Javier Botín vuelve a las renovables con una nueva filial tras vender hace un año sus parques
El banquero, hermano de la presidenta del Santander, busca oportunidades, principalmente plantas eólicas
Javier Botín, el hermano pequeño de la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, vuelve apostar por las renovables. El inversor y banquero vendió a finales del año pasado la participación que ostentaba en diferentes parques fotovoltaicos y eólicos al fondo IGM con el objetivo de obtener rentabilidades, englobadas en la firma Agropecuaria Desarrollos Energéticos. Pero ha decidido lanzarse de nuevo a este segmento con una nueva filial.
Poco después de realizar la desinversión, que incluía la cartera Dos Grados de 900 megavatios, Botín adquirió Freeport Capital por 4,6 millones de euros. Esta empresa, según la información a la que ha tenido acceso por THE OBJECTIVE en el registro mercantil, era de nueva creación ya que llevaba apenas meses en funcionamiento y se dedicaba a la toma de acciones en terceras sociedades. La operación se articuló a través de su holding patrimonial, Agropecuaria El Castaño.
De acuerdo con los datos recabados la nueva filial de Botín se encuentra en plena transformación y composición de la estructura para la búsqueda de oportunidades, en especial molinos de viento. Así, poco después de su compra modificó el objeto social de Freeport para emprender el proyecto. Desde hace unos meses, la actividad de la firma es «la colocación, intermediación, gestión, asesoramiento e inversión en relación con los activos relativos al sector energético y de las infraestructuras y, en particular, con los parques eólicos».
Entretanto, el hermano del presidenta del Santander ido configurando el equipo, dando poderes a algunos de sus más fieles escuderos para los proyectos energéticos. Así, por ejemplo, ha nombrado apoderados a César González Moreno y a Luis Palacios Castañeda, que fueron altos directivos en los parques que vendió el pasado noviembre.
Vuelta de Botín al sector en plena época de operaciones de compraventa
La vuelta de Javier Botín se produce en una época álgida de transacciones en el sector de las renovables, que está atrayendo a grandes inversores y a grandes fortunas. Una de las últimas grandes operaciones fue la venta del 49% de las acciones de una cartera de Repsol a Amancio Ortega, dueño y fundador de Inditex, por 363 millones de euros, cerrada la semana pasada. El gallego, hombre más rico de España, no es la primera transacción que realiza de este tipo, ya que en el pasado reciente ha hecho con más activos fotovoltaicos o eólicos.
Las inversiones que pretende realizar el banquero se encuentran al margen de su proyecto empresarial de JB Capital, su firma de asesoramiento financiero independiente. Agropecuaria El Castaño es la patrimonial en la que el hijo de Emilio Botín aglutina una parte de su riqueza más personal. Entre los activos que tiene esta sociedad, dueña de la filial energética, destaca la participación individual que ostenta en el Santander, algo superior al 0,1% del capital, cuya valoración asciende a los 60 millones de euros. Javier Botín es consejero del banco.
También tiene una participación minoritaria en Bankinter, la entidad controlada por su tío Jaime Botín. Según las últimas cuentas correspondientes a 2022, de acuerdo con la base de datos de Insight Wiew, los títulos que tiene están valorados en casi 20 millones de euros.
Además, el hermano de la presidenta del Santander dispone de una participación mayoritaria del Hotel Real en Santander, uno de los establecimientos de alojamientos más lujosos de la capital cántabra. Ostenta un 82,4% después de que en 2019 ampliara su presencia desde el 49%.
La ida y vuelta de Botín en el mundo energético coincide en el tiempo con el lanzamiento del Santander de una plataforma para financiar en invertir en parques solares y eólicos. A principios de 2022 el banco puso en marcha una división para embarcarse en este tipo de activos de manera temporal.
La sociedad patrimonial de Javier Botín, según la memoria, casi sextuplicó sus ganancias el ejercicio pasado, ya que obtuvo un beneficio de 6,3 millones de euros. En 2021, los números apenas llegaban a los 1,1 millones. Por tanto, el aumentó ha sido del 472%.
El banquero estuvo en el punto de mira de la Justicia en el pasado por la compra y venta posterior de la cadena Vitaldent, pero la investigación fue cerrada. En enero de 2022 la Audiencia Provincial de Madrid dio carpetazo definitivo al caso, por el que se le acusaba de supuestos delitos de alteración de precios, blanqueo y estafa.