La venta de aceite de orujo se dispara un 67% hasta junio impulsado por el precio del virgen
Se produce al procesar los residuos de pulpa resultantes de los métodos de prensado para extraer el aceite de oliva
Aceite en un supermercado. | Agencias
Los cambios en el consumo de los españoles debido a la inflación continúan. Uno de los más afectados de los últimos años ha sido el aceite de oliva, cuyos precios prácticamente han estado fuera de control. El considerado por muchos ‘oro líquido’, clave en la dieta mediterránea, acumula una subida de precio de más del 70% en un año. Al ampliar el foco, el dato es aún más preocupante, con subidas de hasta el 130% desde enero del 2022 y del 200% desde enero de 2021. Unos precios que han desplazado las ventas de este producto hacia otros sustitutivos, como el aceite de girasol o el de orujo de oliva, que experimentan intensos crecimientos.
En los tres primeros trimestres de la actual campaña, las empresas de la Asociación Nacional de Industriales, Envasadores y Refinadores de Aceites comestibles (Anierac) comercializaron 162 millones de litros de aceite de oliva, una disminución del 18,76% con respecto a la del mismo periodo de la campaña anterior. El mayor volumen corresponde al aceite de oliva «virgen extra», que con 68,77 millones de litros acumulados presenta un descenso del 19,54%. No obstante, hay que destacar que la patronal Anierac representa prácticamente a todo el sector de aceites en cuanto a refinados (oliva suave, intenso y orujo) y también de semillas, pero en el caso del aceite de oliva virgen y virgen extra representan cerca del 70% del sector.
Caída en ventas
«La única parte que hay que sumarle a estos datos es en el aceite de oliva virgen y en el extra. Este tipo de producciones están al alcance del productor primario, en la almazara. Esa parte puede estar en un 30% más de lo que hay. Eso sería la radiografía nacional. La caída seguiría siendo importante, pero la variación sería menor, no tan apabullante como se ve», resalta Primitivo Fernández, director de Anierac a THE OBJECTIVE.
Al margen de esa salvedad, la tendencia es clara y muestra una disminución en el consumo de oliva virgen y virgen extra mientras crece, significativamente, la demanda de otros aceites. Los claros ganadores de esta situación son el aceite de girasol, que ha experimentado un crecimiento en ventas en lo que llevamos de campaña del 30,56% y aceite de orujo de oliva, que ha obtenido un crecimiento en el mismo periodo del 66,97%, con respecto a sus propios datos de la campaña anterior.
Tormenta perfecta para el orujo de oliva
El aceite de orujo de oliva se produce procesando los residuos de pulpa resultantes de los métodos simples de prensado para extraer el aceite de oliva. Salvo las cualidades del virgen extra, «el de orujo tiene cualidades que comparte con el aceite de oliva normal los aspectos nutricionales y saludables. Y el precio es más asequible. Es verdad que está previsto más para frituras que para un consumo fresco», explica el presidente de Anierac.
Un aceite que, hasta la crisis reputacional que sufrió en el año 2000, tenía un consumo interno anual de entorno a 50 millones de litros en envasado. Tras esa situación, en los últimos años su consumo ha descendido notablemente, pasando a penas 12 o 15 millones de litros por año. Algo que desde la industria han querido revertir mediante diversas campañas. «La interprofesional del aceite de orujo de oliva lleva dos años haciendo unas campañas más que notables, eran unas campañas ya previstas, pero que han coincidido en el tiempo con dos cuestiones importantes, con lo que ha aumentado el atractivo de este aceite», destaca Fernández.
Estas dos cuestiones son precisamente la subida del precio de los aceites de oliva y la consiguiente reducción en su consumo, y la «subida de precio extraordinaria que experimentó el girasol tras la invasión de Rusia a Ucrania». Esas campañas han coincidido con una situación que lo han hecho más visible y esto ha hecho que esté creciendo de manera importante. No obstante, su representación sigue siendo residual con respecto al resto de aceites, pero gracias a ese incremento del 66,97% hasta junio las ventas han alcanzado ya los 21,53 millones de litros.
Las ventas de aceite de girasol fueron de 250,24 millones de litros (+30,56% respecto a la campaña anterior), mientras que los aceites de semillas, colza y soja mostraron descensos del 26,16%, 8,09% y 48,97%, respectivamente.
