Correos prepara el banco público pese a que el uso de sus cajeros desciende y es «marginal»
La utilización de la retirada de efectivo en sus oficinas en pueblos sin sucursal bancaria se reduce al 1%
Correos está decidido a lanzar una especie de banco público el próximo año con el fin de mejorar su oferta de servicios financieros en el mundo rural, pese a que el uso de sus cajeros es muy residual y presenta caídas. Su utilización, según un informe del Banco de España al que ha accedido THE OBJECTIVE, es «marginal».
El documento del supervisor refleja que Correos Cash, que ofrece la retirada de dinero en sus oficinas y que los carteros lleven el efectivo a domicilio, apenas cuenta con penetración en el mercado, al igual que otras alternativas existentes, como la posibilidad de conseguir metálico en gasolineras o supermercados cuando se realiza la compra. La compañía estatal postal, además, cuenta con cajeros propios, que empezó a instalar en 2021.
El Banco de España indica que conocimiento por parte de la población de este servicio financiero de Correos es bajo. Solo el 29% de los ciudadanos a nivel nacional sabe que existe, aunque ha crecido en el último año. Pero el porcentaje es incluso menor, del 25%, en las localidades en las que no existe una sucursal bancaria y donde esta opción podría tener una mejor acogida.
El organismo que gobierna José Luis Escrivá indica que el uso es de un 1% en los municipios sin sucursal de una entidad y de un 2% en el resto, en el muestreo realizado sobre Correos Cash en 2023. En 2022, estas cifras eran de un 2% en ambos casos, con una media del 1,7% en total. En cuanto al envío de efectivo a domicilio, ni siquiera cuenta con adeptos en los pueblos que no tienen ni una oficina bancaria, ya que su utilización es del 0%. La institución apunta a una mayor predisposición para utilizarlo en el futuro, al considerar que hasta un 19% de los ciudadanos serían partidarios de sacar dinero en metálico por alguna de estas vías.
El presidente de la empresa postal, Pedro Saura, anunció en una entrevista en Expansión la intención de recuperar la licencia de la antigua Caja Postal de Ahorros para ofrecer servicios bancarios y operar como entidad de dinero electrónico, una figura que limita sus actividades, y que en 2025 iba a pedir la autorización al Banco de España. Por el momento, no se han ofrecido más detalles del plan, pero las entidades temen que sea mucho más ambicioso de lo explicado hasta ahora.
La Caja Postal de Correos fue una potente entidad, pero ruinosa, que estuvo bajo el paraguas del Estado desde su nacimiento, en 1906, hasta 1999, aunque en la última etapa formó parte de Argentaria, un grupo que se fusionó con el antiguo Bilbao Vizcaya, hoy BBVA. Se da la circunstancia que el Gobierno pone de nuevo sobre la mesa la idea de lanzar una especie de banco público en un momento en que el conglomerado vasco intenta hacerse con el control del Sabadell, una operación que el Ejecutivo rechaza por las consecuencias que podría tener en la competencia y la exclusión financiera en el mundo rural.
Correos, tras la pandemia y después de los últimos ajustes de sucursales de los bancos, ha regresado al mundo financiero, pero siempre como socio colaborador. Ha llegado a acuerdos con distintas entidades para llevar el efectivo a los pueblos sin oficinas, principalmente, y ha desplegado una cuenta prepago. También comercializa seguros de compañías privadas. Ahora, la intención es ampliar esta actividad para, según Saura, tapar el agujero de la compañía postal y que sea rentable.
La empresa pública ha llevado a cabo una serie de acuerdos con bancos a nivel particular y con las patronales AEB y CECA. El último se alcanzó con el Sabadell hace unos días. Entre las razones que aportan los ciudadanos al Banco de España para no usar Correos Cash destaca el hecho de que no lo hacen porque cuentan con otros medios para retirar dinero en efectivo.
Los pagos con dinero contante y sonante siguen siendo prioritarios para los españoles, a pesar del auge del móvil y la tarjeta. El 57% abona sus compras principales diarias con metálico, aunque este porcentaje ha bajado en comparación con 2023. El 30% lo hace con tarjetas, mientras que el 11% lo hace con los monederos incrustados en los teléfonos móviles.