Iberdrola negocia un pago de 44 millones por renunciar a proyectos eólicos en EEUU
Las compañías Ocean Wind y Shell también negocian con las autoridades de Massachusetts la penalización por incumplimiento de contrato
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. | Europa Press
La inflación ha supuesto un rejón en los ambiciosos proyectos de eólica marina que preparan las energéticas en Estados Unidos. Así, tres compañías, la española Iberdrola, la norteamericana Ocean Wind y la británica Shell se han visto obligadas a tener que romper sus contratos a largo plazo (conocidos en el sector con la jerga de PPA) con las compañías de distribución públicas al este de Estados Unidos por los elevados precios de las materias primas con los que se preveía financiar los parques eólicos. Así lo aseguró hace unos días Jeffrey Roy, presidente de la Comisión de Telecomunicaciones, Servicios Públicos y Energía de la Asamblea Legislativa de Massachusetts, en el programa The Codcast.
«Los promotores eólicos y las compañías eléctricas (en referencia a Avangrid -filial de Iberdrola en el país-, Ocean Wind y Shell) están negociando y tratando de llegar a un acuerdo y tenemos la esperanza de que este se cumpla pronto. Tengo entendido que los promotores están totalmente preparados para pagar las penalizaciones. El proceso por esta contratación permite a cada proyecto pagar entre 48 y 60 millones de dólares (44 y 55 millones de euros) de penalización respectivamente por rescindir estos contratos, y sé que se está negociando con las empresas de servicios públicos», señaló Roy.
Avangrid está desarrollando el proyecto Commonwealth Wind (que abastecerá a 750.000 hogares), mientras que Ocean Wind y Shell tratan de construir el proyecto Southcoast Wind, que pretender enviar electricidad a más de un millón de viviendas y empresas. Unos planes que, de momento, se paralizan porque los acuerdos económicos firmados con las empresas distribuidoras de Massachusetts para transportar la electricidad no se corresponden al actual escenario de precios.
De hecho, el pasado 19 de enero la filial de Iberdrola registró una petición de apelación a la Corte Suprema de Massachusetts para «anular» los acuerdos de compra de energía entre Commonwealth Wind y y las tres compañías de distribución norteamericanas. Un escenario que también han vivido en Southcoast Wind. La prensa local de Massachusetts, estos últimos días, está subrayando la dificultad que tienen las dos compañías que conforman el proyecto para comprometerse con los PPA firmados. Una solución que solo pasa por la rescisión de los contratos.
Pese a esta realidad, muchas voces autorizadas, como la del presidente Jeffrey Roy, creen que esta situación no debe suponerles la exclusión de futuras licitaciones en Massachusetts. «Una cosa importante que tiene que hacer el Estado es permitir que puedan participar todas las compañías en las licitaciones próximas para que sea más competitivo. Lo que necesitamos es competición para conseguir que los precios bajen«, aseguró Roy.
Sin embargo, no existe unanimidad con respecto a este asunto. Hace unos meses, el principal responsable de los presupuestos del Senado de Massachusetts, Michael J. Rodrigues, pidió que se prohibiese a Avangrid a licitar futuros proyectos en el estado de Massachusetts si «rescinde» su actual contrato de energía de eólica marina. El senador Rodrigues en una carta dirigida a la comisaria del Departamento de Recursos Energéticos de Massachusetts, Elizabeth Mahony, calificó la actitud de Avangrid de «inaceptable».
Un proyecto de 4.000 millones
El 17 de diciembre de 2021, Iberdrola hizo público la creación de su proyecto Commonwealth Wind con una inversión de 4.000 millones de euros. «El parque tendrá una capacidad de 1.232 MW con un acuerdo de venta de energía a largo plazo y creará el equivalente a 11.000 puestos de trabajo a tiempo completo durante la vida del proyecto», apuntaron desde la energética. Ignacio Galán, presidente de Iberdrola destacó hace ya casi tres años que «Commonwealth Wind sería un proyecto clave para ayudar a Estados Unidos a alcanzar el objetivo de 30.000 megavatios de energía eólica marina en 2030«. Además, añadió que «tras haber invertido 15.000 millones de dólares en 8.000 MW en eólica terrestre y solar, su empresa ya lidera la energía eólica marina en Estados Unidos».
Pero, pronto, muchos de estos planes se empezaron a torcer. A finales de octubre pidió la renegociación de los contratos por las «restricciones prolongadas de las cadenas de suministro y la inflación persistente» y, tras el rechazo de las empresas de distribución a esta petición, Avangrid mostró de forma pública su «decepción» para, más tarde, reclamar su anulación. Por otro lado, al oeste del país, en concreto en California, la compañía perdió la primera gran subasta de eólica flotante.
