Los mataderos sufren el apagón con la incautación de ganado, tripería y vísceras
Las patronales cárnicas estiman unas pérdidas que podrían ascender a 190 millones de euros

Escaparate de carne | Archivo
El sector agroalimentario sigue haciendo balance del apagón del lunes con consecuencias dispares. Las organizaciones empresariales del sector cárnico ANICE y FECIC, las mayoritarias del sector, estiman que las pérdidas podrían ascender a 190 millones de euros. Unos datos que han recabado tras consultar con las principales empresas del sector y que han comunicado por carta a la secretaria general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), Ana Rodríguez Castaño, además de su profunda preocupación por el impacto que el suceso ha tenido en el sector cárnico.
Las mayores incidencias se produjeron en mataderos, salas de despiece e industrias elaboradoras, donde la producción se interrumpió bruscamente. El resultado ha provocado pérdidas inmediatas, según el sector. En los mataderos destacan las pérdidas del valor de los animales aturdidos, pero no sacrificados. Las pérdidas también han sido millonarias en el caso de los que sí pudieron ser sacrificados durante la mañana del lunes, pero no eviscerados, y los miles de canales que se quedaron colgados en las líneas de faenado o en las salas de oreo.
Estos animales, tal y como explica el sector, han sido decomisados, junto con tripería, vísceras y, de manera significativa en las industrias de elaborados, las masas elaboradas para productos cocidos y curados o los productos en hornos. Además, ha habido deterioro en maquinaria, estaciones de bombeo, depuradoras, aparatos electrónicos y sistemas, entre otros. «Los daños son cuantiosos», lamentan fuentes del sector en conversación con THE OBJECTIVE.
El pescado ‘se salva’ por un día
Suerte diferente ha experimentado durante el apagón la industria pesquera. En su mayoría, según aseguran fuentes del sector, no ha sufrido elevadas pérdidas de género y ha podido arrancar su semana laboral, que empieza el martes, con normalidad. El lunes es un día flojo en la mayoría de mercados, y en el caso de las pescaderías en particular. Muchos establecimientos no abren porque es el día que compran género.
Como no hay género fresco, salvo en puertos, la mayoría de los pequeños comercios de este producto tiende a descansar. Esta tradición de las pescaderías, y las fechas en las que se ha producido el apagón, evitaron males mayores, ya que el producto se conservó en las cámaras frigoríficas sin problemas. «Siempre cerramos y el pescado no me entra hasta martes», asegura a este diario Pedro, que regenta una pescadería en el barrio madrileño de Ventas. «Las pérdidas podrían haber sido mayores en un día normal, veremos los seguros cómo responden», añade.
Preocupación en el lácteo
En la ganadería preocupa, tal y como contamos en este diario, el sector lácteo, por la ruptura de la cadena del frío de la leche ordeñada, que ha tenido que ser eliminada, y por el estrés que han sufrido muchos animales. «Gracias a la fecha en la que ha sucedido no hemos tenido que tirar toneladas de fruta y carne», asegura Luis Cortés Isidro, Coordinador Estatal de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos. Cortés, en conversación con THE OBJECTIVE, pone el foco en el sector de ganadería láctea en el que constatan pérdidas generalizadas.
Este tipo de ganado necesita ser ordeñado dos veces al día, lo que no ocurrió por el apagón. La situación generó estrés a los animales y posibles casos de mastitis, que tendrán que tener seguimiento para ver el alcance de la situación. «Igualmente, se reportan pérdidas en granjas y cooperativas al estropearse la leche recogida en los tanques», añade. «No sabemos aún el volumen de leche que hemos tirado y que tendremos que tirar y la afección de los próximos días de animales que tengan fiebre por mastitis. El problema es de tal magnitud que, en ocasiones, hay que sacrificar», lamenta el representante de Unión de Uniones.
Además, en el ámbito ganadero, la interrupción de los sistemas de ventilación, alimentación automática y otros procesos mecanizados crearon problemas para el cuidado y la cría de explotaciones intensivas de porcino, aves y conejos. Desde el sector explican que incluso se reseñó la caída del Sistema de Gestión Telemática para la presentación de la Solicitud Única de la Política Agrícola Común (PAC).