fanáticas en redes sociales que se refleja en la negociación de la criptomoneda.
De hecho, su precio es tan extremadamente volátil, que en el mercado cripto significa variaciones de un 300% o incluso 1000% en cuestión de horas, y la dirección de subida suele tornarse en fulminante caída. Y es que las memecoins están basadas en un meme, y su popularidad puede disminuir rápidamente si el meme o la tendencia pierden relevancia en la rápida cultura popular del entorno cripto. Esto puede hacer que el valor de la criptomoneda caiga en picado, lo que resulta en pérdidas prácticamente irrecuperables para los inversores.
Por último, a diferencia de proyectos de la industria cripto con algunos años de recorrido, el hecho de que cada memecoin sea una criptomoneda relativamente nueva significa que todavía hay mucha incertidumbre en torno a su futuro. Así, cuál patata caliente, las unidades de moneda van pasando de manos a manos hasta que deje de sonar la música, o en este caso, de sostenerse el precio de la criptomoneda.