Un asesor de Yolanda Díaz reconoce que los datos que da Trabajo no miden bien el paro
José Manuel Lago, uno de los artífices de la reforma laboral, admite que con 6,2 millones de personas no se pueden hacer políticas activas de empleo
De izquierda a derecha, Lago, Pereira, Pich, García Montalvo y Conde-Ruiz. | THE OBJECTIVE
El economista José Manuel Lago Peñas, asesor de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha reconocido que el actual registro del paro del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) «no es el mecanismo para medir el desempleo en España». A un año de la aprobación de la reforma laboral, y sin conocer todavía la verdadera cifra de fijos discontinuos, Lago, profesor de la Escuela de Relaciones Laborales por la Universidad de La Coruña, sostiene que, si bien «el paro registrado tiene otras funciones», la mejor manera de medir el desempleo es observar los datos de la EPA y de Eurostat.
Una opinión que también comparte para THE OBJECTIVE José Luis Fernández Santillana, director del Gabinete de Estudios de la Unión Sindical Obrera (USO), y para quien los datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) siempre han sido más fiables, y además son los que finalmente se envían a Eurostat. En su opinión, «el SEPE nunca verificó el paro como tal, ya que hay parados que no se inscriben. Y es por eso -subraya- que hay que reformular cómo mide el SEPE el desempleo y las diversas formas de estar parados: fijos discontinuos, disposición limitada, formación, pero todos parados».
Con motivo de los Encuentros sobre el empleo en España, Un año de la reforma laboral -organizados por el Consejo General de Economistas-, Lago aborda este asunto y defiende que es bueno poner este tema en el centro del debate, ya que no hay cambios normativos en el registro de trabajo.
Un debate que se extiende a la nomenclatura y composición de los fijos discontinuos -ya que alude a la negociación, la mejora de la norma y también la inspección de trabajo-, no sin señalar que, de manera cuantificada, la EPA sí lo hace. Pero este dato de fijos discontinuos -señala Lago- es menor de lo que puede parecer. Por lo tanto, sustanció, «sus efectos están muy matizados y, más bien al contrario, la reforma laboral -dijo- ha permitido que las actividades económicas con periodos estacionales tengan contratos de derecho».
La temporalidad del trabajo
José Manuel Lago, integrante también de la lista de Por Coruña, del 28-M -la candidatura de unidad conformada por Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde-, también se ha referido en este encuentro, celebrado el martes en la sede de CGE, a la tasa de temporalidad. Se trata de una variable, que según Trabajo, se ha conseguido reducir en el sector privado al 13,7%, frente a un 40% de antes de la reforma laboral.
De ahí que el asesor de Yolanda Díaz hable de «éxito inusitado» para referirse a la reforma laboral, apuntando además que la tasa de temporalidad en este terreno «es la mitad de la Unión Europea, la más baja desde 2011».
Frente a Lago, otro economista, en este caso, el subdirector de Fedea, José Ignacio Conde-Ruiz, parte de la base de que la reforma laboral de Díaz «es la mejor reforma de la democracia», en tanto en cuanto ha corregido algunos desequilibrios de la de 2012 y, por otra parte, no ha tocado el coste de despido de los indefinidos y mantiene los salarios. Ahora bien, se ha centrado en la temporalidad contractual, y aunque es evidente que algo ha cambiado -destaca-, ahora la temporalidad no nos deja ver la precariedad.
Mantiene el catedrático de Fundamentos de Análisis Económicos de la Universidad Complutense de Madrid que nuestra economía soporta el efecto calendario. Por eso crea y destruye mucho empleo, y de hecho seguimos con la misma creación y destrucción de empleo. Dicho de otro modo, que la reforma laboral no ha frenado ese problema, y eso se puede ver en los gráficos de Fedea, que recogen las tasas de transición trimestral desde situaciones de empleo en el trimestre T, a situaciones de paro en el trimestre TI.
La tasa de actividad
En el debate -moderado por el catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Pompeu Fabra y Premio Jaime I de Economía, José García Montalvo-, José Manuel Lago también defendió la tasa de actividad, «la más alta de toda la serie»; concretamente, una tasa de un 79,5%, es decir, en España hay 23.600.000 personas en activo«. Y quizá eso explique, colige el asesor de Díaz, que «con un millón más de empleos, sin embargo tenemos más paro».
Pero insiste Lago en que «nunca hemos tenido tanta gente activa y afiliada, y la economía, además, va mejor de lo esperado». Eso sí, admitió Lago, en 27 años vamos a ser el país más viejo de Europa junto a Italia y tenemos que captar inmigrantes.
Al otro lado de la mesa, y en presencia de Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas, Conde-Ruiz afirmó que con la reforma laboral se ha restringido mucho el contrato temporal, pero quizá la figura del fijo discontinuo está sirviendo para todos, con el consiguiente uso y abuso, de manera paradójica, de las prestaciones por desempleo, lo que revela una inestabilidad y una precariedad escondida.
Defiende Conde-Ruiz, y en contraposición con Lago, que esta crisis es distinta a la de 2011, porque ahora no se ha roto ningún sector y solo ha estado hivernando. Y ahí están los nuevos Ertes que han sido positivos. Pero eso no impide -continúa-, que desde mayo de 2022, tenemos 2,5 millones de fijos discontinuos, y además, se aprecia una altísima volatilidad cada mes.
Tanto que -recalca-, en opinión del subdirector de Fedea, aún estando ante la mejor reforma laboral de la historia de la democracia, «hay que mejorar las normativas; hay que introducir el bonus malo o introducir la mochila austriaca para que le dé estabilidad a los trabajadores, porque, de lo contrario -insistió- vamos a descubrir que va a haber un mayor consumo de las prestaciones por desempleo, por lo que hay que reducir la precariedad».
Las contradicciones del mercado de trabajo
En su última parte del debate, Valentín Pich señaló que «es evidente que España tiene el doble de paro que toda la UE, y existe un impuesto al factor trabajo, cuando de media tenemos un paro más alto y al tiempo se están subiendo los costes salariales. ¿No es contradictorio? Me sorprende que en la reforma laboral no se hable de eso», dejó como reflexión.
Conde-Ruiz añadió que tenemos un problema con la educación y la formación profesional y, que las políticas activas de empleo están siendo un desastre, al igual que las prestaciones no llevan incentivos para el empleo. «Hay que rediseñar la política de subsidios para incentivar el empleo», indicó el catedrático de Fundamentos de Análisis Económico.
Por último, Lago reconoció que «con 6,2 millones de personas no se pueden hacer políticas activas de empleo, porque no puedes definir colectivos. Solo se puede hacer con un número reducido de personas».
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