Los mercados reciben menos sardinas y más caras por la escasez y el tope pesquero
Los pescadores están descontentos con los límites fijados por la UE y el Gobierno

Sardinas recién descargadas por pescadores brasileños. | Reuters
Desde comienzos de agosto, los precios de la sardina en los mercados mayoristas españoles experimentan una escalada preocupante, mientras la oferta se contrae por recortes en los cupos que limitan la capacidad de pesca justo en plena temporada. La presión sobre el sector se intensifica a medida que el Gobierno y la Unión Europea sostienen su política de cuotas rígidas para garantizar la sostenibilidad de la actividad pesquera y del medioambiente, con una distribución que penaliza especialmente al norte y sur peninsular.
El precio de la sardina en los mercados municipales ha alcanzado esta semana los tres euros de media, un 8% más que a inicios de mes, o un 22% más que el año pasado sobre las mismas fechas, cuando cotizaba a 2,45 euros. La media en lo que va de año es de 3,450 €/kg, frente a los 3,15 € en 2024 (+11,1 %) y los 3,06 € en 2023 (+14,4 %). El valor actual se sitúa en el doble del de 2007 y desde 2016 (2,97 €), el incremento acumulado es del 17,9 %.
Uno de los factores que impulsan esta subida es la escasez de producto, a la que ha contribuido el recorte de los cupos: los cerqueros del Cantábrico han reducido sus topes semanales de captura, mientras el sector sigue luchando por compensaciones. El pasado 6 de agosto, una resolución del Ministerio fijó nuevos límites semanales por embarcación para la flota de cerco: los barcos más grandes sólo podrán capturar 6.000 kg por semana (antes 10.000 kg), mientras el resto verá su máximo reducido a 4.000 kg (antes 7.500 kg).
Estos topes también se desglosan en límites diarios se fijan en 3.000 kg/día (grandes) y 2.000 kg/día (pequeños) si tienen registro electrónico; y 1.200 kg/día (grandes) y 800 kg/día (pequeños) si carecen de él. Quedaban pendientes las distribuciones sobrantes desde el sur –donde la flota del golfo de Cádiz ya ha transferido o vendido cerca de 2,93 millones de kilos al norte, quedándole unos 1,46 millones disponibles–. Mientras tanto, la bolsa colectiva del norte (Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco) ha agotado ya los 10,13 millones de kilos asignados para esta campaña.
No es un proceso fácil, ya que tanto en el norte como en el sur se reclaman compensaciones. La Secretaría General de Pesca emitió posteriormente una resolución para repartir 1.500 toneladas adicionales de sardina ibérica (stock PIL/8C9A) de un intercambio de posibilidades de pesca con Portugal.
La decisión ha sido polémica en el sector, ya que los pescadores andaluces ven injusto que solo se les asigne el 15% del total, de modo que varias cofradías han anunciado su intención de recurrir los límites. En los planes iniciales, 600 toneladas (el 40%) se reservaba al Golfo de Cádiz y las otras 900 toneladas a la flota del Cantábrico y Noroeste, pero finalmente la inmensa mayoría se concedió a la zona norte.
Para 2025, la cuota total de sardina ibérica para la flota española se ha fijado en 17.332,2 toneladas (17.332.230 kg), lo que supone un incremento del 16,4 % frente a 2024. La distribución de esa cuota es: Artes menores (xeito): 445.438 kg; cerco, racú y piobardeira en Cantábrico y Noroeste: 10.132.075 kg; Cerco en golfo de Cádiz: 6.754.717 kg.
Pese al aumento, existe indignación en el sector, ya que la población de sardina en el Atlántico nororiental se ha recuperado del declive que sufrió en 2017. Lo que ven actualmente los pescadores es un mar lleno de sardinas, por lo que les frustra no poder pescar un producto que pueden colocar a precios relativamente altos en la lonja.
Es en este contexto que generó inquietud la rebaja del cupo semanal y diario autorizado por parte del Ministerio de Pesca y Agricultura que dirige Luis Planas. La decisión, que ha molestado por llegar en plena temporada de este pescado azul, se produce en un intento de que las cuotas anuales no se agoten demasiado temprano, pues con los desembarcos a pleno rendimiento, se calcula que algunas zonas podrían quedarse sin margen a finales de mes con el ritmo actual.
Aunque la cuota global ha subido, la flota del norte denuncia que la falta de flexibilidad y los límites diarios y semanales restringen severamente su forma de faenar, especialmente en plena temporada alta, cuando el coste del producto es mayor. El Gobierno y la UE defienden estas medidas como imprescindibles para asegurar la recuperación del stock de sardina ibérica, especialmente tras años de declive que han puesto en peligro la pesquería. El adelanto de la apertura para la flota del golfo de Cádiz, que desde el 1 de febrero puede capturar sardina y boquerón tras concluir su veda obligatoria, fue presentado como una oportunidad para mejorar la viabilidad económica del sector.
No obstante, desde las cofradías del norte se critica que el sistema de bolsa común y el fraccionamiento de cupos penaliza justamente a quienes están en mayor necesidad, y que los pescadores, pese a haber protagonizado esfuerzos por la sostenibilidad, no pueden ejercer su actividad. Aunque los intercambios de cuota están previstos, las restricciones operativas retrasan la recuperación y asfixian financieramente el sector.