El PNV presiona para que la nueva Comisión de la Energía tenga una sede en el País Vasco
Es una vieja aspiración del partido jeltzale, que ya intentó en 2007 lograr la sede principal del regulador de energía
El PNV está presionando al Gobierno para tener una subdelegación de la nueva Comisión Nacional de la Energía (CNE) en País Vasco. Fuentes financieras aseguran que el partido jeltzale, que siempre ha mostrado interés por los asuntos energéticos, quiere tener un trozo del pastel con la creación del nuevo ente regulador de energía. El objetivo último de este movimiento también es para ‘cuidar’ la relación con las energéticas con las que guarda mayor afinidad, como son Iberdrola y Repsol.
Fuentes financieras aseguran que «mientras que a los catalanes siempre les ha interesado el tema de la banca a los vascos siempre les ha atraído la energía, por su fuerte carácter industrial. Además, este tipo de organismos autónomos -como la mencionada CNE- se pueden organizar como quieran. Por ejemplo, la Agencia Tributaria tenía delegaciones en toda las provincias».
Fuentes conocedoras creen que es posible la llegada de una subdelegación a Bilbao, pero rechazan que vayan a tener «una dirección». «En su día pidieron la sede de la CNE en Bilbao y teniendo en cuenta que Barcelona tiene una dirección de telecomunicaciones, pues tendría lógica una subsede en la capital vasca. Eso sí, manteniendo la sede principal en la calle Alcalá de Madrid. Aunque no sería nada raro, ni novedoso. Por ejemplo, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene una subdelegación en Barcelona», sentencian.
«Falta de sentido»
Las mismas fuentes, no obstante, critican la falta de sentido que tendría esta medida porque las empresas de redes están en Madrid y las principales sedes de las compañías energéticas también lo están. De momento, solo se conoce el anuncio que hizo el Ministerio de Transición Ecológica hace unos días tras el Consejo de Ministros, que permitirá resucitarla con un presidente al frente, un vicepresidente y cinco consejeros. Aún quedan meses de trámites para ir conociendo los nombres, que tienen que ser propuestos por el Gobierno y, más tarde, el Congreso se guarda el poder de aprobarlos o vetarlos.
En el año 2007, durante el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, el Congreso rechazó en la última jornada del Debate sobre el estado de nación una propuesta del PNV que pretendía el traslado de la CNE a País Vasco en el plazo más breve posible. Unos años después -en 2012- este ente quedaría desterrado con la llegada del gobierno popular de Mariano Rajoy, que lo unió a un organismo que abarcó todos los negocios regulados: la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Críticas a la nueva CNE
Fuentes expertas critican la forma con la que se ha articulado la nueva CNE. «El problema es que los funcionarios del Ministerio de Transición Ecológica han mezclado la ley de la CNMC y la de la CNE y han metido competencias en la lista que desconocen. Hay una oficina de liquidaciones -que ya no tiene identidad propia porque lo asumió la CNMC dentro de su estructura- que la han metido dentro de la nueva CNE como si siguiera existiendo.
Una situación que se da en un contexto energético en España donde existen varios frentes abiertos: la situación de las interconexiones, los problemas de capacidad (tanto por el lado de la oferta como de la demanda), las inversiones y las retribuciones a las redes, además del debate sobre el fin de la energía nuclear, donde la consultora PwC fue la última en posicionarse a favor de su mantenimiento en su informe de marzo de 2024.
La favorita para presidir la CNE
Fuentes financieras aseguran a este medio que ahora mismo hay tres nombres sobre la mesa para presidir la CNE. «El primero es el que menor opciones tiene, que es el actual consejero de la CNMV, Mariano Bacigalupo. Su nombramiento sería muy escandaloso por ser el marido de la actual ministra de Transición Ecológica. La segunda con algo más de opciones es la catedrática Natalia Fabra, que es consejera independiente en Enagás. Por último, se encuentra la actual consejera de la CNMC, María Jesús Martín, que sustituyó a Bacigalupo en dicho organismo en septiembre de 2022.
Precisamente es esta última la que cuenta, según diversas fuentes, con más papeletas para hacerse con la presidencia del nuevo ente de regulación energética. Martín ha desarrollado su carrera profesional en el sector público, principalmente en las áreas de regulación energética, derecho de la competencia en mercados de energía y política energética. También había sido directora de Energía de la CNMC y directora general de Política Energética y Minas en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico con la ministra Ribera.