La UE aprobará la reforma eléctrica con «lagunas» que permitirán intervenir los precios
Los países del sur podrán, en épocas de crisis, activar medidas que limiten el precio de algunas tecnologías
En el seno de la Comisión Europea hay una frase que se repite de forma constante en relación a la reforma del mercado energético: «Tiene que aprobarse antes de final del año». Los países miembros son conscientes de que Bruselas quiere que antes de las próximas elecciones al Parlamento Europeo del próximo verano se lleve a cabo este histórico acuerdo entre los territorios para fijar unas nuevas reglas que ajusten los vaivenes del siempre complejo mercado eléctrico.
Existen, sin embargo, dos claros bloques enfrentados, los territorios del norte y los del sur. Los primeros se oponen a permitir una intervención de los precios, mientras que los segundos apuestan por esta solución cuando se afronten situaciones de tensión o de crisis, como la actual. Dos posturas aparentemente irreconciliables, pero que, según fuentes conocedoras de las negociaciones, tiene una vía escape.
Así, altos cargos de Bruselas ya deslizan en sus círculos la posibilidad de llegar a un acuerdo aprobando una reforma eléctrica que permita la existencia de «lagunas legales» que se abran a la interpretación de la norma. De esta forma, desde Europa accederían a la petición española, defendida en el Parlamento Europeo, que busca dar libertad a cada Estado para actuar de forma autónoma en momentos de crisis, activando así herramientas -como la que usa hoy nuestro país- que limita los ingresos de algunas tecnologías, como la nuclear, hidráulica y algunas renovables.
Una propuesta, esta última, defendida tanto por los franceses como por españoles, sobre todo en relación con la energía nuclear. La discusión ya no está, aseguran fuentes conocedoras, en si la energía nuclear es verde o no, sino en si esta tecnología puede sacarse del mercado. El precio de esta está hoy intervenido por el Gobierno en España a través del real decreto ley 17/2021, mientras que el Gobierno francés, que puede presumir de ser una de las grandes potencias nucleares del mundo, quiere que ese precio se mantenga intervenido tras varios meses sufriendo continuas revisiones en sus centrales por una serie de problemas que se detectaron en algunas de ellas. Lo que provocó que su precio se disparase.
La falta de tiempo para una discusión profunda empuja a la Unión Europea a ceder. Fuentes jurídicas aseguran que «el punto principal de discusión está en el control de los precios mayoristas. La batalla está en si se permitirá poner un cap a las tecnologías inframarginales en épocas de crisis. Otra segunda batalla está en esa idea de controlar los precios mayoristas, en la posibilidad de introducir contratos por diferencia para estas tecnologías».
Hace unos meses, el que fuera antiguo comisario de Energía de la Comisión Europea, Miguel Arias Cañete, hizo pública su preocupación por la rapidez con la que se buscaba dar luz verde a una norma que, según él, merecía mayor sosiego y consenso. «Mi gran preocupación es que la prisa es siempre mala consejera. Hay muchas presiones, eso es preocupante en un sector como el energético, que requiere de análisis muy rigurosos. Al final, cada estado tiene realidades distintas. Todos los estados presentan reformas energéticas sin hablar de un estudio de impacto en cada país y sin saber cuál es la realidad energética de cada uno», aseguró.
Cumbre en Valladolid
Esta semana ha tenido lugar en Valladolid una cumbre energética donde la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha estrenado su nuevo papel institucional tras iniciarse la presidencia española del Consejo Europeo. Allí, Ribera ha pedido a todas las partes ceder para que se consiga un acuerdo entre todos los países miembros que permitan la ansiada reforma del mercado eléctrico.
La comisaria de Energía, Kadri Simson, aseguró esta semana que propondrá al G-20 de la próxima semana triplicar las renovables y duplicar la eficiencia energética de aquí a 2030. Por otro lado, la comisaria admitió que hay «una preocupación» en Europa por el futuro de las industrias de tecnología limpia europea y la competencia mundial para atraer inversiones con unas políticas fiscales efectivas.
Por último, Simson comentó una de las fórmulas para conseguir un mercado interno de la energía que esté al día, que aumente su flexibilidad y mejore las redes inteligentes para facilitar la transición a una energía limpia. Esta no era otra que apostar por que las renovables lleguen al 69 por ciento en 2030 y hasta un 80 por ciento en 2050.