THE OBJECTIVE

Los médicos de la sanidad privada llevan 30 años sin actualizar su sueldo al IPC

La primera consulta ronda los 20 euros, mientras que solo se les paga unos diez euros por revisión

Los médicos de la sanidad privada llevan 30 años sin actualizar su sueldo al IPC

Los médicos denuncian que llevan 30 años cobrando prácticamente las mismas tarifas. | Europa Press

Los médicos de la sanidad privada llevan años denunciando a sus aseguradoras una situación que aseguran ya es «insostenible»: 30 años sin una actualización de su sueldo acorde con el IPC. Con algunas variaciones, la primera consulta suele rondar los 20 euros, mientras que solo reciben unos diez euros por una revisión con el mismo paciente.

Son datos de la asociación de médicos de ejercicio libre (Unipromel) consultados por THE OBJECTIVE, que agrupa a 5.000 profesionales y que reclama una actualización de las tarifas con el IPC tras tres décadas, asegura, congeladas, lo que supone subir sus tasas un 150%. Esta situación también ha sido denunciada por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) y el Colegio de Médicos de Andalucía, que lleva un año evidenciando la situación y señala que esta tasas llevan sin actualizarse desde 1992, cuando se estableció una retribución por consulta de, entonces, 2.000 pesetas, equivalentes a los 12 euros que se siguen pagando ahora.

En este sentido, según el II Barómetro de la Sanidad Privada en Andalucía realizado por el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos (CACM), ocho de cada diez médicos consideran que las compañías no le pagan todos los servicios prestados y denuncian una demora del pago que oscila de uno a cuatro meses. El barómetro también muestra que el 99% de los médicos privados considera necesario implementar la subida del IPC a los baremos de las compañías y el 75% considera muy insuficiente los honorarios que abonan las compañías a los médicos. En cuanto a las compañías con las que más trabajan los facultativos el resultado es: DKV, Sanitas, Mapfre, Caser y Adeslas.

Asisa y Mapfre, las que menos pagan a sus médicos

Así, la mayoría de las aseguradoras mantienen una escala de entre siete y 12 euros por consulta, según el baremo facilitado por Unipromel. Mapfre paga a sus médicos nueve euros por la primera consulta, Sanitas (11 euros), Adelslas Segurcaixa (10,07), DKV Seguros Funcionarios (ocho euros), DKV Seguros (8,50), Caser (7,21), Axa Winterthur (10 euros), Seguros Catalana Occidente (12,00) y Asefa Seguros (8,80 euros).

Otros pagos de primera consulta son Aegon (nueve euros), Plus Ultra Seguros (12 euros), Asisa Funcionarios y Asisa (8,69 euros), Cigna Life Insurance (7,81 euros), Divina Pastora (9,59 euros), Generali (13,33 euros), Unión Madrileña (7,57 euros), HNA (12 euros) y Musa (8,35 euros).

Además, la asociación de médicos de ejercicio libre lleva varias semanas recopilando los baremos de todas las especialidades por aseguradora. Así, por ejemplo, se puede ver como un profesional de Salus Seguros cobra 18 euros por una primera consulta de cardiología y 7,65 en la segunda; y un ginecólogo de Mapfre recibe 21,2 euros por consulta y 8,41 por revisión. Puedes consultar todos lo baremos aquí.

Nueve compañías acaparan el 80% del mercado

Esta situación tiene lugar con nueve compañías del sector de los seguros privados acaparando el 80% del mercado, por lo que con este oligopolio los médicos no tienen posibilidad real de negociar en la mayoría de los casos. El sector de los seguros privados de salud en España está formado por 64 compañías, sin embargo, nueve de ellas se reparten la mayoría del pastel: SegurCaixa Adeslas (28,9%), Sanitas (15,4%), Asisa (13,3%),  DKV (7,3%), Mapfre (6,8%), AXA (2,4%), IMQ (2,5%), Assistència Sanitària (2%) y FIATC (1,7%). Las otras 55 se reparten el porcentaje restante (19,7%) de los seguros médicos.

El pasado 5 de julio, 15 sociedades médico-científicas firmaron el Manifiesto Dignifica a causa de los bajos precios con los que las aseguradoras pagan los servicios médicos en la sanidad privada. «El precio baremado actual de casi cualquier acto médico caería en lo reconocido como baja temeraria, es decir, supondría realizar un acto médico muy por debajo de los costes mínimos que suponen llevarlo a cabo y, por lo tanto, en condiciones de menor seguridad, calidad y eficacia», se lee en el escrito, que denuncia que el médico debe someterse a esos precios bajo la «amenaza» de no tener clientela o no ser admitido en el centro.

Por último, señala el manifiesto consultado por THE OBJECTIVE, puede llevar a dos problemas muy graves: «el error en el diagnóstico o, en ocasiones, el sobrediagnóstico motivado por la escasez de recursos y la sobrecarga asistencial».

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