Los datos de la Seguridad Social confirman que la reforma laboral de Díaz no crea nuevo empleo
Las tasas de altas y de bajas apenas se han desequilibrado desde el año 2022
Los datos de la Tesorería de la Seguridad Social confirman que las tasas de altas y bajas de afiliación al Régimen General no se han movido apenas desde la entrada en vigor de la reforma laboral de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Esto pone de manifiesto que la propia reforma, aprobada en 2022, no ha sido capaz de generar nuevo empleo, a pesar de que la economía se encuentra en una fase expansiva del ciclo económico.
Así lo determina el estudio presentado ayer por Fedea, en el decimo Observatorio trimestral del mercado laboral, coordinado por Florentino Felgueroso (Fedea) y Rafael Doménech (Research BBVA), en el que han participado los economistas Ramón García (BBVA Research), Marcel Jansen (UAM y Fedea), Sirenia Vázquez (BBVA Research) y Analía Viola (Fedea).
Una circunstancia que, en opinión de José Luis Fernández Santillana, director del Servicio de Estudios de la Unión Sindical Obrera (USO), se da en nuestro país «porque hoy vemos cómo unos trabajadores entran y otros salen, y eso se nota en que el supuesto crecimiento no ha incrementado las horas de trabajo. Dicho de otro modo, tenemos el mismo pastel, pero más gente comiendo de él».
De los cuatro escenarios, este que describe Fedea, con tasas de crecimiento prácticamente inamovibles, tanto de bajas como de altas, manifiesta que el mercado laboral no ha mejorado con la reforma. Los expertos consultados aclaran que lo correcto sería, que (1) la tasa de altas crezca o, en menor medida, (2) que la tasa de altas crezca y también la de rotación.
En cualquier caso, frente a estos comportamientos del mercado laboral, los peores escenarios son: por un lado, que las tasas de altas y bajas apenas se muevan -es lo que describe el gráfico superior del informe de Fedea desde el año 2022- y, por otro, que crezca la tasa de baja y el índice de rotación, en cuyo caso se destruye empleo.
Ralentización del empleo
El documento parte de una creación de empleo que continuó en el segundo trimestre de 2024, y que se concentró fundamentalmente en los trabajadores autónomos o por cuenta ajena, y en los asalariados con contrato indefinido. Ese aumento de la ocupación fluctuó entre el 0,3% trimestral CVEC de los puestos de trabajo y el 0,8% de los afiliados en alta laboral a la Seguridad Social.
Sin embargo, según distingue el Observatorio del Mercado Laboral de Fedea, los registros de afiliación de los meses de julio, agosto y la primera quincena de septiembre ya anticipan una ralentización de la creación de empleo en el tercer trimestre.
Según este observatorio y siguiendo una marcada tendencia, la población de nacionalidad extranjera representa dos terceras partes del crecimiento de la ocupación en el segundo trimestre de 2024. Los de nacionalidad española mayores de 44 años explican el resto. Cabe señalar también, detecta el informe, que el número de trabajadores españoles de entre 25 y 44 años cayó por cuarto trimestre consecutivo.
España, a la cola de la UE
El informe, del que ha tenido conocimiento THE OBJECTIVE, también señala que la posición de España en el ranking de tasas de empleo de la UE-27 ha retrocedido en las dos últimas décadas hasta ocupar hoy la posición 24. En este punto, el estudio desvela que la mayoría de los países que se han incorporado a la UE desde 2004 han perdido población, mientras que España la ha ganado gracias a la inmigración. Tanto que, en 2024, España se sitúa en esa posición 24 superando solo a Rumanía, Italia y Grecia. Ello explica que la tasa de empleo sea siete puntos porcentuales menor al promedio de los 13 nuevos Estados miembros.
No en vano -ahonda el Observatorio de la institución que dirige Ángel de la Fuente-, el menor peso de la industria y de los servicios intensivos en conocimiento, en el caso de nuestro país –en particular, sanitarios y sociales– contribuye a explicar también la divergencia de tasa de empleo que hay entre España y la UE-27.
De hecho, desde 2021, la inmigración en España representa el 90% del avance de la población activa, mientras que la contribución de las mujeres nativas se ha estabilizado. Además, la creación de empleo anual entre la población inmigrante es también mayor que la que tuvo lugar entre 2000 y 2008.