'Stablecoins' y CBDC, el futuro del dinero
Dos categorías de criptomonedas compiten entre sí, desmarcándose de Bitcoin y ofreciendo una forma de dinero estable y eficiente
A medida que las criptomonedas han explotado en popularidad, se ha producido un aumento igualmente impresionante de nuevos casos de uso para nuevas formas de dinero basadas en la tecnología blockchain. Más allá de criptomonedas populares como Bitcoin o Ethereum, dos tipos de monedas digitales están en la mente de los organismos bancarios e inversores, las CBDC y stablecoins.
Ambas toman el marco básico de las criptomonedas y lo alteran en un intento de lograr una moneda digital más estable, segura y confiable. Esto abre un mundo de posibilidades tanto dentro del mercado cripto, donde llevan años funcionando, como ante el extenso sistema financiero y bancario tradicional.
‘Stablecoins’, la fusión entre las criptomonedas y el dinero
Las stablecoins o monedas estables son criptomonedas cuyo valor está basado en un activo de referencia, como divisas como el dólar estadounidense o el euro, o una combinación de diversos activos y monedas. Por su planteamiento, estas monedas digitales pretenden combinar lo mejor de ambos mundos, la criptografía y el dinero fiduciario. Al estar respaldadas por una moneda, o incluso activos como metales preciosos, hace que sus precios sean mucho menos volátiles que las criptomonedas convencionales. De hecho, precisamente nacieron como una solución para tener dinero en la blockchain para poder realizar pagos y compraventa de criptomonedas, pero estando a salvo de la volatilidad implícita del mercado.
La principales stablecoin por capitalización de mercado es Tether (USDT), respaldada por el dólar estadounidense. Otras stablecoins destacadas son USDC, DAI y Binance USD, emitida esta última por el principal Exchange de criptomonedas del mundo. Este tipo de monedas fue creado principalmente para ofrecer una ruta alternativa para invertir y comprar criptomonedas, así como para convertir todo tipo de criptoactivos y tokens en una forma de valor registrada en la blockchain menos volátil que otras criptomonedas reconocidas como Bitcoin y Ethereum.
Por su propuesta de valor y utilidad, actualmente hay en torno a 130.000 millones de dólares en stablecoins en circulación, utilizadas tanto en exchanges como finanzas descentralizadas. A esto se está sumando un marco regulatorio cada vez más favorable, ya que incitativas como el reglamento europeo MiCA contemplan específicamente este tipo de activo monetario, lo cual abre nuevas oportunidades para que las cripto sean utilizadas como medio de intercambio.
Las criptomonedas emitidas por Bancos Centrales, las CBDC
El término CBDC se refiere a las Monedas Digitales del Banco Central. Una CBDC es una moneda digital emitida y respaldada por una autoridad financiera centralizada o banco. La idea de crear una CBDC surgió debido a la creciente popularidad de las criptomonedas, y especialmente a los beneficios que ofrece la tecnología blockchain en las transacciones de valor tanto en tiempos como costes. Ante esto, los gobiernos y autoridades bancarias de todo el mundo han tomado nota del potencial económico que presentan las criptomonedas, utilizando estas como marco para desarrollar sus propias monedas digitales. En lugar de emitir moneda en papel o utilizar sistemas electrónicos centralizados para llevar un registro del dinero, que es el modelo bajo el que se basa el sistema actual, se propone el uso de tecnologías blockchain para la emisión, transferencia y control monetario.
Los objetivos principales de una CBDC son garantizar pagos centralizados y seguros bajo una red de pagos propia y regulada, lanzar una modernización del sistema bancario y financiero tradicional y ofrecer una alternativa atractiva y competitiva ante el auge de las criptomonedas. Más allá de esto, y en palabras de dirigentes como Christine Largade, presidenta del Banco Central Europeo, que actualmente está desarrollando el euro digital, el objetivo es implementar una herramienta de control que elimine la privacidad del dinero en efectivo para limitar el blanqueo de capitales y la financiación al terrorismo.
Aunque las CBDC son todavía un concepto relativamente nuevo en la industria bancaria global, muchos países ya están trabajando en etapas de investigación y desarrollo para crear sus propias CBDC. China fue pionera con el lanzamiento de su yuan digital en 2022, y actualmente la mayoría de economías del mundo, incluyendo Europa y EEUU, están en fase de desarrollo de su moneda digital.
Las ‘stablecoins’ y las CBDC tienen varias diferencias significativas
Ambos tipos de activos critpográficos pueden parecer similares en su forma, pero cuentan con diferencias clave en su fondo. En primer lugar, la descentralización es un pilar de las stablecoins, contrastando con la naturaleza centralizada de las CBDC, controladas por el gobierno de cada país. Sólo por este aspecto clave, para muchos las CBDC ni siquiera deben ser tildadas de criptomonedas por su nivel de centralización, alejado de las blockchains públicas como Bitcoin.
Por otro lado, mientras que las stablecoins operan sin una autoridad regulatoria central, las CBDC están destinadas a estar bajo el estricto control de los bancos centrales de cada país. Por ello, también la tributación varía considerablemente. Las stablecoins, a día de hoy, carecen de un marco tributario definido, mientras que las CBDC vendrán acompañadas de políticas de tributación establecidas por los países emisores, asemejándolas a las políticas monetarias y fiscales existentes con monedas en circulación como el euro o el dólar.
En cuanto al valor de cambio, las stablecoins no tienen un equivalente directo con otras monedas, ni siquiera con la moneda fiduciaria a la que están vinculadas. Por otro lado, las CBDC, emitidas por los gobiernos, podrán convertirse fácilmente en moneda fiat, lo que les confiere un valor de cambio general.
Por último, en términos de seguridad, las stablecoins presentan notables diferencias en comparación con las CBDC. Mientras que unas prometen implementar medidas de seguridad avanzadas, reforzadas por la regulación gubernamental, las stablecoins cuentan con la seguridad inherente de estar emitidas por redes de blockchain descentralizadas, como Ethereum, lo cual, pese a no estar respaldadas por un ente emisor, cuentan con la seguridad del efecto red de la blockchain.
Cara a cara entre dos modelos
El cara a cara entre ambos tipos de monedas es evidente, y en este caso, la principal diferencia entre ellas radica en el sistema financiero en el que funcionan y en los agentes que hay detrás de cada uno. Las CBDC están centralizadas en su propia esencia y naturaleza, mientras que las stablecoins generalmente se inclinan hacia la filosofía de la tecnología de código abierto y los ecosistemas descentralizados, al estar basadas en redes blockchain públicas y participativas como Ethereum. La falta de una autoridad central con poder sobre las stablecoins asegura transacciones más privadas y seguras, pero no se puede negar que la regulación detrás de las monedas digitales respaldadas por el gobierno las hace atractivas para los legos que aún están en gran parte al margen de la economía y el ecosistema cripto.
Las CBDC aún no han sido reveladas para uso público en prácticamente ningún país, por lo que hasta ahora solo se puede especular sobre cuál será su forma final, y por ende, cómo serán introducidas y aceptadas en cada caso. Sin duda alguna, este será, quizás el momento más decisivo de las últimas décadas en materia monetaria, sólo equiparable a la llegada del euro en la eurozona o al abandono del patrón oro a nivel mundial.