Sánchez reforzará el Ministerio de Industria y a Jordi Hereu tras la salida de Calviño al BEI
La cartera del político catalán tendrá más protagonismo en la relación con las empresas y con la SEPI
El nuevo ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu. | Alberto Ortega (Europa Press).
Pedro Sánchez prepara la transición en el Ministerio de Economía tras la inminente salida de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, al Banco Europeo de Inversiones (BEI). Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE dentro del Ejecutivo indican que además del sustituto -o sustituta- de la ministra otra de las grandes novedades del presidente será dotar de mayor responsabilidad y peso específico al Ministerio de Industria y a su titular Jordi Hereu, para que esta cartera sea uno de los puentes para reconstruir la relación con el mundo de la empresa.
La salida de Calviño -que se consumará en las próximas semanas tras ratificarse su elección en la reunión del Ecofin– dejará un importante vacío en el Consejo de Ministros español. La vicepresidenta no solo ha controlado con mano de hierro la política económica desde la llegada de Sánchez a La Moncloa en verano de 2018, sino que además ha llevado el peso ante la Unión Europea, la relación con el mundo empresarial, ha hecho frente a las demandas de Podemos y ha supervisado a otros ministerios como el de Transición Ecológica o el de Industria.
Es por ello por lo que en el Gobierno se asume que sus competencias no podrán ser asumidas por una sola persona ni una cartera por lo que habrá que repartir protagonismo y tareas, muchas de las cuales recaerán en el Ministerio de Industria y en el nuevo equipo de Hereu.
Hereu y la empresa
Desde su nombramiento en el Ministerio de Industria, Hereu ha tenido entre sus responsabilidades tender puentes con las empresas para convencerles de que vuelvan a Cataluña, uno de los compromisos que el PSOE adquirió con Junts para asegurar la investidura de Pedro Sánchez. Ahora también tendrá que acercarse a las grandes y medianas empresas para templar los ánimos, muy caldeados tras los últimos enfrentamientos entre el Ibex (Iberdrola, Endesa o Mapfre) con el Ejecutivo.
Hereu es considerado por fondos de inversión extranjeros como un político cercano a la empresa y -desde sus tiempos como alcalde de Barcelona- siempre favoreció el diálogo y entabló buenas relaciones con Caixa, Naturgy o Cellnex. Algo que Sánchez quiere aprovechar con la salida de Calviño, que en los últimos meses experimentó un paulatino deterioro de los vínculos con el sector.
Industria también tendrá un papel mucho más protagónico en la política de industrialización de España, de la mano de los PERTE y los fondos europeos, pero también en el apoyo a las grandes empresas en crisis. Hasta la fecha era Calviño la que terminaba mediando con la banca o con acreedores en operaciones como la Abengoa, Celsa o más recientemente Siemens Gamesa, pero ahora Hereu y su equipo tendrán manos libres para abordarlas.
La SEPI con Hereu
La idea del Gobierno es que Industria asuma más competencias en relación a la SEPI. La sociedad estatal seguirá bajo el alero del Ministerio de Hacienda por temas presupuestarios, pero la idea es que Hereu -en su condición de expresidente de Hispasat- utilice su experiencia para potenciar las oportunidades industriales del holding y abordar la nueva estrategia de compra participaciones minoritarias, pero relevantes, en grandes empresas del Ibex.
Respecto del reemplazo de Calviño, lo primero que tendrá que hacer Sánchez es definir qué hace con la vicepresidencia primera, un cargo que podría quedar vacante. Esto supondría que el sucesor -o sucesora- solo ocuparía un ministerio y Yolanda Díaz pasaría a ser vicepresidenta primera; Teresa Ribera, vicepresidenta segunda; y Maria Jesús Montero, vicepresidenta tercera.
El segunda interrogante será sustituir a Calviño. El presidente de Gobierno indicó el jueves en una entrevista en televisión que ya tiene «alguna idea», aunque no dio más pistas sobre la identidad del próximo responsable de la cartera económica. Desde hace semanas está sobre la mesa el nombre del exministro de Seguridad Social y actual titular de Transición Digital, José Luis Escrivá, pero con el paso de los días su candidatura ha ido perdiendo fuerza.
Sustituto de Calviño
En un primer momento, se interpretó su nombramiento en Transición digital como un paso intermedio para que se hiciese con los mandos de todo el ministerio, pero en las últimas semanas se han sumando más candidatos como el economista David Vegara; el responsable de la Oficina de Asuntos Económicos, Manuel de la Rocha; o la propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Vegara es uno de los economistas más respetados dentro del socialismo. Fue secretario de Estado de Economía entre 2004 y 2009 con Pedro Solbes como ministro de José Luis Rodríguez Zapatero, luego trabajó en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y desde 2015 pertenece al Consejo de Administración del Banco Sabadell. El problema es que es catalán y del PSC y desde algunos sectores del PSOE se cree que existe ya una representación suficiente de este sector en el Gobierno.
De la Rocha y Montero
Manuel de la Rocha ha sido el sostén e ideólogo económico de Pedro Sánchez desde el comienzo de su mandato, muchas veces enfrentándose a la propia Calviño. Si asumiera como ministro de Economía se acabaría la bicefalia entre su oficina y el ministerio, aunque su excesiva identificación con el presidente puede jugar en su contra. De momento, ya tiene rango de secretario de Estado lo que le permite seguir dependiendo directamente de Sánchez.
Finalmente, hay quien no descarta que la elegida sea María Jesús Montero. Es otra de las supervivientes del primer Consejo de Ministros de Pedro Sánchez y en estos cinco años ha demostrado absoluta fidelidad al presidente, adaptando el gasto y la gestión pública a sus cambiantes decisiones económicas.
A su favor juega que ya es vicepresidenta -por lo que no habría que modificar esta correlación de fuerzas- y que ha llevado con Calviño los asuntos más complejos de la pasada legislatura, por lo que conoce perfectamente cómo se debe abordar la gestión de Economía. Una solución salomónica sería que alguno de los otros dos candidatos asumiera en Hacienda reportando a ella directamente.
