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Economía

El robo de hipotecas se acelera y crece ya el 5,4% ante la caída de los nuevos créditos

La banca intenta captar negocio y clientes con rebajas de precio en los préstamos para quitar contratos a la competencia

El robo de hipotecas se acelera y crece ya el 5,4% ante la caída de los nuevos créditos

Oficinas de los principales bancos, Caixabank, BBVA, Santander | Efe

La banca está acelerando el robo de hipotecas ante la alicaída demanda de nuevos préstamos por la subida de los tipos de interés. Desde mediados del año pasado las entidades están inmersas en una guerra para arrebatarse estos créditos con el fin de ganar clientes y aumentar su negocio.

La tendencia de estas operaciones está al alza y, según los últimos datos disponibles recabados por THE OBJECTIVE, sumaban una subida acumulada anual en noviembre del 5,4%. Hay que tener en cuenta que la subrogación del acreedor en las hipotecas -es decir, financiación que ha sido trasladada a otra entidad- venía experimentando retrocesos desde principios de 2022 y hasta la primer parte de 2023.

La debilidad de las nuevas peticiones está obligando a la banca a ser algo más agresiva en el robo de préstamos antiguos, llevando a cabo ofertas, para elevar algo su actividad y atraer usuarios. Además la coyuntura lo permite, ya que, aunque los impagos han empezado a despuntar en este segmento, las alzas todavía no preocupan demasiado y el BCE ha dado por concluida la etapa de aumentos en el precio oficial del dinero.

El ritmo en el cambio de hipotecas de banco, de acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), ha ido en ascenso, dejando atrás los retrocesos que llegaron a ser del 7,7% de marzo. En verano este fenómeno empezó a repuntar y, así, en agosto ya avanzaron un 1,4%. Ahora, tal y como se apuntaba anteriormente, el ascenso es mucho mayor.

Si bien, el robo en los préstamos para la vivienda aún está lejos de las marcas de 2021, cuando estas transacciones llegaron a récord al aumentar más de un 156%. Entonces el sector estaba inmerso en una auténtica batalla por hacerse con clientes tras la pandemia y había un boom inmobiliario.

Las circunstancias en estos momentos son otras y está aprovechando las oportunidades que se presentan para atraer usuarios. La subida de tipos y la inflación está golpeando los bolsillos de los ciudadanos, que está buscando mejores ofertas para intentar rebajar las cuotas que pagan por las hipotecas. Un fenómeno que se está solapando con el aluvión de amortizaciones anticipadas de deuda y los cambios en los tipos de interés aplicados de variable a fijo.

A partir de ahora, una vez que haya una mayor claridad sobre la bajada del precio del dinero, fuentes bancarias aseguran que el robo podría empezar a atenuarse aunque, en todo caso, remarcan que de haber oportunidades para quitar créditos a las competencia éstas se materializarán.

Las entidades están intentando reactivar todo lo que pueden el mercado de las hipotecas, ahora que todo apunta a que el BCE reducirá los tipos este año y el euríbor ha sufrido el primer descalabro ante las expectativas de que este movimiento llegue pronto, antes incluso de primavera. El organismo monetario, sin embargo, está tratando de anular estos pronósticos tan optimista y está dejando claro que la bajada no se producirá, al menos, al menos hasta junio o julio.

Por el momento, está ya reduciendo el precio de los nuevos préstamos para adquirir una vivienda y está poniendo el foco, otra vez, en el aquellos a tasas invariables de por vida para reanimar el negocio. En noviembre la firma de hipotecas se desplomó un 19,1%.

Para la banca los préstamos para pisos representan un nicho esencial. Suponen en torno a un 40% de su cartera de financiación y es un producto con el que consiguen vincular a los clientes a través de bonificaciones en su coste para que contraten seguros, tarjetas o fondos de inversión, además de domiciliar la nómina.

La previsión que manejan las entidades es que poco a poco, una vez se vaya confirmando la caída del euríbor y el BCE dé nuevas pistas sobre su política monetaria. Pero en el sector no se espera que en 2024 haya una recuperación completa de las nuevas hipotecas. Aun así, se indica que los desplomes de 2023 son una cierta vuelta a la normalidad, ya que en 2022 hubo una vorágine compradora ante las subidas de tipos que estaba proyectando entonces el BCE para controlar la inflación. Unas alzas que fueron mayores de lo esperado en un primer momento y que han llevado el precio del dinero al 4,5%.

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