Las empresas facturan un 0,6% menos y enlazan un año de caída en sus ventas
Las compañías energéticas son las más afectadas en su negocio por el descenso de los precios
Las empresas han encadenado 12 meses de caída en las ventas al sufrir a principios de este año un nuevo descenso, lo que refleja la difícil situación por la que atraviesa el tejido productivo de nuestro país. La facturación de las compañías no financieras se redujo en el primer trimestre de 20224 un 0,6% en tasa interanual. La cifra, aportada por el Banco de España en un informe de situación sobre la situación de las empresas, combina la información de la Agencia Tributaria y la Central de Balances del propio organismo, según los datos recabados por THE OBJECTIVE.
Las sociedades comenzaron a mermar su actividad en la primavera de 2023, después de que la inflación empezara a provocar estragos en los bolsillos de los ciudadanos y en el consumo en general, dando así por terminada la época de recuperación pospandemia. Por ejemplo, en el segundo trimestre de 2022, los ingresos de las empresas llegaron a crecer más de un 20%.
En el primer trimestre de 2024, el Banco de España explica que la facturación en la construcción y las actividades inmobiliarias, en la hostelería y la restauración y en el resto de los servicios aumentó a un ritmo interanual notable. El avance en estos dos últimos casos está alineado con la elevada contribución del turismo al crecimiento del PIB. En cambio, indica que se redujo en la industria, el comercio (influido por las comercializadoras de combustibles) y, en especial, la energía por el descenso de los precios.
Para el futuro más próximo, el organismo supervisor apunta a una ligera reactivación de las ventas, que tendrá que ser confirmado con datos concretos de las declaraciones fiscales, principalmente. La encuesta sobre la actividad empresarial, realizada por el organismo, anticipa a que la facturación habría crecido en el segundo trimestre del año en comparación con tres meses antes, con una heterogeneidad sectorial.
La debilidad en los ingresos está provocando que las empresas, en parte, estén requiriendo un menor flujo de créditos, con el fin de ampliar las inversiones. La misma encuesta refleja que en el primer trimestre la petición de financiación por parte de las pymes se mantuvo estable y se contrajo «ligeramente» en las grandes empresas. Una situación que habría permanecido en este segundo trimestre.
El Banco de España señala que, de acuerdo con las entidades, la debilidad de la demanda se explicaría principalmente por el impacto negativo asociado a los mayores tipos de interés, por las menores necesidades para financiar tanto inversiones en activos fijos como existencias y circulante, por el menor número de operaciones de fusión y reestructuración empresarial y por el uso de financiación interna.
Aun así, la institución que gobierna en funciones Margarita Delgado pone de manifiesto que las nuevas operaciones de préstamos bancarios concedidas a las empresas y su saldo vivo ha registrado tasas de crecimiento intertrimestral próximas a cero por primera vez desde septiembre de 2022, aunque en términos interanuales han continuado reduciéndose.
«Esta evolución se ha producido en un contexto de cierta mejoría de las condiciones de financiación y en el que la caída de la demanda de crédito proveniente de las pymes se habría detenido», añade el Banco de España. En la zona euro, prosigue el stock de préstamos ha experimentado escasas variaciones.
Los tipos de interés medio de los nuevos préstamos a las empresas cayeron ligeramente, en línea con la evolución de los tipos de referencia de mercado por los esperados recortes del BCE en el precio oficial del dinero, que finalmente han llegado este junio. La tasa aplicada a las compañías por un importe de hasta un millón de euros y a los de importe superior se situó en mayo 21 puntos básicos y seis puntos básicos por debajo de los máximos observados en el otoño de 2023, respectivamente.
En cuanto a los resultados económicos brutos obtenidos por las empresas, la institución explica que aumentó un 4,9% interanual entre enero y marzo de 2024, prolongándose la pauta de desaceleración de los trimestres anteriores. El beneficio creció en el comercio y especialmente en la hostelería y la restauración, además de en la construcción y las actividades inmobiliarias y en el resto de los servicios, debido al incremento de las ventas. Pero registró un retroceso en la industria (excluyendo el refino de petróleo) y, en mayor medida, en la energía, como consecuencia de la bajada de las ventas.