Las familias que sufren para pagar el alquiler en España duplican la media europea

A pesar del dinamismo en la compra de vivienda, los problemas de acceso a la misma se han incrementado durante los últimos años y se concentran en los hogares con menor renta -jóvenes y población inmigrante- y en determinadas zonas
geográficas -áreas urbanas y turísticas-. Una cuestión que se agrava en los hogares que viven en régimen de alquiler cuyos precios se han disparado en los últimos años.

Eurostat sitúa en el 40% de la renta bruta del hogar el umbral a partir del que el gasto en vivienda sitúa a un hogar en una situación de sobresfuerzo. El gasto en vivienda de un hogar en alquiler incluye tanto el pago del alquiler como los suministros básicos asociados a la vivienda como el agua, la electricidad, el gas o internet. Es en este segmento donde España destaca en el contexto de la UE-27 por una elevada proporción de hogares en alquiler en situación de sobresfuerzo, según constata el Banco de España en su último informe.

Según el organismo, estos hogares que ‘sufren’ para pagar la renta se encuentran fundamentalmente en las grandes áreas urbanas. Mientras, esta proporción supone de media en el conjunto de los 27 poco más del 20%, en el caso de España alcanza casi el 40% de todos los hogares que viven en alquiler. Tras España se encuentra Italia con un porcentaje que supera ligeramente el 25% (datos de 2022). Aunque esta cifra, según señala el Banco de España en su informe, es similar a su promedio desde 2007, dada la mayor prevalencia del régimen de alquiler, el peso de los hogares que se hallaban en esta situación de sobresfuerzo ha aumentado desde el 3,7% de 2007 hasta el 6% de 2022.

«Los hogares con menor renta, que no pueden acceder a la vivienda en propiedad, se enfrentan a un elevado coste del alquiler que, en parte, se explica por los problemas en el funcionamiento de este mercado», señala el análisis. Un sobresfuerzo que es mayor en la Comunidad de Madrid, Andalucía, Islas Baleares y Cataluña, fundamentalmente en el centro de las áreas urbanas. Concretamente, supera el 40% de la renta neta para más del 50% de los hogares arrendatarios en los centros urbanos de estas regiones. Esta ratio se compara con la del 35% de los hogares que se encontraban en esa situación en las periferias de las áreas urbanas, o con el 30% de los inquilinos que residían fuera de ellas.

Así, los hogares españoles que residían en una vivienda de alquiler a precio de mercado realizaban un mayor esfuerzo en 2022 en
términos de su renta bruta que sus homólogos en las principales economías europeas. Este esfuerzo es superior en España en todos los percentiles de renta considerados, pero la brecha del pago del alquiler de vivienda en relación con la renta bruta respecto al resto de los países es especialmente acusada en la cola inferior de la distribución de la renta, donde se concentran las situaciones de sobresfuerzo, según el informe del organismo.

Dobla el volumen de vivienda cedida gratis

La tenencia de alquiler ha aumentado desde 2008 impulsada por los hogares jóvenes, hasta superar la media de la UE27 para este colectivo. Esta notable expansión del alquiler supone unos 3,6 millones de viviendas principales en 2023, en las que residen el 18,7% de los hogares (INE, 2024). De ese modo, se estima un aumento de 1,3 millones de viviendas adicionales en el parque de vivienda en alquiler respecto a 2007, con un crecimiento acumulado del tamaño de este mercado superior al 50%.

Este crecimiento ha sido heterogéneo entre colectivos y entre áreas geográficas, tal y como figura en el informe del organismo. En términos geográficos, los municipios de las grandes áreas urbanas y las zonas turísticas son los que han experimentado una mayor expansión del tamaño de este mercado y, también, de los precios. Dentro de las ‘características’ españolas, destaca también el peso de la vivienda cedida gratis dentro de los hogares que no viven en una vivienda de su propiedad como se puede apreciar en el cuadro superior.

Efectos en la economía

El organismo presidido por Pablo Hernández de Cos considera que los problemas de acceso a la vivienda también podrían limitar el avance del PIB a largo plazo debido a su influencia en la localización de los trabajadores, la movilidad laboral, y la proporción de hogares cuyo nivel se encuentra restringido por su gasto en vivienda.

Una situación que se podría producir a largo plazo debido a que el sobresfuerzo vinculado al gasto en vivienda de los hogares limita su capacidad de ahorro y «puede distorsionar, entre otras, sus decisiones de consumo e inversión, las de localización geográfica y natalidad». También, señala dicho informe, las relativas a la acumulación de capital humano.