ContexTO | El gran acelerador de las empresas: la IA y la economía de los datos
THE OBJECTIVE organiza un debate para abordar la importancia y los cambios tecnológicos que se avecinan
La inteligencia artificial y la economía del dato han aparecido como pilares fundamentales para el éxito y la sostenibilidad de las empresas no solo en el futuro, también ya en el presente. En un mundo cada vez más digitalizado, la capacidad de recopilar, analizar y aplicar datos de manera efectiva se ha convertido en un aspecto diferenciador que puede permitir a las empresas personalizar productos y servicios o desarrollar nuevos modelos de negocio con los que mejorar sus resultados.
THE OBJECTIVE, con el patrocinio de Samsung, ha organizado el debate ContexTO: «El gran acelerador de empresas: la inteligencia artificial y la economía de los datos». En él, participan Pablo de la Puente, responsable de tecnologías de la información (CIO) de Gestamp y miembro de la junta directiva de IndesIA, la asociación española de inteligencia artificial para la industria; Carlos López Blanco, presidente de la Comisión de Digitalización de la Cámara de Comercio de España y es consejero de Telefónica Argentina.; y Carlos Gándara, responsable de B2B de Samsung España.
A juicio de los ponentes, el sector que, probablemente, más beneficiado pueden verse gracias al desarrollo de la IA es la industria, «desde la optimización de proceso hasta la eficiencia energética». «Todo lo que es puro de fábrica, lo que estamos obteniendo es una mejora en la productividad y sobre todo en el time to market a la hora de trabajar con los clientes», afirma de la Puente.
De hecho, el avance es tan significativo que la Unión Europea se ha aventurado a regular a la inteligencia artificial, algo que algunos creen que podría suponer obstáculos en su desarrollo. López Blanco lo niega. «La regulación de la IA está pensada desde el punto de vista del usuario de la inteligencia artificial y cuáles son los riesgos que se pueden asumir en el desarrollo de la IA. Cada vez que Europa regula algo, otras partes del mundo han seguido esa regulación», aunque advierte de que «Europa va a tardar mucho en tener una posición de liderazgo en materia de IA».
A su juicio, «crear esos entornos competitivos en materia tecnología no es posible en grandes espacios. Israel y Singapur son un éxito. Ahí es donde están los problemas que Europa tiene que resolver».
Las grandes compañías, no obstante, ya están avanzando de manera significativa en aplicaciones de IA. Gándara ha destacado el poderío de Samsung en este aspecto. «A corto plazo, se espera que las empresas adopten herramientas de traducción simultánea o una llamada con traducción simultánea», destaca, lo que va a provocar un aumento de la productividad de las grandes compañías. «Identificar las voces, que una herramienta te haga un resumen de una reunión… Eso provoca una mayor productividad. Antes muchos mensajes se perdían. A corto plazo lo que buscamos es la productividad de las personas», asegura.
Pero el desarrollo de la IA y la economía del dato también tiene una ‘cara B’, y esa no es otra que el riesgo en pérdidas de empleo o la ciberseguridad. Los expertos del debate han querido tranquilizar sobre este asunto. «La IA va aprendiendo y seguirá teniendo fallos. La realidad es que va a ayudar a reducir tareas administrativas. Esa gente hay que reciclarla y que tiene que hacer cosas diferentes. Hacerle sesiones donde les explicamos que han dejado de hacer durante estos años. La gente va a tener tiempo para hacer análisis de datos. Estamos lejos de que trabajos al 100% sean eliminados», cree de la Puente.
Una idea similar mantiene López Blanco. «Lo más importante es que la gente entienda lo que la IA no puede hacer ni va a poder hacer nunca. Hay actividades humanas que van a seguir siendo humanas. Claro que se va a destruir empleo. La tecnología destruye empleo en la capa media: los contables. Por desgracia, los que andan en bicicleta repartiendo paquetes no, pero los contables tienen un problema de cuidado. Vamos a idear nuevos trabajos que van a ser más productivos y nos encontraremos otra manera de trabajar y de vivir», ha resaltado.
La otra gran preocupación es la de la ciberseguridad. «El problema es que los delincuentes están usando la IA. Hay un altísimo nivel de innovación, pero también en la delincuencia. Hemos pasado del hacker adolescente a profesionales de esto. Ahora todo el mundo está conectado y puedes atacar a una empresa grande atacando a una empresa pequeña. Toda la filosofía se basa en un principio: yo no puedo garantizar que voy a evitar cualquier ataque que sufra. Lo que tengo que hacer es una capacidad de respuesta rápida», concluye López Blanco.