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Economía

Los datos del Gobierno revelan que España ya tiene 812.000 fijos discontinuos inactivos

La Confederación Española de Organizaciones de Mayores denuncia que un 58% de los parados tiene más de 45 años

Los datos del Gobierno revelan que España ya tiene 812.000 fijos discontinuos inactivos

2024 cierra con una tendencia clara, según USO, y es el incremento de fijos discontinuos que realmente están inactivos. | Europa Press

Los datos oficiales del Gobierno, a través del SEPE, la Seguridad Social y el INE, confirman que al cierre del año laboral de 2024 España cuenta ya con 812.600 fijos discontinuos inactivos. Es una realidad que se recoge en el último estudio realizado por la Unión Sindical Obrera (USO). Los fijos discontinuos, subraya este sindicato, son un 63,1% más que en 2021, teniendo en cuenta que ese año, un 89% de los afectados lo eran como consecuencia de la covid-19.

Hoy, los fijos discontinuos inactivos se encuentran incluidos en el grupo de ‘demandantes de empleo con relación laboral’. Sin embargo, recuerda José Luis Fernández Santillana en su estudio del mercado laboral de 2024 para USO, «seguimos sin tener datos que vengan de una sola fuente, lo que no impide que sí podamos saber el número de los que están en un ERTE (Seguridad Social) y, que además se agrupan bajo ese epígrafe».

A la espera de que el Ministerio de Trabajo precise cuántos fijos discontinuos hay, el responsable del Gabinete de USO explica a THE OBJECTIVE que para hacer este cálculo hay que «restar al total de demandantes de empleo con relación a aquellos que se encuentran en un ERTE. Y es de este modo como llegamos a saber que en diciembre de 2024, el número de fijos discontinuos inactivos (parados) habría alcanzado los 812.665».

¿Fijos discontinuos o paro real?

Al finalizar diciembre de 2024 -recoge la estadística oficial- los demandantes de empleo ‘no parados’ superaban los 1,8 millones, un 4,9% más que en 2021. Siendo así, las dudas pertinentes -señala Fernández Santillana- pasan por saber qué ocupación tienen estas personas y, por otro lado, también urge saber si tienen trabajos a tiempo parcial, segundas ocupaciones -pluriempleo- mal remunerado, o simplemente son inactivos percibiendo la prestación o subsidio por desempleo.

Es más: «El Gobierno también debería explicarnos cuál es la diferencia entre lo que el SEPE denomina ‘parado registrado’ y un ‘no ocupado’, salvo que la diferencia sea estadística, no computando inactivos (fijos discontinuos y Ertes)».



La diferencia entre estos dos datos, paro registrado y paro real, o entre ocupados y no parados -sostiene este sindicato-, «nos debería llevar a definir claramente las situaciones de los demandantes de empleo, especialmente las de aquellos que no están ocupados o están inactivos».

Registrar el paro

Por todo ello, USO propone la conveniencia de modificar la orden ministerial de marzo de 1985 por la que se establecen criterios estadísticos para la medición del paro registrado y las modificaciones introducidas en mayo de 2005, de manera que a todos aquellos que demandan empleo y no tienen una ocupación, se les considere como parados, pudiéndose a la vez establecer clasificaciones: en formación, fijos discontinuos inactivos, en ERTE, etc.

Así, resume USO, los datos de la EPA, Eurostat y el propio SEPE podrían converger. En definitiva, el paro registrado empezaría a coincidir con el paro real. Y lo que es más importante -apostilla Fernández Santillana-, «también así se pondrían los medios para dejar ser los campeones de Europa en esta materia».

Un grupo de hombres mayores

Los mayores en el empleo

En el mes de enero, la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma), presidida por el propio José Luis Fernández Santillana. ha denunciado que un 58% de los parados en España tiene más de 45 años, según datos de diciembre de 2024 publicados por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Ceoma reclama que se tomen medidas para «acabar con esta discriminación por edad» a la hora de acceder a un empleo.

Según Fernández Santillana, «en la actualidad las empresas prefieren contratar a candidatos más jóvenes porque creen que tienen habilidades más actualizadas y mayor adaptabilidad, sin tener en cuenta que los mayores poseen una gran experiencia y unos hábitos de trabajo muy valiosos».

En este sentido, recuerda que las «barreras» que tienen las personas mayores de 50 años para encontrar trabajo «les puede hacer sentirse menos valoradas, aisladas, y afectar a la autoestima y al bienestar emocional, e incluso provocar problemas de salud mental, como ansiedad o depresión».

Las mujeres, las más afectadas

En el caso de la mujer, señala Fernández Santillana, «la situación aún se agrava más, ya que suponen el 60% del total de parados registrados». Además, seis de cada 10 tienen más de 45 años, diez puntos porcentuales más que los hombres, lo que demuestra que «para una mujer mayor de 50 años, encontrar un empleo se ha convertido en misión imposible».

Ante esta situación, Ceoma reclama a las instituciones y a las empresas que impulsen «políticas inclusivas que promuevan la igualdad de oportunidades», como por ejemplo una apuesta «ambiciosa» por la formación continua para que los trabajadores mayores «se mantengan actualizados y competitivos».

También pide implantar programas de ‘mentoring’ que fomenten la transferencia de conocimientos entre generaciones, dando incentivos a las empresas que contraten a trabajadores mayores y con el desarrollo de campañas de sensibilización que «eduquen a empleadores y a la sociedad sobre los beneficios de una fuerza laboral diversa en términos de edad». «Si se promueve la inclusión y se ofrecen oportunidades equitativas -defiende Fernández Santillana-, se puede aprovechar el potencial de todos los trabajadores, independientemente de su edad».

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