Dimiten varios altos funcionarios en protesta por el traslado de la Agencia Espacial a Sevilla
Algunos trabajadores del CDTI han preferido pasarse al sector privado antes que mudarse a la capital andaluza
El sector aeroespacial en España está sumido hoy en un enredo sin parangón: de los cambios en la presidencia de una empresa estatal clave del sector al cese del que hasta ahora era el elegido para liderar la Agencia Espacial Española y el proyecto estratégico aeroespacial (conocido como Perte). A este embrollo se le une la elección arbitraria del Gobierno de poner la agencia en Sevilla. Un escenario que ha supuesto la dimisión de varios funcionarios cualificados del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial) que han decidido saltar al sector privado rechazando el traslado a la ciudad andaluza.
Las competencias del CDTI en materia aeroespacial se han traspasado a la nueva agencia. La idea del Gobierno ha sido usar el talento de los altos funcionarios de este organismo adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación para cubrir de puestos la agencia. Las oficinas centrales de este organismo se encuentran entre la Plaza de Cibeles y la Puerta de Alcalá de Madrid y fuentes cercanas comentan a este periódico que la opción que se les dio a los funcionarios de esta institución era muy clara: «Irse a Sevilla o a Sevilla».
Ante este escenario, varios de ellos optaron por otra diferente, que descolocó al ministerio: el sector privado. Ellos argumentan que este cambio provocará ineficiencias para el desarrollo de sus funciones. La Agencia Espacial Española sigue sobre la diana de muchos. Así, dentro del sector surgen muchos interrogantes sobre el objetivo que busca el Gobierno con ese organismo creado, sobre todo cuando ya existe la Agencia Espacial Europea.
La decisión final en Madrid
Una institución que, al ser estatal y estar en Sevilla, provocará que todo aquello que afecte a decisiones administrativas -como la aprobación de contratos, ayudas y puestos de trabajo- se tendrá que recurrir en la Audiencia Nacional de Madrid y no en la capital andaluza. De esta forma, y tal y como apuntan los expertos, se crea un organismo con el que se busca descentralizar la Administración, pero que jurídicamente, todo lo que haga, se judicializa en Madrid.
La elección de Sevilla como lugar para acoger la agencia se conoció en diciembre de 2022, cuando gobernaba la ciudad el por entonces alcalde socialista Antonio Muñoz, que hizo gala de ese logro durante los meses previos a las elecciones municipales. Desde el Ministerio se defendió la ciudad de Sevilla y, entre sus razonamientos, recalcó «la buena red de conexiones internacionales aéreas, AVE y terrestres, una amplia y variada oferta hotelera, así como un conjunto sólido de informes de impacto, sinergias y mercado inmobiliario».
Hace unos pocos días, el Tribunal Supremo desestimó el recurso de Aragón contra la elección de Sevilla como sede de la Agencia Espacial Española. La Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo consideró que los criterios de selección no infringen los principios de vertebración y equilibrio territorial, como sostenía el recurrente, que en su recurso alegó que se habían establecido unos requisitos que excluían la candidatura de Teruel. No fue el único territorio en quejarse. La Comunidad de Madrid, a través de su presidenta Isabel Díaz Ayuso, reiteró hace un año que su comunidad era la mejor sede para la Agencia Espacial y pidió al Gobierno abandonar su «política de regate corto».
La agencia, encargada de la ley
Por otro lado, en el estatuto de la agencia se emplaza a esta a desarrollar la ley del Espacio. La redacción de la regulación ha sido criticada porque, según en los términos en los que está planteada, apenas podría llevarse a cabo, ya que estaría limitada por la creada por Naciones Unidas desde los años sesenta y setenta, cuando tuvo lugar la carrera espacial entre Estados Unidos y Rusia. Por lo que se espera que esta se centre solo en la actividad empresarial del sector en España.
La agencia está en el edificio CREA de Sevilla, en el barrio de San Jerónimo, y se espera que esté conformada por 75 funcionarios. De momento, la incertidumbre sigue instalada en el sector, mientras la agencia busca un nuevo director tras el cese repentino de Miguel Belló, que se ejecutó a través del Boletín Oficial del Estado (BOE) hace unos días, y tras una tensa reunión en el último consejo rector de la agencia, como así atestiguan diversas fuentes a este medio.