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Economía

Los mil y un usos de los 'tokens' no fungibles

Los NFT se aplican a diversas industrias a medida que mejora su usabilidad

Los mil y un usos de los ‘tokens’ no fungibles

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Los criptoactivos ofrecen hoy un amplio abanico de tipos de activos distintos. Desde criptomonedas como Bitcoin, que sirven como método de pago dentro de su propia red, e incluso, como reserva de valor digitalizada, hasta tokens de utilidad, los cuales cumplen una función específica en el ecosistema tecnológico en el que fueron creados, como el consumo de un servicio. 

Entre los diversos tipos de activos criptográficos existentes, los tokens no fungibles o NFT suponen desde el punto de vista técnico algo así como una versión de contrato de propiedad digitalizada. Esto soluciona diversas ineficiencias administrativas y burocráticas para la gestión de bases de datos, registros de propiedad y mecanismos de gestión actuales.

Por ello, más allá de la especulación asociada a las criptomonedas y, en algunos casos, a los NFT, esta tecnología puede tener multitud de aplicaciones prácticas. De la misma manera que durante años la digitalización de la economía ha llevado a que prácticamente cualquier pieza de contenido o información tenga un respaldo digital, próximamente cualquier activo, físico o digital, podría ser tokenizado en forma de NFT.

Los NFT se utilizan como certificados de asistencia 

Entre las numerosas utilidades prácticas que tienen los NFT y que ya se están aplicando, una de ellas son los POAP o «Proof of Attendance Protocol». Estos sirven como un certificado digital de participación o asistencia a un evento. Así, por ejemplo, al término de muchas conferencias en torno al blockchain y economía cripto ya se distribuyen POAP en formato NFT entre las billeteras de los asistentes, certificando oficialmente su presencia en el evento. De este modo, por ejemplo, alguien que quiera demostrar su conocimiento sobre el mercado cripto puede mostrar todos los POAP de su billetera para demostrar la cantidad de conferencias a las que ha asistido. Esto es aplicable a todo tipo de eventos, foros, formaciones y cursos, y de una forma muy sencilla es fácilmente verificable y difícilmente manipulable o falsificable. Básicamente, es un diploma digital guardado en la blockchain.

Otra aplicación de los NFT que se está abriendo camino es en la emisión de entradas para eventos, el ticketing. Esta es una industria multimillonaria que actualmente enfrenta dos grandes problemas, como son las entradas falsas y la reventa. A pesar de la evolución de las tickets tanto en papel como en formato digital, todavía se cuelan muchas entradas falsas en los eventos. Por ejemplo, en la final de la Champions League en París en mayo de 2022, uno de los encuentros deportivos más importantes del mundo, se produjo, según la propia organización, «un fraude masivo» que dejó a decenas de miles de aficionados que habían pagado por sus entradas fuera del estadio al descubrir que eran falsas. 

En respuesta, ya hay equipos que han comenzado a emitir entradas de partidos en formato NFT, vendiéndolas en plataformas y casas de cambio de criptoactivos como Binance. Así, el aficionado solo necesita comprar la entrada en formato NFT, guardarla en su móvil y mostrarla al acceder al estadio. El funcionamiento es muy similar al de una entrada digital convencional, pero mucho más seguro y difícil de falsificar al guardar un registro de entradas y transacciones en la blockchain. Tanto es así que varios eventos, desde otras competiciones deportivas hasta conciertos o conferencias, están empezando a usar los NFT como tickets.

Los servicios de suscripción también exploran los NFT

Los modelos de suscripción digital también están probando el uso de NFT, como es el caso de CNN, Fox o la revista Time. Mientras que en el modelo de CNN o Fox el usuario compra los NFT simplemente con tarjeta de crédito, en Time es necesario hacerlo mediante una billetera descentralizada como Metamask, al más puro estilo de las Finanzas Descentralizadas. Estos NFT emitidos por la revista Time, los TimePieces, se pueden comprar desde una plataforma específica o vía Opensea, y cumplen una doble función. 

Por un lado, permiten invertir en el arte digital al que van asociados, en muchos casos como fotografías o portadas icónicas de la revista en una serie numerada. Por otro lado, la posesión de uno de estos NFT sirve como suscripción a sus contenidos de pago, y para usarlo simplemente hay que acceder a la página web de la revista y conectar la billetera donde se tenga el NFT como credencial de suscriptor. 

Es una mecánica sencilla, que implica que, para acceder a un contenido desde un dispositivo, antes haya que certificar la posesión de un NFT guardado en una billetera de ese mismo dispositivo. Esto hace que sea prácticamente imposible acceder a una plataforma de pago si no se tiene el NFT acreditativo. La aplicación de esta mecánica se extiende a todos los modelos de acceso por suscripción y elimina el posible fraude de compartir contraseñas entre distintas personas, problema que incluso Netflix ha catalogado como grave. 

Lo mismo sucede con otros modelos de acceso por pago, como las plataformas educativas donde el fraude es frecuente y el acceso a un curso online se comparte entre varios usuarios al cederse las claves de acceso, usuario y contraseña. Aplicando el acceso mediante NFT, y la conectividad con web3, que hace esta comunicación posible, esto se acaba. Por ello, parece que los tokens no fungibles, a medida que madure la tecnología que lo sustente y haga que su utilización sea sencilla para todo tipo de usuarios, se irán colando en cada vez más entornos y servicios.

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