Los fondos analizan la compra de la red fija de Vodafone por un máximo de 2.000 millones
La intención de Zegona es comenzar un proceso de enajenación con un precio estimado de 3.500 millones de euros
Diferentes fondos de inversión analizan la compra de la red fija de banda ancha de Vodafone en España a la espera de que Zegona tome el control y abra un proceso formal de enajenación, según han confirmado a THE OBJECTIVE fuentes cercanas a estos movimientos. Sin embargo, los análisis realizados indican que el precio máximo que están dispuestos a pagar estaría en torno a los 2.000 millones de euros, muy por debajo de los 3.500 millones a los que aspira conseguir el nuevo dueño con la operación.
Este diario ya advirtió hace más de un mes las intenciones de Zegona de desprenderse de la red fija de Vodafone una vez que confirmara la compra de la operadora española con el objetivo de obtener liquidez y financiar parte de la adquisición. El fondo -con apenas facturación- ha contraído un elevado endeudamiento por valor de 5.000 millones de euros, con tipos de interés disparados y unos vencimientos que apenas le darán tiempo para generar caja en la ex filial británica.
Es por ello por lo que necesitan vender rápido para poder pagar parte de esta deuda, reducir los vencimientos y recortar intereses que puedan asfixiarles en el futuro más inmediato. Y en esta línea, el activo más valioso que le queda a Vodafone es su red fija de banda ancha con 10,6 millones de hogares pasados, una infraestructura que -según se ha publicado recientemente en prensa- Zegona valora en 3.500 millones, nada menos que el 70% de lo que les costó toda la operadora.
Red de HFC
Esta red -con tres millones de clientes- tiene solo 3,8 millones de hogares pasados con fibra óptica y 6,8 millones con tecnología de cable, HFC, más antigua y con una velocidad limitada. Este es precisamente el mayor hándicap, con casi el 70% de sus infraestructuras en el límite de la obsolescencia. Es una red en la que además no se han hecho nuevos despliegues desde hace más de un lustro por los problemas de Vodafone para ser rentable en España y la fuerte acumulación de pérdidas y caídas de facturación.
Fuentes del sector de la inversión con intereses en el sector de las telecomunicaciones indican que ningún fondo estaría interesado en comprar esta red sin poner sobre la mesa el proceso de retrofitting (modernización) que tendría que llevarse a cabo con esta red, es decir actualizar los 6,8 millones de accesos de HFC a fibra óptica, con un coste cifrado en varios cientos de millones de euros.
La red todavía tendría una vida útil de entre cinco y siete años, pero los inversores trabajan a medio y largo plazo, por lo que no estarían dispuestos a emprender una compra sin incluir en sus costes la actualización de esta red. Estas mismas fuentes indican que las necesidades del liquidez de Zegona hacen imposible que asuman este proceso (y sus costes) por lo que necesariamente quedaría en manos del comprador.
Acuerdo de alquiler
Vodafone abrió hace casi dos años un proceso de venta de su red y contrató a Evercore para liderar el proceso. La compañía puso un precio inicial de 4.000 millones de euros para toda esta infraestructura aunque sin considerar el coste de esta actualización, algo que -dicen las fuentes consultadas- terminó enfriando el proceso. De hecho, en el sector se indica a este diario que, pese a que existieron algunos interesados, realmente nunca llegó a empezar el proceso ya que a mitad de camino la matriz británica decidió vender todo el negocio en España.
En este sentido, Zegona ha retomado esta valoración -realizada en base a una red de fibra completa, no una con un 70% de HFC- para estudiar la venta de la red fija de Vodafone. No obstante, los fondos que están haciendo números para entrar en la operación consideran que nadie pagará 3.500 millones por esta red en las actuales condiciones. Los modelos con los que están trabajando, y que consideran la inversión que habría que hacer en actualizar la red, advierten que el máximo que se podría pagar estaría en los 2.000 millones de euros.
Dentro de este eventual acuerdo, la única variable que podría cambiar esta valoración es el precio por cliente que pague Zegona al fondo que compre su red para alquilarla. En un contrato a largo plazo, lo normal sería pagar entre 11 o 12 euros por cliente, aunque si es que los nuevos dueños de Vodafone quieren subir el precio del pago inicial de la red podrían disparar este precio hasta los 30 o 40 euros. Sería una manera de cobrar más en un primer momento, pero luego hipotecarían los costes futuros, por lo que estaríamos ante un arriesgado movimiento.
Zegona y Vodafone
Otra de las opciones que se barajan en el mercado es que Zegona llegue a un acuerdo para hipotecar la red, es decir obtener un pago inmediato para luego pagar este crédito en el mediano plazo. Las ventajas de esta alternativa es que se pagaría parte de la deuda actual y se cancelarían los vencimientos inmediatos sin desprenderse de activos.
Pese a ello, en el sector se indica que esta fórmula no es la más adecuada para un proyecto que necesita generar caja desde el primer momento y que necesita utilizar sus ingresos para solventar una política comercial más agresiva. Lo que está claro es que todas las fuentes consultadas coinciden en que nadie estaría dispuesto a pagar 3.500 millones de euros por la red de Vodafone en estos momentos.
Este diario ya explicó que la estrategia de Zegona pasa por comprar, arreglar y vender (buy-fix-sell), algo que ya han hecho en Telecable y Euskaltel (sus dos anteriores inversiones en España) y que pretenden replicar en Vodafone. Esto supone comprar recurriendo a financiación externa –a costa incluso de la propia empresa que están adquiriendo-, compartir el riesgo con potenciales socios, adelgazar todo lo que sea necesario para buscar una rentabilidad en el corto plazo y salir de manera escalonada cuando se haya multiplicado la inversión inicial.