El BCE reconoce ahora el potencial de Bitcoin
La criptomoneda ha comenzado a ser apreciada como un medio para preservar el valor y realizar transacciones
En la primera década de su existencia, Bitcoin y otros criptoactivos generaron una mezcla de fascinación y escepticismo, especialmente entre el sistema financiero tradicional y los entes reguladores. La visión inicial de Bitcoin como una forma descentralizada de dinero digital, que suponía una alternativa a las monedas fiduciarias controladas por los gobiernos, chocó con numerosos desafíos y con la propia razón de existir de organismos como el Banco Central Europeo.
Este temor ante activos como Bitcoin se ha mantenido de forma permanente hasta 2023, e incluso Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE y antiguo director general del Banco de Italia, ofreció en junio de este año un discurso apuntado una visión crítica de toda la industria criptográfica, destacando varios aspectos problemáticos. Pero ahora, por primera vez, comienzan a salir voces dentro del propio BCE que cuestionan el discurso mantenido durante años por el banco, y apuntan públicamente distintas virtudes y utilidades de Bitcoin y otras criptomonedas, así como de la tecnología blockchain que permite su existencia.
Los desafíos técnicos y ecológicos
En su discurso de junio de este año en la conferencia anual Banco de Pagos Internacionales, Panetta señaló la ineficiencia técnica de la blockchain y el alto costo energético del mecanismo de prueba de trabajo, especialmente en Bitcoin. En su visión, el desafío del trilema de la blockchain —seguridad, escalabilidad y descentralización— sigue siendo un obstáculo significativo. Además, la preocupación por el impacto ambiental de las criptomonedas, especialmente aquellas que utilizan mecanismos de consenso intensivos en energía, ha sido un tema recurrente en el discurso del Banco Central Europeo en contra de la minería de criptomonedas.
Por otro lado, la volatilidad extrema de Bitcoin y otros criptoactivos ha sido una preocupación constante. Esta volatilidad, combinada con la falta de regulación, ha llevado a muchos a cuestionar la viabilidad de las criptomonedas como una forma segura de inversión o como un medio de pago confiable.
Más allá del aspecto tecnológico o la volatilidad intrínseca, Panetta argumentó que, hasta la fecha, las criptomonedas no han proporcionado beneficios sociales tangibles y han introducido riesgos significativos en el sistema financiero. Sugería que en lugar de fomentar esta industria, los reguladores deberían vincular las criptomonedas a estándares regulatorios más estrictos, abordar su supuesto coste social y tratar los modelos cripto insostenibles como una forma de juego. En definitiva, un posicionamiento y argumentos transversales a la mayoría de entes reguladores, firmas tradicionales y bancos centrales a lo largo y ancho del mundo.
El BCE ve ahora nuevos usos y tendencias
Mientras que el tono de los comunicados y portavoces del banco Central Europeo habían mantenido un tono similar durante años, en los últimos meses, y coincidiendo con una recuperación del mercado, la apuesta de algunos bancos por ofrecer criptomonedas a sus clientes, o la más que probable aprobación de fondos cotizados de Bitcoin o Ethereum, también comienzan a verse mensajes pro-cripto desde el propio BCE. Una muestra de ello es el estudio de los investigadores del banco Paola Di Casola, Maurizio Michael Habib y David Tercero Lucas, el cual señala que, más allá de la especulación, Bitcoin ha encontrado un lugar en las economías con monedas inestables, funcionando como una alternativa para transacciones y almacenamiento de valor.
Según apuntan los investigadores en el estudio publicado el pasado 8 de diciembre, en países con monedas nacionales inestables y sistemas financieros subdesarrollados, Bitcoin ha comenzado a ser apreciado como un medio para preservar el valor y realizar transacciones. Este reconocimiento es fundamental, ya que sugiere que, a pesar de su volatilidad, Bitcoin puede tener un valor funcional real en ciertos contextos económicos. Un ejemplo de ello es El Salvador, que fue el primer país en acoger Bitcoin como moneda oficial, o países como Venezuela, Argentina o Turquía, cuyos habitantes acuden a Bitcoin para protegerse de la disparada inflación que sufren sus monedas locales.
El estudio también destaca un ciclo global de criptoactivos impulsado por motivos especulativos. Este ciclo global refleja movimientos en el precio de Bitcoin y sugiere que, a pesar de su uso práctico en algunos países, en gran parte del mundo, Bitcoin es principalmente un activo de inversión especulativa.
El futuro de Bitcoin
El cambio en la postura del BCE hacia una visión más matizada de Bitcoin implica un nuevo enfoque en la regulación de las criptomonedas. Esto incluiría medidas para mitigar los riesgos de volatilidad y especulación, mientras se reconoce su utilidad en ciertas economías. La regulación futura podría requerir un delicado equilibrio entre permitir la innovación y proteger a los consumidores y la estabilidad financiera. Prueba de este avance regulatorio es el reglamento europeo MiCA, que precisamente sentará las base sobre la prestación de servicios en criptomonedas y está llamado a ser un referente para otras economías, incluso la estadounidense.
El reconocimiento de la utilidad funcional de Bitcoin en economías inestables podría llevar a una mayor integración de las criptomonedas en los sistemas financieros globales. Esto podría incluir el desarrollo de marcos regulatorios que faciliten su uso seguro y eficiente, al tiempo que se protege contra los riesgos de especulación desenfrenada y fraude.
Aunque el BCE comenzó con una postura escéptica, los desarrollos recientes y los nuevos datos sugieren un enfoque más equilibrado hacia Bitcoin y otras criptomonedas. Reconociendo tanto sus riesgos como sus posibles beneficios en ciertos contextos económicos, el futuro de Bitcoin y las criptomonedas parece estar en un punto de inflexión, donde la regulación, la innovación y la adaptabilidad desempeñarán roles cruciales en su evolución.