Código 78 del carné de conducir, por qué no gusta a nadie y quieren eliminarlo

Los nuevos tiempos traen los nuevos coches y estos están cambiando las pautas a la hora de sacarse el carné de conducir. Entre esas medidas más actuales encontramos el denominado código 78, que en España no gusta ni a los aspirantes ni a las autoescuelas. Y es que en la actualidad, los que se examinan a bordo de un vehículo eléctrico o automático, si aprueban obtienen un permiso que no faculta para conducir un coche con marchas. Para poder conducir legalmente automóviles de transmisión manual deben examinarse de nuevo en uno de ellos y vuelta a empezar, con el consiguiente engorro, desplazamientos, más pruebas a superar y gastos.

Esa es la gran pega del código 78 en nuestro país, no en otros. La Dirección General de Tráfico establece pruebas diferentes que en el caso de ser las de vehículos de transmisión automática no permitirán pilotar uno manual. Este tipo de exámenes de la DGT se pensó para acometer una nueva realidad en la automoción y favorecer los coches eléctricos. Por eso se han incrementado, aunque los aspirantes reniegan de ese carné por su falta de practicidad y también las autoescuelas, para las que no resulta atractivo contar en sus flotas con coches eléctricos o híbridos, que son todos automáticos, puesto que solo habilitan a conducir determinados coches, mientras que si te examinas con un automóvil manual será una sola vez y podrás conducir también vehículos automáticos.

En Europa es diferente

Algo falla en el sistema español cuando en otros países de Europa no tienen este problema. De hecho, este código 78 parece ir en contra del fomento de los eléctricos que, aunque despiertan interés en España, nuestro país sigue a la cola de Europa en la compra de estos coches, también porque las ayudas no lo son tanto. En países de nuestro entorno como Francia, Alemania o Suiza sacarse el carné para coches automáticos es el primer paso para conseguir luego otro que habilita para conducir cualquier coche, ya que una vez obtenido el primero solo será necesario volver a la autoescuela para recibir un curso sobre coches manuales, pero no examinarse otra vez, lo cual sí parece agradar a la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE).

Esa pauta de aplicación del 78 en otros lugares de Europa ha provocado que aumenten las ventas de eléctricos e híbridos, mientras que en España el sector no solo no termina de arrancar, sino que la medida parece ir claramente en contra del fomento de los coches no manuales. Las autoescuelas quieren acabar con ese código 78, pero tampoco les convencen las subvenciones de la administración para la compra de eléctricos, a los que luego dan menos salida. Lo cierto es que las autoescuelas no hallan alicientes para adquirir eléctricos, híbridos e híbridos enchufables ni siquiera a pesar de las subvenciones.

Multas de 500 euros

Por todas estas razones, la DGT busca fórmulas que enmienden la situación y la que parece tomar más forma es que definitivamente quienes aprueben en un coche automático puedan conducir después legalmente también uno manual sin tener que hacer otro examen. La DGT quiere seguir promocionando los coches eléctricos y ha topado con el escollo de la aplicación del código 78, que igualmente entra en conflicto con el carné tradicional, puesto que tampoco muestra la manera de actuar en uno automático. Siempre fue así, sobre todo porque los manuales abundaban y aún abundan más que el resto, pero si se quiere incentivar la compra de eléctricos, está claro que esto no funciona. Las escuelas de conducción creen que a Tráfico le toca mover ficha y la DGT sigue barajando una solución, ya que pretendía que el primer contacto de un conductor novel con un coche fuera a través de un coche eléctrico, y por lo tanto automático, pero el actual sistema sigue incentivando examinarse con un coche manual cuando se pretendía lo contrario.

El código 78 es una condición de la Unión Europea que ya figura en el reverso de los nuevos carnés, donde de incluyen unas claves numéricas que delatan las limitaciones del conductor, pero Europa lo aplica con más lógica que España. No supone un avance que las nuevas generaciones tengan que hacer dos pruebas para poder conducir cualquier coche y pagar el doble por examinarse dos veces, sobre todo cuando no ocurre en el resto del Continente, donde sí le están sacando partido a la medida. Además, conducir un coche manual con carné de eléctrico puede conllevar sanciones de hasta 500 euros y la inmovilización del vehículo, algo inviable en Francia o Alemania. La Confederación Nacional de Autoescuelas no ve ni practicidad ni fomento de los eléctricos en el código 78 y propone su eliminación para acabar con sus efectos negativos, así como «atenuar futuras crisis energéticas». La pelota está en el tejado de la DGT, que aunque se muestra favorable a tomar medidas, sigue sin concretarlas y ponerles fecha.