En casa de la Sareb, cuchillo de palo: su consejero delegado no tiene propiedades
El patrimonio del consejero delegado del ‘banco malo’ contrasta con el de su presidente, que asciende a 7 millones
El nuevo presidente ejecutivo de Sareb, Javier Torres. | Sareb
La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) fue creada en 2012 para gestionar y vender los activos problemáticos de las entidades financieras que recibieron ayudas públicas. Principalmente préstamos y viviendas. El conocido como banco malo cuenta actualmente con cerca de 46.000 viviendas disponibles y 14.202 obras en curso. Pero no solo eso, la entidad también posee suelos, activos terciarios -locales y hoteles-, garajes y trasteros.
Una ingente cantidad de activos inmobiliarios que actualmente la Sareb gestiona a través de diferentes inmobiliarias como Aliseda Inmobiliaria, Domo, Anticipa Real Estate, Servihabitat, Hipoges y Serviland. Una entidad con una clara vocación inmobiliaria dirigida, curiosamente, por un consejero delegado que carece de vivienda alguna a su nombre. Al menos es así se refleja en el portal de transparencia.
Sin bienes inmuebles
La Junta General de Accionistas de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) aprobó hace justo un año la incorporación al Consejo de Administración de Leopoldo Puig, que además fue nombrado consejero delegado de la compañía.
Puig tiene una dilatada trayectoria. Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad San Pablo CEU y ha estado vinculado durante más de veinte años a la función pública, primero como Inspector de Entidades de Crédito del Banco de España, labor que desarrolló hasta 2011, y después como director Financiero y de Entidades Participadas del FROB.
Según se recoge en la declaración de bienes y derechos patrimoniales de las personas que desempeñan altos cargos en la Administración General del Estado, Puig no cuenta con bienes inmuebles a su nombre. El consejero delegado de Sareb sí cuenta en su haber con 46.637,12 de euros en depósitos o cuentas corrientes y con un plan de pensiones que asciende a 81.654 euros. Puig declara además un pasivo de 2.762 euros.
El presidente, un patrimonio de siete millones
Un patrimonio que contrasta con el del presidente de Sareb. Javier Torres declara un patrimonio bastante abultado, fruto de muchos años de trabajo en banca. Torres pertenece además al Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado y cuenta con 30 años de experiencia en el sector financiero.
Entre 1986 y 2016 trabajó en Banco Santander, donde fue Subdirector General Adjunto y ocupó otros cargos de responsabilidad en áreas de negocio y de riesgos, como el de director del Área de Control Integral y Validación Interna de Riesgos. Además, entre 2017 y 2019 ejerció como director de Resolución y Estrategia y miembro del Comité de Dirección del FROB, según se refleja en la página de la entidad.
Torres declara bienes inmuebles a su nombre por valor de 1.264.354,48 euros. Por otro lado, el presidente del conocido popularmente como banco malo tiene 117.523,99 euros en depósitos o cuentas corrientes, 31.416 euros en acciones o participaciones en el capital social o en el fondo patrimonial de entidades jurídicas negociadas y casi dos millones de euros en acciones y participaciones en capital social o en fondos de entidades no negociadas. Por otro lado, Torres cuenta con seguros de vida y planes de pensiones por valor de 3.722.820,98 euros. Además, el presidente de Sareb declara un pasivo de 90.219 euros.
Cartera de 26.325 millones de euros
Al margen del patrimonio de su presidente y consejero delegado, a cierre de 2022 Sareb contaba con una cartera por valor de 26.325 millones de euros. De ellos, el 59% corresponde a bienes inmuebles y el 41% restante a préstamos. En 2022, la cartera de activos de Sareb se ha reducido en 2.571 millones de euros, hasta los 26.325 millones de euros.
Durante el año 2022 la entidad ha continuado el incremento en las transacciones de viviendas iniciado en el ejercicio 2021. El volumen de transacciones ha crecido un 4,86 % respecto al año anterior.
