La subida de tipos da el primer golpe a la banca: los impagos de las hipotecas crecen el 3,9%
La morosidad en los préstamos a la vivienda rozan los 12.000 millones y la banca prevé que continúe al alza
La subida de tipos de interés en Europa ha asestado el primer golpe a la banca. Los impagos de las hipotecas han comenzado a crecer y todo apunta a que la tendencia continuará al alza como consecuencia del encarecimiento sustancial de las cuotas de los préstamos, tal y como vaticinan las propias entidades y los expertos.
A diferencia de lo sucedido en otros momentos de dificultad y en contra de lo esperado, las insolvencias han empezado a asomar en las hipotecas. En otras ocasiones comenzó por los préstamos al consumo y por el mundo empresarial. Y eso era lo que estaba previsto, pero no ha sido así. Precisamente, gracias a la caída de las insolvencias en el ámbito industrial, la morosidad general está siendo controlada por el sector, con bajadas puntuales, en el 3,5%.
Los datos del Banco de España, recabados por THE OBJECTIVE, ponen de manifiesto que los impagos en las hipotecas aumentaron en el segundo trimestre de este año. Los hicieron antes incluso de los pronósticos y con fuerza. Los créditos para vivienda con más de tres meses en falta de pago se elevaron un 3,9%, hasta rozar los 12.000 millones de euros (11.823 millones de euros). Con ello, la ratio de dudosos en este segmento ha remontado hasta el 2,3%, un porcentaje que es inferior a la media del sistema por todas las actividades.
Imposibilidad de muchas familias para afrontar el encarecimiento de las hipotecas
Este crecimiento, explican las fuentes consultadas por este periódico, se debe a la imposibilidad de muchas familias a hacer frente a sus compromisos. Hay que tener en cuenta que el euríbor ha pasado en solo año y medio de estar en terreno negativo a superar el 4% por el cambio de la política monetaria del BCE, que ha situado en el precio oficial del dinero en el 4,5%.
La subida de los tipos para controlar la inflación solo estaba beneficiando a la banca, pero a partir de ahora, tal y como ya advirtieron algunos banqueros en el pasado reciente, también va a generar inconvenientes, como las pérdidas originadas por los impagos. Las seis principales entidades han ingresado unos 16.000 millones de euros adicionales por la escalada del euríbor.
Por el momento, los bancos no están haciendo un acopio de provisiones para atender el agujero a pesar de las peticiones que llevan realizando los supervisores para extremar la prudencia, algo que ha llevado a que el colchón se haya reducido en los últimos tiempos. Las entidades consideran que cuentan con dotaciones suficientes para afrontar las posibles insolvencias, ya que aún tienen en balance el dinero extraordinario que aparcaron en los inicios de la pandemia y que no se ha consumido.
Además, los banqueros confían en que tanto en las hipotecas como en el resto de créditos la morosidad no suba en demasía y en el peor de los escenarios alcance un 5%, muy por debajo de lo habitual en las crisis. En el pasado crash financiero, las insolvencias llegaron a sobrepasar de media el 13% y el Gobierno tuvo que poner en marcha un banco malo, que se hizo cargo de los activos deteriorados e inmobiliarios de las cajas que recibieron ayudas públicas.
El aumento de las hipotecas morosas ha sido menor de lo que podría haber sido sino fuera por las medidas lanzadas por el sector para evitar un repunte relevante. Los bancos han triplicado las refinanciación de los préstamos de viviendas para aliviar las cargas de las familias y facilitar el pago de las cuotas. Y han aprobado una flexibilización en las condiciones para determinados clientes en el marco del Código de Buenas Prácticas pactado con el Gobierno a finales de 2022, aunque el desarrollo de este instrumento ha tenido una baja demanda. Muy por debajo de las estimaciones manejadas en su momento por el Ministerio de Economía.
La última vez que las insolvencias crecieron en hipotecas fue en el último trimestre de 2021, antes de que los tipos oficiales subieran y no lo hicieran con tanta intensidad. Entonces, por distintas cuestiones y de forma puntual, la morosidad se elevó mucho menos que ahora (214 millones frente a los actuales 443 millones).
En financiación al consumo, los impagos también han repuntado, pero no es la primera vez que lo hacen y es más habitual que haya oscilaciones por la tipología de los préstamos. Y, además, el crecimiento en el segundo trimestre ha sido residual, de menos de 100 millones de euros, por lo que no es preocupante hasta el momento.