ContexTO: energía solar, la hora del cambio energético
THE OBJECTIVE organiza una mesa-debate para abordar este momento clave en el mercado energético español con la irrupción de este tipo de energía renovable
La energía solar ha adquirido una importancia cada vez mayor en España en los últimos años. Nuestro país, que goza de un clima soleado y una gran extensión de territorio, ha aprovechado al máximo el potencial de la energía solar para abordar los desafíos energéticos y medioambientales que enfrenta.
La importancia de la energía solar en España radica en varios aspectos. En primer lugar, es una fuente de energía limpia y renovable, lo que significa que su uso no genera emisiones de gases de efecto invernadero ni contribuye al cambio climático. Esto es especialmente relevante en un momento en que la comunidad internacional busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mitigar los impactos del calentamiento global.
Además, la energía solar ofrece una gran oportunidad para diversificar la matriz energética española y reducir su dependencia de las importaciones de combustibles fósiles. España ha realizado inversiones significativas en la instalación de plantas solares y ha fomentado el uso de paneles solares en viviendas, empresas e infraestructuras públicas. Esto ha permitido aumentar la capacidad de generación de energía solar en el país y mejorar su seguridad energética.
Otro aspecto importante es el impacto económico y social de la energía solar en España. La expansión de esta industria ha generado empleo local en la instalación, mantenimiento y operación de plantas solares, así como en la fabricación de paneles solares. Además, ha atraído inversión extranjera y ha estimulado el desarrollo de tecnologías y servicios relacionados con la energía solar.
Para abordar esta cuestión, en THE OBJECTIVE hemos organizado la mesa-debate ContexTO: energía solar, la hora del cambio energético. En esta ocasión nos acompañan el profesor adjunto del IE y colaborador de THE OBJECTIVE, José María Calvo-Sotelo, que acumula más de 25 años de experiencia profesional en el sector; Alberto Martín Rivals, CEO de la plataforma NetOn Power; y Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables. Modera el debate Javier Leal, periodista de THE OBJECTIVE especializado en compañías energéticas.
El problema del espacio para la energía solar
Para José María Calvo Sotelo, profesor del IE y colaborador de THE OBJECTIVE, «en el mundo de la energía solar estamos al principio, lo que los ingleses llaman low-hanging fruit». Esta circunstancia, en términos de la cantidad de terreno que ocupa la energía solar –aunque también la eólica–, se traduce en que «coges los mejores sitios, donde no hay problema, pero conforme tienes que crecer más tu implantación, te vas enfrentando más con el problema de la gente, de la población», asegura.
Este problema del espacio, a pesar de que «España es un país vacío», no deja de estar presente. «Si tú abastecieras toda la demanda de las ciudades con la energía solar, tendrías que ocupar tanta superficie –más o menos– como ocupan esas propias ciudades con parques solares, con parques fotovoltaicos», afirma Calvo Sotelo. «Tú te coges el mapa de España con sus ciudades, sus carreteras y sus pueblos, y dices: ‘Si tengo que abastecer todo esto con energía solar –con energía eólica sería todavía más complicado– tendría que reproducir Barcelona, Madrid, Valladolid… en parques solares’. Eso, que es el objetivo a largo plazo, te pone mucha tensión. Ya la estamos viendo en los países más poblados, como en Inglaterra o en Alemania», explica. «El tema ahora al corto plazo es el exceso de ofertas sobre la mesa y la falta de demanda; y el tema al largo plazo es si solamente debemos de contar con la solar y con la eólica o si deberíamos buscar otras alternativas que sean menos consumidoras de territorio», concluye.
Tres vectores para electrificar nuestra economía
«Una de los de las cosas que creo que no se están haciendo bien es que se está aparcando a un lado todo lo que es la descarbonización del transporte pesado, donde el vehículo eléctrico probablemente no es la mejor solución. Es difícil imaginarse un tractor o un bulldozer funcionando con una con una batería, pero sí que lo podemos imaginar perfectamente funcionando con hidrógeno», explica Alberto Martín Rivals, CEO de la plataforma NetOn Power. «Hay un estudio muy interesante de la consultora Roland Berger que ha hecho para la Comisión Europea que muestra que hoy ya el hidrógeno verde es más barato que el diesel, a la hora de utilizar un camión de hidrógeno frente a un camión diésel», apunta.
«Lo que ocurre –explica– es que hay muy poca producción de camiones de hidrógeno. Cuestan tres veces más caros que los camiones diésel, porque hace falta poner empezar a producirlos en serie. Eso lo que necesita es de unas ayudas, unas subvenciones que permitan, por lo menos, arrancarlo al principio. Sin embargo, si miramos los proyectos de hidrógeno que se están haciendo están casi todos orientados a sustituir hidrógeno, que ya se está consumiendo hoy, básicamente las refinerías, por hidrógeno verde, que está muy bien, pero estamos escondiendo el elefante en la habitación».
Martín Rivals resume así los tres vectores para electrificar nuestra economía: «El hidrógeno en transporte pesado, la batería en transporte ligero –el coche eléctrico–, y la bomba de calor en calefacción. Con esos tres vectores, podríamos producir una electrificación muy fuerte de la de la demanda, que podemos cubrir con un recurso que tenemos abundante y barato que es la energía solar».
Una contestación social a las energías renovables
«Vamos a cumplir nuestros objetivos para el año 2030, pero nuestra preocupación es si vamos a lograr cumplir los objetivos para 2040 y 2050 porque empieza a haber una contestación social», advierte por su parte Fernando Ferrando, presidente de la Fundación Renovables. «Las energías renovables no pueden ser es extractivas. No pueden ser tan intensivas como lo que estamos peleando, contra lo que estamos peleando. Creo que hay muchísimas formas de trabajar y de hacerlo con un consenso social», asevera.
Ferrando pone el foco, por ejemplo, en la cantidad de hectáreas de superficie agraria útil que se dedican a las energías renovables, habiendo tantas hectáreas de superficie agracia no útil que podrían servir a este propósito. Esto, a su entender, «está destrozando muchas de la formad de ganarse la vida de forma tradicional, y tenemos que trabajar no en si queremos cumplir los objetivos de 2030 –que lo vamos a cumplir–, sino en si queremos llegar a una descarbonización para el 2050», concluye.