BBVA perfila el ERE por la opa del Sabadell: despidos sin prejubilaciones en 18 meses
El presidente del banco esboza a los sindicatos los primeros detalles del ajuste de personal que pondrá en marcha

El presidente y el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres y Onur Genç | Europa Press
BBVA está perfilando el expediente de regulación de empleo (ERE) que pondrá en marcha tras la oferta pública de adquisición de acciones (opa) lanzada sobre el Sabadell con carácter hostil, en caso de que esta triunfe una vez reciba todas las autorizaciones pertinentes.
Aunque todavía quedan meses para que el periodo termine, y mucho más para que se ejecute una fusión de ambas entidades, el grupo vasco ya está avanzando en cómo se conseguirán los ahorros de costes comprometidos con los inversores. Unas sinergias que podrían variar en función de si la integración se materializará justo después de la toma de control o varios años después.
En una reunión reciente con los representantes sindicales, el presidente Carlos Torres, ofreció algunos detalles sobre este plan de ajuste. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la intención de BBVA es llevar a cabo un ERE sin prejubilaciones. Es decir, que todo el recorte se ejecutará a través de despidos. El recorte, de acuerdo con las fuentes consultadas por este periódico, indican que la idea es que se pueda cerrar en un periodo de 18 meses. Fuentes oficiales de la entidad no quisieron hacer comentarios al respecto.
Las prejubilaciones son mucho más costosas que los despidos, por lo que BBVA pretende tener margen de maniobra para lograr los 850 millones de ahorros de costes prometidos en mayo, cuando lanzó la opa sobre el Sabadell.
Ante las reticencias del Gobierno a aprobar la fusión, el grupo vasco rebajó sustancialmente los cierres de sucursales a unas 300, con el fin de atraer a sus intereses al Ejecutivo central, que tendrá que autorizar la fusión y que, previsiblemente, intervendrá en el proceso de análisis que tiene abierto la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para ampliar o revisar los compromisos asumidos para recibir la bendición a la oferta de adquisición.
Por ahora, el banco no ha dado ninguna cifra oficial sobre los empleados que se verían afectados por el ERE, aunque desde un principio las fuentes conocedoras del proyecto cuantificaban el ajuste en unas 5.000 personas. El Sabadell da por hecho que el número de afectados superará al menos las 4.000 para que las sinergias puedan producirse.
Es probable que BBVA tenga que reducir estas bajas, que en todo caso serían de adhesión voluntaria, para lograr que el Gobierno no complique demasiado ni la opa ni la posterior integración. De ahí que en el diseño del ERE no incluya prejubilaciones, que son más costosas, ya que cuanto menor sea el recorte de personal, menores serán los ahorros, vitales para que la compra del Sabadell sea rentable.
BBVA lanzó en 2021 su último ERE que, tras el acuerdo con los sindicatos, implicó 2.725 salidas a través de despidos y prejubilaciones para los trabajadores mayores de 55 años. Además, el ajuste incluyó 210 excedencias voluntarias. El pacto supuso 1.000 bajas menos de las planteadas inicialmente por la entidad que, por entonces, perseguía rebajar los costes por las consecuencias de la pandemia. Otros grupos financieros también iniciaron ajustes de la misma naturaleza.
La reunión en la que Torres esbozó estos puntos sobre el plan de ajuste por la opa al Sabadell se produjo a finales de febrero. En ella, el presidente del banco se mostró optimista sobre el proceso, tal y como señala en público en todas las ocasiones. En la cita, confió en que la CNMC apruebe la operación a finales de marzo, aunque posteriormente se espera que el Gobierno pueda ampliar o suavizar los requerimientos. El organismo supervisor amplió el periodo de análisis en noviembre ante los riesgos que podría suponer para la competencia, especialmente en el negocio de pymes.
Haya o no haya fusión, una vez termine con éxito la opa BBVA ha indicado que espera obtener las mismas sinergias, porque considera que los ahorros fundamentales vienen derivados de la gestión de la tecnología y las fuertes inversiones que hay que hacer en esta materia. El Sabadell, por contra, no ve que esto pueda suceder y ha reclamado de manera insistente que aclare cómo va a conseguir los ahorros estimados si no se materializa una integración. Una transacción, eso sí, que aún está en estudio por parte de la cúpula del grupo vasco, que ha vinculado su ejecución al efecto que pueda tener el impuesto extraordinario al sector, y no solo a la aprobación por parte de La Moncloa.