El Gobierno activa su maquinaria contra Repsol tras su anuncio de condicionar sus inversiones
Calviño recordó los «beneficios récord» de la energética a la espera de que más ministros respondan a la compañía
El Gobierno ha vuelto a activar su maquinaria mediática e institucional contra una empresa española. En marzo lo hizo con Ferrovial, que anunció que cambiaba su sede social a Países Bajos, y -según ha podido saber THE OBJECTIVE– ahora es Repsol la que está en el punto de mira. La compañía dirigida por Jon Josu Imaz indicó este jueves, tras presentar sus resultados trimestrales, que «la falta de estabilidad en el marco regulatorio y fiscal del país podría condicionar sus futuros proyectos industriales en España».
Repsol -la mayor compañía industrial de España- abría la caja de Pandora de las críticas de las empresas al pacto de coalición entre PSOE y Sumar, que prevé mantener sine die el impuesto temporal a la banca y a las energéticas. Las palabras de Repsol fueron muy duras, ya que dieron en la línea de flotación del relato del Gobierno, que sigue insistiendo en que sus políticas generan inversión y estabilidad económica.
En un duro comunicado, la empresa indicó que prolongar este impuesto temporal «castiga a las empresas que, como Repsol, invierten en activos industriales, generan empleo y garantizan la independencia energética del país», mientras que «favorece a los importadores que no generan empleo ni actividad económica relevante en España». Incluso la compañía llegó a hablar de Portugal como un posible destino de sus nuevos proyectos.
Críticas a Ferrovial
Este diario ha podido saber además que las críticas de la empresa energética tienen que ver con la intención del Gobierno de coalición de subir el impuesto a las sociedades hasta el 15% y de reactivar la Comisión Nacional de Energía (CNE), una suerte de comisionado político para el control del mercado eléctrico y del gas, según indican fuentes empresariales.
El comunicado de Repsol ha generado un verdadero revuelo en el Gobierno que -al igual que con Ferrovial- ha comenzado a preparar el terreno para poner en el punto de mira a Repsol y generar un efecto disuasorio para que otras empresas desistan de seguir su camino. En el caso de la compañía de la familia Del Pino no se frenó su cambio de sede social, pero sí que se estableció un dique de contención para que otros no siguiesen su ejemplo.
Al igual que en el caso de la compañía de los Del Pino, el Gobierno no tiene pensado dar marcha atrás con sus promesas electorales ni en sus acuerdos con Sumar, ni menos mejorar el clima de inversión en el sentido que piden las empresas. Por el contrario, se buscará señalar públicamente a Repsol para que desistan de sus proyectos, aparentemente en una fase muy inicial.
Calviño responde a Repsol
Este mismo jueves comenzó una primera ola de ataques, en este caso de periodistas y opinadores afines al Gobierno y a la izquierda, que han aprovechado las redes sociales para cargar contra la compañía. De hecho, empresarios consultados no descartan que a partir de este viernes comiencen los ataques de la prensa cercana el actual Ejecutivo. Como ya pasó con Ferrovial.
También se prevé una ofensiva de los propios ministros que podrían salir en tromba a cuestionar a Repsol en los próximos días. En esta línea, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, fue la primera en responder a Repsol pocos minutos después de que se hiciera público el comunicado. La titular de Asuntos Económicos respondió en Al Rojo Vivo de La Sexta, casi al mismo tiempo que los tertulianos del programa criticaban a la empresa.
La vicepresidenta incluso utilizó el mismo argumento que a esa hora se esgrimía en redes sociales para cargar contra Repsol. «Estamos viendo que las empresas publican en estos días beneficios récord. A las empresas nunca les ha ido tan bien como con nuestro Gobierno». Y reiteró que el país tiene «un mensaje muy fuerte de confianza de los inversores internacionales y los mercados financieros». «El precio de la energía está más bajo en España que en los países de nuestro entorno y eso nos deja atraer grandes proyectos de inversión», concluyó.
Proyectos en España
¿Qué se puede esperar a partir de ahora? Las fuentes consultadas indican que el principal objetivo del Ejecutivo es contener al resto de las empresas y generar un clima de opinión contrario a Repsol para que sus anuncios no se concreten en hechos. Por el momento, solo estamos hablando de declaraciones públicas básicamente porque -a diferencia de Ferrovial- la energética no ha puesto sobre la mesa ningún plan concreto de desinversión en nuestro país.
La diferencia -apuntan fuentes de mercado- es que si quiere cumplir con la revisión de sus inversiones, Repsol no tiene que vender negocios ni deslocalizar empresas, simplemente tiene que derivar sus inversiones futuras hacia otros países y replantearse proyectos que todavía no han visto la luz y que originalmente estaban pensados para desplegarse en España.