Los médicos autónomos recurren el concierto sanitario de los 'hermanos' de Muface
Unipromel ha presentado dos nuevos recursos contra Isfas y Mugeju por vulneración de derechos constitucionales
La asociación que engloba a los médicos autónomos privados, Unipromel, ha presentado dos nuevos recursos contra los conciertos sanitarios de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil (Isfas) y del personal de justicia (Mugeju). De esta forma, trata de detener la firma de los convenios de los ‘hermanos’ de Muface hasta que se resuelva el recurso. Las razones que esgrimen son vulneración de derechos constitucionales, causas anticompetitivas y la defensa de los intereses de los médicos autónomos.
Mientras que el concierto de los funcionarios de Muface sigue en el aire tras quedar desierto y las aseguradoras esperan ahora una nueva oferta del Gobierno in extremis, el futuro de Mugeju e Isfas –que en total suman más de 600.000 inscritos (91.834 Mugeju y 559.887 Isfas)– parece estar decidido, al menos para los próximos dos años (2025.2026). La primera contará con Asisa, Adeslas y Nueva Mutua Sanitaria; e Isfas con Asisa y Adeslas.
Sin embargo, ahora, los médicos autónomos tratan de detener la firma de ambos convenios, al menos hasta que se resuelvan los recursos presentados ante el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales. Ambos recursos especiales fueron registrados el pasado 11 de noviembre.
Libre elección de médico
«Hay una serie de problemas de legalidad de las condiciones», explica el abogado de Unipromel, Juan Piqueras, a THE OBJECTIVE. «Lo principal es que se está discriminando a los pacientes mutualistas con respecto a los de la Seguridad Social, ya que se les niega el derecho como pacientes a la libre elección de médico», explica el letrado especialista en Mercados Regulados y Derecho de la Competencia. Y es que los mutualistas solo pueden elegir médico entre el cuadro de profesionales de la aseguradora por la que reciba la prestación, algo que, según Piqueras, es «atacar un derecho legal». «La libre elección es algo que corresponde al paciente y a nadie más que al paciente, ni a las aseguradoras ni a la mutualidad».
Por otro lado, denuncia que, tal como los conciertos están planteados, incumplen el derecho a la sanidad pública universal: si un mutualista acude por urgencias al sistema sanitario público, deberá abonar, sin derecho a reintegro, los gastos ocasionados, porque la aseguradora se negará a cubrir los gastos por no haber accedido al centro que se le hubiera indicado. «Esto es ilegal y discriminatorio. Es anticonstitucional, porque no existe una causa justificada para esa discriminación. Los mutualistas podrían ir al régimen general sin ningún problema, por lo que se está produciendo una violación del artículo 14 de la Constitución», expone el abogado.
Por último, los recursos presentados por Unipromel exponen un abuso dominante de las aseguradoras sobre los médicos autónomos a la hora de pagar los servicios. «Como las aseguradoras tiene el control del mercado y el control de los consumidores, imponen a los profesionales el precio que quieran, y si estos no lo aceptan, no trabajan», explica Piqueras, que indica que la Ley de Defensa de la Competencia prohíbe la explotación abusiva por parte de una o varias empresas de su posición dominante.
Un mutualismo sin aseguradoras
Los médicos autónomos privados llevan meses librando una intensa batalla para que se lleve a cabo una actualización de sus baremos. La asociación de médicos de ejercicio libre ha recopilado los baremos de todas las especialidades por aseguradora. Con algunas variaciones, la primera consulta suele rondar los 20 euros, mientras que solo reciben unos diez euros por una revisión con el mismo paciente. Si el paciente necesita una tercera o cuarta visita, corre a cuenta del médico.
El mutualismo administrativo defiende por ello un modelo sin aseguradoras, en el que el Estado pague directamente la atención médica y sanitaria de los mutualistas sin intermediarios. Es lo que llaman ‘Muface Directo’, y es lo que ocurre en otros países de Europa, como en Alemania y Francia, donde este modelo está totalmente normalizado y es la Tesorería de la Seguridad Social la que paga directamente a los médicos.