Denuncian a Escrivá por usar el Banco de España para subir el impuesto de Sucesiones
El órgano supervisor publica un artículo que defiende recortar derechos a las CCAA para recaudar más

José Luis Escrivá.
La Asociación Nacional contra el impuesto de Sucesiones y Donaciones, Stop Sucesiones, ha decidido denunciar el «uso político» que el Banco de España acaba de llevar a cabo en un artículo a favor de armonizar estas dos figuras tributarias. Es decir, a favor de subir estos impuestos a nivel estatal, tal y como siempre ha defendido el Partido Socialista, y en líneas generales la izquierda.
Por este motivo, y según ha podido conocer THE OBJECTIVE, Stop Sucesiones va a emprender una campaña de movilización institucional, política, jurídica y mediática para frenar esta «ofensiva fiscal» e impedir lo que en su opinión es una «provocación directa» por parte del Banco de España, que gobierna José Luis Escrivá. «Una provocación a los ciudadanos de comunidades como Madrid, Andalucía, Extremadura, Murcia, Castilla y León, Galicia, Canarias o Comunidad Valenciana» -señala el presidente de esta asociación, Eligio Taboada-, «porque está recomendando eliminar las bonificaciones autonómicas que han permitido que millones de familias españolas pudieran heredar sin ser saqueadas por Hacienda».
El mencionado artículo del Banco de España -publicado el 1 de julio de este año, poco después del Informe Anual que prescindió de hacer un análisis exhaustivo de la sostenibilidad de la reforma de las pensiones, por no querer entrar a valorar políticas de impacto redistributivo– se sirve de un modelo de microsimulación que va en una única dirección.
Una dirección que básicamente se centra en el hecho de que si todas las comunidades autónomas fijasen los parámetros del ISD en los niveles que contempla la ley estatal, que sirve como referencia para este tributo, la recaudación podría elevarse en 0,5 puntos porcentuales de PIB, hasta el 0,7%.
La inspiración de Piketty
Los autores del artículo titulado, El posible impacto recaudatorio de algunas reformas hipotéticas del impuesto sobre sucesiones y donaciones (Isabel Mico y Roberto Ramos, del Departamento de Análisis de la Economía Española), se han basado en un trabajo que ya hicieron en 2023 y en cuya introducción hacen referencia al economista francés, Thomas Piketty, muy cuestionado por los métodos estadísticos utilizados, la validez de sus proyecciones y las conclusiones a las que llega sobre la creciente desigualdad. El autor de El capital en el siglo XXI es un claro defensor de un impuesto mundial de Patrimonio.
Dos años después de la publicación de ese paper, el Banco de España recupera una síntesis del mismo en un artículo en el que subraya que, para sortear «el prolongado desequilibrio de las cuentas públicas españolas, caracterizadas por exhibir unos niveles elevados de déficit estructural y de deuda pública», es necesario que «se implemente en nuestro país una estrategia de consolidación presupuestaria a medio plazo con el fin de reforzar la sostenibilidad fiscal y de crear márgenes de actuación para responder a posibles perturbaciones adversas en el futuro».
Insisten en que en nuestro país «sigue pendiente una reforma del sistema de financiación autonómica que corrija algunas de las limitaciones que este ha mostrado a lo largo de las últimas décadas. Y, dicha reforma -mantienen-, debería cumplir con los principios de suficiencia de los recursos disponibles para las comunidades autónomas (CCAA) —sobre la base de algún método de cálculo objetivo de las necesidades reales de gasto de las CCAA—, corresponsabilidad fiscal de estas en la financiación de sus gastos y, transparencia en los distintos parámetros que determinan el funcionamiento del sistema y su evolución».
Eliminar bonificaciones
Con este argumentario inicial, y partiendo de la situación del ISD en las comunidades autónomas desde 2022, Mico y Ramos elaboran una microsimulación de la que concluyen que para la recaudación de estos impuestos pase del 0,23% del PIB al 0,74%, se han de aplicar cuatro reformas: no aplicar las bonificaciones de la cuota establecida por las CCAA -lo que hace Madrid desde hace años; reemplazar las escalas de gravamen de las CCAA, por las de escala estatal -esto afectaría sobre todo a Cataluña y Baleares- y reemplazar también las reducciones por parentesco por las fijadas por la ley estatal, perjudicando así a los herederos de Andalucía y Cataluña.
La cuarta reforma añadiría el resto de los valores por defecto de los parámetros del impuesto, esto es, los que se utilizan si las CCAA deciden no modificarlos, en particular en lo referente a las reducciones por cantidades percibidas por seguros sobre vida y por adquisición de la vivienda habitual del causante y a los coeficientes multiplicadores en función del patrimonio preexistente.
El efecto sobre el heredero
El efecto de la armonización del impuesto de Sucesiones y Donaciones, como ahora aboga el Banco de España -pese a que no deja de ser una política de dimensión redistributiva- ha sido objeto de análisis de Stop Sucesiones, que denuncia «una operación política disfrazada de objetividad institucional», cuya inmediata consecuencia para el heredero de una vivienda de 200.000 euros es que tendrá que volver a pagar 28.250 euros al Estado, «lo que es inaceptable», remarca Taboada.
La consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos de la Junta de Andalucía, Carolina España, también se ha pronunciado en estos términos para nuestros lectores, señalando de antemano que si se recupera este impuesto, «un joven que herede una vivienda valorada en 200.000 euros tendría que pagar más de 28.000 euros, y más de 50.000 en una de 300.000».
Lamenta Carolina España que de ser así, «muchos ciudadanos se verían en la tesitura de tener que pedir un préstamo para aceptar la herencia o renunciar a ella. ¿En qué cabeza cabe?», se pregunta. De ahí que «la propuesta del Banco de España va a servir, para elevar el impuesto al nivel más alto de su historia, pero también a triplicar a lo que pagaban los andaluces antes de las rebajas que impulsó el actual Gobierno andaluz».
«España no tiene un problema de ingresos»
Para Cristina Enache, economista de la TAX Foundation, «España no tiene un problema de ingresos fiscales, tiene un problema de gasto y despilfarro de dinero público». Y «la consolidación fiscal se puede lograr bien vía ingresos o bien vía gasto y crecimiento económico».
Enache no encuentra justificación al planteamiento del BdE, porque «en el caso de España, las herencias recibidas por las personas de los quintiles más bajos representan el 95,6% de la riqueza neta de estos hogares, el porcentaje más alto de los países de la OCDE. Esto indica -puntualiza- que las pequeñas herencias y donaciones tienen un efecto igualador en la redistribución de la riqueza, y este efecto es mucho más pronunciado en España que en el resto de países de la OCDE».
Estos datos -señala Enache-, «respaldan que la reforma del impuesto sobre sucesiones y donaciones debería ir en la dirección opuesta a la propuesta por el Banco de España». Dicho de otro modo. «el impuesto sobre sucesiones y donaciones debería bonificarse no solo para hijos y padres, sino también para sino para todos los contribuyentes, independientemente del grado de parentesco con el causante, incluyendo nietos, hermanos, tíos, sobrinos y herederos no relacionados con el causante».
La deflactación recauda más
Para Francisco de la Torre, inspector de Hacienda y autor del éxito editorial, La factura del cupo catalán, el informe del Banco de España, ya parte de la premisa de que si las CCAA se ajustasen a la ley estatal del impuesto de sucesiones, «la recaudación podría elevarse en 0,5 puntos del PIB, hasta el 0,7%».
«Estamos hablando -afirma en un artículo publicado en el El Economista– de triplicar la recaudación del impuesto, y obtener más de 7.000 millones de euros adicionales al año. La cifra parece importante -señala-, pero es menos de la mitad del aumento, entre 2018 y 2024, de la recaudación del IRPF por no haber ajustado el impuesto a la inflación, la subida de impuestos derivada de la ‘progresividad en frío’».
Y, «hay otra diferencia importante -indica este inspector-, el aumento de la recaudación del IRPF es real, mientras que el aumento de la recaudación del impuesto de sucesiones y donaciones es hipotético, y aunque lo sostenga el Banco de España y un modelo, es prácticamente imposible que se diese en la realidad».