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Economía

Miranza cierra 2025 con una facturación de 120 millones tras desembarcar en Portugal

Ramón Berra, director general del grupo, cuenta a THE OBJECTIVE los planes estratégicos de la compañía

Miranza cierra 2025 con una facturación de 120 millones tras desembarcar en Portugal

Ramón Berra, director general Miranza. | Cedida.

Miranza, grupo líder en oftalmología de alta complejidad, encara el final de 2025 con resultados «muy positivos», según explica a THE OBJECTIVE su director general, Ramón Berra. Aunque el ejercicio aún no ha concluido, la compañía ya puede hacer balance: ha cumplido sus objetivos de expansión, ha reforzado su presencia en España y por fin ha desembarcado en Portugal, un paso que llevaba años planificando.

«Este año hemos seguido incorporando centros a la red Miranza, que siempre ha sido nuestra estrategia: construir una red de clínicas de excelencia oftalmológica», señala Berra. La compañía ha sumado nuevas clínicas en Santander, Sevilla y Málaga, además de dos centros en Oporto, con los que inaugura su actividad en el país vecino. De esta forma, el grupo suma así más de 40 centros en España, Andorra y Portugal.

Miranza cerrará el ejercicio alcanzando los 120 millones de euros, la cifra prevista en su presupuesto anual. El crecimiento llega no solo por las adquisiciones, sino también por el buen comportamiento del negocio de base. El directivo asegura que han «tenido un crecimiento orgánico muy importante», destacando la fortaleza de la demanda en los centros existentes.

Plan 2026: más adquisiciones y nuevas ampliaciones

De cara a 2026, la estrategia seguirá centrada en el crecimiento inorgánico. Miranza tiene abiertas «un montón de operaciones» en España y Portugal y arrancará el año con una adquisición que no ha podido cerrarse antes por «cuestiones legales», según Berra. Aunque no revela su ubicación, sí avanza que se trata de una comunidad autónoma en la que el grupo ya está presente.

De esta forma, el objetivo para el próximo ejercicio es claro: sumar entre cinco y seis millones de euros de ebitda vía adquisiciones. Además de nuevas compras, el grupo prevé ampliaciones en clínicas ya existentes, especialmente en zonas de fuerte demanda como País Vasco, Madrid y Baleares. En paralelo al crecimiento corporativo, Miranza mantiene un amplio programa de I+D. «Investigamos nuevos medicamentos, nuevas lentes, nuevos tratamientos… incluso proyectos de inteligencia artificial para acelerar diagnósticos», agrega el directivo.

Portugal: un mercado pequeño pero clave

El directivo recuerda que Portugal es un mercado más reducido, donde con seis clínicas ya se alcanza una posición de liderazgo. Miranza continuará creciendo allí, aunque a un ritmo más moderado que en España. Precisamente a principios de diciembre completaba la adquisición de Oftalmocenter, un centro especializado situado en pleno corazón de Guimaraes. La operación supone un nuevo paso en la estrategia de crecimiento de Miranza en Portugal y consolida la creación de un polo de excelencia oftalmológica en el norte del país.

Esta es su segunda clínica oftalmológica en el país luso, lo que le permite reforzar el trabajo en red junto a Miranza Coantas, en Oporto, integrada en el grupo en mayo de 2025. La colaboración entre ambos centros permitirá ampliar la cartera de servicios, mejorar el acceso de los pacientes a tratamientos avanzados y potenciar la eficiencia operativa del Grupo en el área metropolitana de Oporto.

La catarata, el motor de la actividad

El 40% de los tratamientos que realiza Miranza corresponden a cirugías de catarata. «Es una patología muy prevalente y, además, la opción de lentes multifocales —que eliminan la necesidad de gafas— no la cubre el sistema público ni las aseguradoras», explica Berra. Esto convierte el servicio en uno de los principales impulsores del negocio privado.

Miranza publica cada año un barómetro de salud ocular y los resultados de 2025 no han sido especialmente optimistas: la población española obtiene un «aprobado raspado». Berra señala una contradicción clara: «La mayoría dice que valora mucho su salud visual, casi más que la general, pero luego no acude a revisiones». Una falta de hábito preventivo que, asegura, es «puramente cultural».

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