El Sabadell, lejos aún del precio ofrecido por BBVA: vale 1.900 millones menos
El banco catalán cotiza a 10.300 millones, frente a los 12.200 millones fijados por el vasco en la opa hostil
Muchos inversores y expertos se han preguntado estos días si BBVA ha puesto sobre la mesa un precio atractivo sobre Banco Sabadell en su oferta pública de adquisición de acciones (opa) con carácter hostil. Algunos de ellos consideran que el valor es el adecuado y es atractivo, ya que implica una prima media sobre el 30% sobre la cotización de la entidad catalana el día antes de que se conociera que estaba dispuesto a absorberlo a través de una propuesta de compra y posterior fusión. Otros, en cambio, sostienen que se ha quedado corto y que debería mejorar la propuesta, con un aumento en el canje de los títulos o con la incorporación de una parte en metálico, sobre todo para lograr la mayor adhesión posible.
El mercado en ningún momento ha dado un valor cercano al que ha considerado BBVA, tanto en su planteamiento inicial como en su opa hostil. En la actualidad está lejos de los 12.200 millones ofrecidos por el grupo vasco. En concreto, según los cálculos de THE OBJECTIVE, en base a la evolución en Bolsa, está a 1.900 millones, ya que la capitalización del Sabadell roza casi los 10.300 millones de euros.
Las fuentes consultadas no creen que BBVA esté pagando poco y consideran que esta diferencia existente se debe a la penalización que está teniendo el banco comprador, lógica para este tipo de operaciones. El castigo que está sufriendo, con una caída del 8,2%, es lo que está frenando la escalada del Sabadell, porque los títulos están tendiendo a la ecuación de canje establecida. Cuanto más se reduzca la prima ahora sobre los precios actuales, explican las mismas fuentes, más probable es que tenga éxito la opa. El viernes se encontraba apenas en un 9,8%, frente al 30% prometido.
Pero, que el valor del Sabadell esté aún tan alejado del establecido por BBVA tiene otras lecturas y derivadas. Una de ellas es que los inversores no tienen tan claro que el grupo vasco vaya a poner sobre la mesa una mejora, aunque tenga opciones para hacerlo. Una de ellas es por ejemplo la venta de su filial turca Garanti. Precisamente, en abril de 2022 elevó el precio de su oferta por la totalidad de la división otomana un 23%. Asi que no es la primera vez que tiene que aumentar una propuesta para alcanzar sus pretensiones.
Otra de ellas es que los inversores descartan que el Sabadell vaya a conseguir un ‘caballero blanco’ que le evite caer en las garras de BBVA. La entidad estaría buscando un aliado, otro banco que presente una contraoferta más alta que la del grupo vasco. Esta es la única vía que tiene abierta la entidad catalana para escapar del control del conglomerado presidido por Carlos Torres. Aunque en su rechazo, ya aprobado por el consejo de administración, cuenta con el apoyo del Gobierno, que ha anunciado que ventará la integración para desbaratar el cuadre económico de la operación, ya que no puede bloquear la opa.
Se podría dar la paradoja de que BBVA controlara el Sabadell, incluso con un 100% del capital, y que no pudiera llevar a cabo la integración. Esto arruinaría las sinergias de ahorro de costes y los retornos previstos, que son de 850 millones según el plan. En este escenario, la entidad vasca adoptaría medidas para intentar alcanzar la rentabilidad o minimizar el impacto, como deshacerse de la filial británica del catalán, cerrar un número mayor de sucursales y todas ellas del banco comprado; y despedir a más trabajadores de lo inicialmente calculado. Las dos últimas medidas irían en contra de lo que pretende el Gobierno, que ha salido en tromba a rechazar la operación por el impacto sobre el empleo, entre otras cuestiones. Según adelantó este periódico, la fusión conllevará el ajuste de 4.500 personas y la clausura de unas 800 sucursales, que son el equivalente a un tercio y dos de cada tres, respectivamente, de la compañía que preside Josep Oliu en nuestro país.
La idea de BBVA es convencer al Ejecutivo de las bondades y las ventajas de la integración para que su veredicto final sea positivo. Pero no descarta que el Gobierno cumpla con lo indicado y vete una fusión, a pesar de que diferentes miembros del Ejecutivo habían sido informados previamente de la oferta.