"Los precios del aceite de oliva seguirán altos en el corto plazo"
Hablamos con la directora gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, Teresa Pérez
El precio del aceite de oliva ha ocupado numerosos titulares en los últimos meses, y es que la subida ha sido mucho más elevada que en otros alimentos, llegando incluso a costar un 51% más que a principios de año en las principales cadenas de supermercados en el caso del virgen extra, a pesar de la bajada del IVA aprobada por el Gobierno para paliar las consecuencias de esta crisis de precios.
Acostumbrados a cifras mucho más bajas, los consumidores pagan ya unos nueve euros por litro de aceite de oliva virgen extra, un precio que ha hecho que muchos reduzcan el consumo de esta grasa o la cambien por aceite de oliva virgen y, en algunos casos, aunque en un pequeño porcentaje, por otros aceites vegetales.
En un momento en el que los precios en origen parecen haberse estabilizado un poco, lo que puede dar un respiro a esta constante subida, en THE OBJECTIVE hablamos con la directora gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, Teresa Pérez, sobre la situación del sector y las previsiones para un futuro próximo.
«Lo que se ha podido verificar en las últimas semanas, desde que ha empezado la producción, es que el incremento de aceite disponible en los almacenes ha hecho que se afloje un poco la tensión de los precios y, por tanto, ha habido una ligera disminución en origen», explica Pérez. La pasada semana, el aceite de oliva virgen extra cotizaba a ocho euros el litro, «a lo que tenemos que sumarle los costes de envasado, de distribución, etc., para hacernos una idea de cuál puede ser el precio en el lineal una vez se comercialice».
Pero no se puede anticipar del todo lo que ocurrirá esta campaña, señala Pérez. La escasez de producto debido a la sequía ha sido la que ha causado, principalmente, la gran subida de precios, y en esta campaña que acaba de empezar se está viendo un bajo rendimiento de la oliva, «pero hay que ver el cómputo total del rendimiento en toda la campaña» para ver el comportamiento en el futuro próximo.
Lo que sí está claro, apunta, es que los precios anteriores a esta gran subida no están cerca de volver. «Sin duda a corto plazo cabe esperar una situación de precios altos para lo que acostumbran el consumidor y el mercado».
Un precio, aclara, que «era anormalmente bajo, había zonas de producción que apenas cubrían costes». «La semana pasada el litro de aceite de oliva virgen extra estaba a 8,05. El año pasado en esta misma fecha estaba a 4,75 y la campaña anterior estaba a 3,15, y ya si nos vamos a la anterior estaba a 2,32, que era un precio muy bajo para lo que tenía que valer el aceite de oliva«, dice Pérez. «Otra cosa eran la campaña pasada y la anterior, que tenían unos precios un poco más elevados pero bueno, más o menos razonables», añade.
En cuanto a los costes de producción, lejos de estabilizarse, como el precio en origen del aceite, la situación ha ido a peor. Según un informe de la Asociación Española de los Municipios del Olivo, entre 2020 y 2023 estos han crecido más de un 100% de media, dependiendo del tipo de cultivo.
«Los costes de producción probablemente son el doble que los del año pasado, cuando la producción no se había visto afectada por los incrementos de costes, por ejemplo, de la electricidad y los carburantes, porque cuando empezaron las subidas de precios el aceite ya estaba producido, por lo que no afectaron tanto», explica Pérez. «En esta campaña ya han afectado a todo, por tanto, aunque se sigan manteniendo los niveles de precios de la campaña pasada, el beneficio en la cadena de valor va a ser inferior«.
El aceite de oliva cuenta con un consumidor fiel
La actual situación podría llevar a pensar en un abandono por parte de los consumidores del aceite de oliva para sustituirlo por otro tipo de grasas para cocinar o aderezar sus platos. Sin embargo, lo que han hecho, según los datos de estos últimos meses, no ha sido dejar de comprar, sino que han disminuido el uso para no tener que prescindir de este alimento.
«No ha habido una migración, sino que más bien ha habido una disminución. Estamos siendo un poco menos generosos cuando se puede, al aliñar una ensalada o al echar aceite en la sartén», explica la directora gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español. «La gente trata de que el ticket medio no le suba tanto, pero es verdad que se ha visto que la demanda es sólida, que los consumidores tienen claro que los aceites de oliva son un producto insustituible, que no hay otro aceite vegetal que les vaya a ofrecer lo mismo».
En cuanto al mercado internacional, se tendrá que «valorar ahora en esta nueva campaña, porque la repercusión de los precios en los lineales todavía no había impactado en el exterior», de ahí que «parte de la labor que tuvimos que hacer fue la de informar y explicar por qué había diferencias respecto a los precios de otros mercados«.
Ahora, lo que va a pasar es que «una vez que esos aceites que estaban en los lineales se vayan agotando y que los importadores tengan que reponer aceite para sus consumidores, se van a encontrar con el escenario de los precios actuales«, por lo que habrá que ver cuál es el comportamiento.
Pérez reconoce que «es un poco una duda descubrir si la demanda en el extranjero va a mantenerse igual de sólida que se ha mantenido aquí en España a pesar del incremento de los precios», pero señala que quien consume este producto en países donde no hay tradición «suele ser un perfil de consumidor que elige los aceites de oliva por cuestiones de salud, porque entienden y conocen que tienen unas propiedades saludables inigualables», por lo que se podría esperar que siguieran haciendo esta elección.