El hijo mayor de Ana Botín amplía la firma que le cedió su madre con villas de lujo en Marbella
Felipe Morenés tiene una participación del 15% en The Cape Cabopino a través de la patrimonial Oquendo
Felipe Morenés, hijo de la presidenta del Santander, Ana Botín, participa en un proyecto de villas de lujo de nueva construcción en las inmediaciones de Marbella (Málaga). El primogénito de la banquera dispone de un 15% en The Cape Cabopino, la empresa que desarrolla el complejo inmobiliario en la Costa del Sol a través de la firma patrimonial que le cedió a principios del año pasado su madre, Inversora Oquendo. Amplía así, por tanto, su negocio.
Morenés es un gran experto en el sector del ladrillo. En la actualidad es accionista significativo, junto a uno de sus grandes aliados, Juan Pepa, de la promotora Neinor, y durante años fue el máximo responsable en nuestro país del fondo Lone Star. De acuerdo con las cuentas de 2023 de Oquendo, de la que el hijo de Botín es socio único, la participación en las casas de lujo marbellí está valorada en 420.000 euros. La memoria, a la que ha accedido THE OBJECTIVE en Insight View, destaca que las acciones en The Cape Cabopino son de «plena propiedad».
Oquendo era una de las firmas patrimoniales que tenía Ana Botín hasta que hizo el traspaso y está especializada en la gestión de fincas rústicas y el alquiler de viviendas. Morenés tiene otra serie de activos, como acciones de Bankinter y de Línea Directa, ambas controladas por la familia de banqueros a través de Cartival, instrumental del recientemente fallecido Jaime Botín -tío de la presidenta del Santander.
La sociedad de Felipe Morenés, por tanto, contaba con unos activos totales valorados en 31,6 millones de euros a finales de 2023, entre ellos los del banco naranja y la compañía aseguradora. En concreto, tiene 5 millones de títulos de Línea Directa, cuyo coste de adquisición fue de 6,8 millones. En 2022 y 2023, fruto de la crisis vivida por la firma de pólizas, tuvo que llevar a cabo una depreciación por el desplome de la cotización por un total de 2,61 millones. En cuanto a Bankinter, el hijo de Botín posee 50.000 acciones, valoradas a coste en poco más de 210.000 euros. En la actualidad, esta participación alcanza una tasación de 400.000 euros, es decir, casi el doble por la subida de la entidad en el mercado.
Inversora Oquendo está domiciliada en una de las viviendas de que dispone Ana Botín, en el céntrico barrio madrileño de El Viso, y uno de sus principales negocios es Navas de los Corchos, una finca de explotación agrícola. Precisamente desde antes del traspaso, esta filial y otro de los vehículos patrimoniales de Ana Botín, Cronje, tienen constituida una comunidad de bienes sobre esta finca ubicada en Córdoba mediante la que comparten su administración y su cuenta de resultados.
La patrimonial en manos de Felipe Morenés además tiene en su balance, según la memoria anual de 2023, el 100% de Akein Inversiones. Esta posee y administra fincas rústicas y urbanas por un valor de apenas 103.000 euros, que está completamente deteriorado. Tiene unas provisiones de siete millones de pérdidas futuras. Asimismo, la compañía que cedió Ana Botín a su primogénito dispone de Inmoskye Asesores Inmobiliarios, con un valor contable residual y con un ajuste del mismo de 1,2 millones.
Oquendo registró pérdidas el año pasado, aunque inferiores a las del ejercicio precedente. En 2023, ya bajo la batuta de Morenés, la firma redujo prácticamente a la mitad los números rojos, de los 1,55 millones a los 854.000 euros. Pero amplió levemente las deudas, hasta los 9 millones de euros.
Hasta el traspaso, esta compañía formaba parte del grupo de empresas que tiene Ana Botín, Pérgamo Inversiones. Este holding volvió a ser rentable el año pasado al ganar 26,1 millones frente al agujero registrado en 2022 de 1,4 millones. La presidenta del Santander logró así recuperar su patrimonial tras dos años de ajustes y saneamientos. En noviembre y diciembre de 2022, redujo el capital social para evitar su liquidación y equilibrar el patrimonio. La primera operación ascendió a 20 millones de euros, mientras que la segunda, a 2,3 millones. Tras ello, los fondos se limitaron a apenas 9.000 euros, cantidad que se mantiene.
El hijo mayor de Botín está tomando posiciones dentro de la familia para asumir algunas partes de la actividad familiar. Además, desde hace casi un año forma parte del consejo de administración de una de las filiales del Santander, la mexicana, en calidad de suplente, siendo este su primer cargo dentro del banco.