Lista de las frutas que más han subido de precio con la inflación en España
La sandía es de las frutas que más ha incrementado su precio, subiendo un 18,7% con respecto al año anterior
La inflación ha sido una constante en España durante las últimas semanas. Esta tendencia al alza de los precios ha provocado una reducción de las cantidades que compran los españoles en los supermercados, y ha condicionado cada vez más su cesta de la compra.
Según aseguraron fuentes de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a EFE Agro, hasta un 62% de la población «ya ha modificado sus hábitos de compra, adaptándolos a su renta». Uno de los productos cuyo precio más aumentado, y por tanto, más ha disminuido su consumo, es la fruta.
Según datos de la consultora IRI, ya en abril de este año el precio de la fruta había subido un 10,3%. Y ahora, con la llegada del verano y el calor, frutas como la sandía o el melón suelen ser muy demandadas. Sin embargo, la primera se encuentra ahora dentro del grupo que más se ha encarecido.
La que es una de las frutas por excelencia del verano ha aumentado su precio hasta un 18,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior. El melón, por otra parte, ha subido su precio un 3,2% con respecto al año 2021.
Otra de las frutas más consumidas durante el verano es el melocotón. Este también ha visto encarecido su precio con respecto al pasado año, llegando a costar 95,20 céntimos/kg en la semana 23. Esto supone casi 25 céntimos más que por las mismas fechas en 2021.
La nectarina blanca también ha alcanzado ya los 95,29 céntimos/kg, y la ciruela los 64,35 céntimos/kg. Estos nuevos incrementos semanales en los volúmenes cosechados “favorecen los retrocesos en las cotizaciones de ambas posiciones comerciales», según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Pero la fruta no es lo único que se ha visto afectado por la inflación. Esta afecta a los precios de todos los productos, por lo que el consumo de carne, pescado y verdura también ha disminuido. Esto, a su vez, ha llevado a muchos de los consumidores a modificar sus hábitos de alimentación, ya que incluso lo que antes era algo básico del día a día ahora tiene un precio demasiado elevado. Es más, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), solo en el mes de marzo los precios subieron un 9,8%.
Controlar la subida de los precios mediante un pacto de la renta
Ante la continua escalada de la inflación y la perspectiva de que se mantenga, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha apostado por llevar a cabo un «gran pacto de rentas». Con este busca disminuir el impacto de la guerra en Ucrania, cuya principal consecuencia está siendo precisamente la subida de los precios.
No obstante, el líder del Ejecutivo ha asegurado que, incluso con estas medidas, la inflación permanecerá: “Voy a ser franco. Las medidas que hemos adoptado y las que podamos adoptar en el futuro en el seno de la UE y la OTAN van a tener un coste y van a exigir sacrificios».
Este «pacto de rentas» implica que tanto empresas como trabajadores se pongan de acuerdo y tengan que hacer «sacrificios». Estos se traducen tanto en los «costes salariales», es decir, que haya un menor incremento en los sueldos, como en la «moderación de los márgenes y beneficios de las empresas».
El objetivo de estas medidas es evitar «una espiral inflacionaria, que mine el poder de compra de las familias, de los ahorradores y que ponga el riesgo en la recuperación económica». Sin embargo, es imposible predecir cuáles son realmente los riesgos a los que hace frente la economía española si continúa la guerra de Ucrania.
De mantenerse la subida de los precios, podría provocar desde una pérdida de poder adquisitivo, hasta un aumento descontrolado del gasto público y del endeudamiento, o el deterioro de la competitividad de las empresas en el exterior, la escasez de productos y cortes de suministros.