Mediaset irrumpe en la guerra por Prisa y complica los planes de Vivendi
Los planes de los dos grupos con el editor de ‘El País’ no son compatibles, lo que podría abrir otro frente en esta batalla
El grupo Mediaset ha dado un golpe sobre la mesa en el tablero mediático español al abrir la puerta a la compra de la Cadena Ser si es que Prisa pone en venta su unidad de radio. Una situación que ha sorprendido al mercado ya que ha sido el propio Pier Silvio Berlusconi, presidente ejecutivo de la cadena de televisión, el que ha dicho abiertamente que está evaluando cualquier posible acuerdo en España «que pueda ayudar a la compañía a construir un sistema de medios integrado compuesto por activos de televisión, internet y radio».
Estas declaraciones han confirmado que Mediaset valora la posibilidad real de cerrar acuerdos con Prisa, algo que ha remecido la batalla por el control del grupo editor de El País. Fuentes vinculadas a diferentes accionistas de la compañía han indicado a THE OBJECTIVE que el grupo italiano ha lanzando un órdago para entrar directamente en la guerra accionarial por la compañía y comienza a hacer méritos para lograr la aprobación política de la operación si es que finalmente el PP y Alberto Núñez Feijóo ganan las elecciones del 23 de julio.
Estas mismas fuentes advierten que el principal damnificado de la irrupción de Mediaset es Vivendi, grupo que lleva meses preparando la toma de control de Prisa si es que cambia el Gobierno en España. Tanto los italianos como los franceses han sido vetados por Pedro Sánchez porque Moncloa considera que grupos conservadores no pueden tener el control de su principal soporte mediático y menos cambiar la línea editorial de El País y Cadena Ser.
Mediaset y Moncloa
Este diario publicó que hace un año -cuando Vivendi retiró su solicitud de subir hasta el 29% en Prisa- se comenzó a articular una operación para que las dos compañías pudiesen participar en el grupo de medios español. Sin embargo, fuentes cercanas a estos movimientos confirman ahora que los editores van por separado. Es un periodo en el que Mediaset ha entablado contactos directamente con el presidente no ejecutivo, Joseph Oughourlian, para explorar acuerdos publicitarios y para allanar el camino a una eventual venta de la Cadena Ser.
El problema es que una venta de la Ser a Mediaset no es compatible con los intereses de Vivendi. El editor francés quiere tener el control de toda la compañía y sin su división de radio el potencial de crecimiento se reduce considerablemente. A su fundador, Vincent Bolloré, no le interesa una Prisa a medio gas, solo con periódicos y la división editorial de Latinoamérica, pero tampoco tiene interés por empezar una guerra paneuropea por el control del grupo español, ya que los daños colaterales pueden ser difíciles de predecir.
Este diario ya ha advertido de que al menos tres grupos coexisten en el consejo para intentar controlar Prisa cuando Feijóo llegue a La Moncloa. El primero es Oughourlian, que quiere recuperar los más de 300 millones de euros que ha invertido en Prisa y que hoy valen en bolsa solo 110. Su estrategia pasa por sacar el máximo de rentabilidad a los activos que tiene el grupo y poder vender a un buen precio la editora en Latinoamérica e incluso la Cadena Ser. Unos movimientos que quiere cerrar antes de que pueda perder la gestión de la compañía.
Vivendi y Slim
El segundo grupo es Vivendi. Con un 11,8% quiere ser el accionista de control cuando la situación política lo permita. Pero hasta entonces no tiene ningún interés es que se mueva ficha y la idea es poder gestionar una empresa con todos sus actuales negocios, sacar su máximo potencial y poder revalorizarlos. Sin la Ser su proyecto editorial de escorar Prisa más al centro carecería de sentido.
En tercer lugar, tenemos al Banco Santander y a Carlos Slim que quieren recuperar el grupo para volcarlo hacia el socialismo más clásico y a sus orígenes editoriales. En este caso, tampoco estarían de acuerdo con una venta de Cadena Ser, parte integral del proyecto junto con el diario El País. Reúnen junto con otros socios mexicanos y los Polanco, aproximadamente, un 25% del capital.
A todos ellos habría que sumar a Mediaset. Dentro de los accionistas anteriormente mencionados hay quien cree que los italianos podrían utilizar a la Cadena Ser como una herramienta para intentar quedarse con todo el perímetro de Prisa. Una integración mediante la cual se constituiría el mayor grupo de medios de España por encima de Atresmedia y que revolucionaría no sólo el tablero mediático sino que también el político.
Dentro de todos estos movimientos la llave la tendrá el próximo Gobierno -previsiblemente el PP- quien deberá ejercer de árbitro en toda esta batalla. Nadie podría controlar Prisa sin la influencia política que siempre ha marcado al grupo y precisamente por esto, todos los candidatos (incluso Mediaset) llevan semanas cortejando a Feijoó y a su entorno para intentar ser finalmente los favorecidos con el plácet de la nueva Moncloa.