Frutas y hortalizas de proximidad, una apuesta imprescindible que necesitan los hogares
La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir 5 raciones de frutas y hortalizas por persona al día
En un mundo que avanza hacia la sostenibilidad y el bienestar social, el comercio de proximidad de frutas y hortalizas emerge como una herramienta esencial. Esta práctica no solo promueve una alimentación más saludable, sino que también fortalece las economías locales, reduce la huella ecológica y contribuye a enfrentar retos como la obesidad infantil o el cambio climático
Llenar la cesta de la compra con productos saludables se hace cada vez más complicado en nuestro país. Frutas y hortalizas frescas, elementos clave para mantener una dieta equilibrada y saludable, no se escapan de esta realidad, que viene amenazando, desde hace más de una década, la salud de la población española.
El Informe del Consumo Alimentario en España en 2023, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, advierte que, con respecto a 2019, el consumo de fruta fresca en los hogares españoles se ha reducido un 12,4%, pero se destina un 16% más del presupuesto medio, como consecuencia del aumento del precio medio por kilo de fruta fresca. La inflación y su impacto en el precio de la cesta de la compra ha provocado que los consumidores hayan cambiado sus hábitos de alimentación, rebajado su volumen de compra de productos frescos, optando por adquirir productos procesados y menos saludables.
Apostar por el comercio de frutas y hortalizas de proximidad, o de «kilómetro cero», producidos dentro del territorio nacional, puede ser una medida que ayude a reducir el coste final para el consumidor.
Un pilar económico, social y sostenible para toda la población
El transporte de frutas y hortalizas es uno de los más estrictos en cuanto a normativa vigente en alimentos perecederos. Existen diversas condiciones obligatorias respecto a transporte, temperatura, higiene o almacenaje, entre otras, con el fin de garantizar la calidad de los alimentos durante todo el proceso. Al optar por la compra de productos de proximidad, se eliminan intermediarios y, por tanto, su precio final de venta será menor, ya que se evitan gastos de transporte y almacenamiento prolongado.
Asimismo, el cultivo de frutas y hortalizas en España genera 280 000 empleos directos, según la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX), impulsando el crecimiento económico de nuestro país. Un ejemplo muy claro es el de las Islas Canarias: el comercio del plátano de Canarias genera más de 9000 empleo directos y 5000 empleos indirectos, desde su cultivo hasta su exportación, generando una masa salarial bruta de más de 186 millones de euros, fruto del trabajo de sus 7300 productores.
Cabe destacar también que la actividad agraria supone la principal fuente de ingresos de muchos municipios españoles. Gracias al cultivo, se consigue impulsar el desarrollo rural, frenar la despoblación y preservar las costumbres y tradiciones locales.
En el ámbito ambiental, uno de los principales beneficios de la agricultura de proximidad es su contribución a la reducción del impacto ecológico. Al no requerir largos transportes, se disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero. Un buen ejemplo de cultivo sostenible es el del plátano de Canarias, único sector agrícola de nuestro país con una certificación de huella de carbono desde su origen hasta su exportación y consumo en la Península, incluyendo la gestión de residuos. En 2022, la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN) recibió el Certificado AENOR de Huella de Carbono de CO2 Calculado. Con él, se pone de manifiesto que su cultivo capta CO2 de la atmósfera con un valor para las islas de -76,26g CO2/kg plátano. Es decir, gracias a su existencia, las islas reducen su huella de carbono, siendo el plátano un “sumidero”, ya que absorbe más CO2 del que genera.
Productos clave para el mantenimiento de una dieta saludable
Escoger productos con Denominación de Origen (DO) o que tengan asignada la Identificación Geográfica Protegida (IGP) supone, además, el apoyo a zonas determinadas y cuyos productores se comprometen a mantener la calidad del producto lo más alta posible. Esta decisión supone asegurar que los productos lleguen a la mesa del consumidor conservando su máxima frescura y que mantengan sus propiedades nutritivas prácticamente intactas.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es clara: consumir 5 raciones entre frutas y hortalizas por persona y día, por su alto contenido en nutrientes, previene enfermedades crónicas como la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, fomentar su consumo ayudaría a reducir la tasa de mortalidad provocada por estas enfermedades, contribuyendo notablemente a la mejora de los índices de salud pública.
Cuestión de urgencia: promocionar hábitos saludables que incluyan el consumo de frutas y hortalizas
La exposición a la publicidad de alimentos y marcas poco saludables normaliza su consumo e influye en las actitudes, expectativas, hábitos de compra y consumo a lo largo de la vida, sobre todo en los niños. Esto provoca un aumento de peso y un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad.
El último estudio sobre Alimentación, Actividad física, Desarrollo infantil y Obesidad que elabora el Ministerio de Consumo, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), revela que el 36,1% de la población infantil en España presenta exceso de peso. La tendencia en los hogares españoles no es mucho más esperanzadora: solo el 33% de los hogares con hijos de hasta 12 años pone en práctica una alimentación equilibrada.
Ante esta alarmante situación, Plátano de Canarias, consciente de la importancia que supone la inversión en publicidad y comunicación para frenar la ‘epidemia del siglo XXI’, impulsa desde 2022 el proyecto PROPER DIET 2022-2024, con la colaboración de la Asociación 5 al Día, financiado por la Unión Europea, con el objetivo de incrementar el reconocimiento, la valoración y el consumo de las frutas y hortalizas especialmente entre los segmentos más jóvenes de la población.
Optar por frutas y hortalizas de proximidad no solo responde a una tendencia, sino a una necesidad real de cuidar nuestra salud y nuestro entorno. Cada pieza de fruta nacional en nuestra cesta representa un apoyo directo a los agricultores, una reducción en el impacto ambiental y una garantía de calidad inigualables. Hoy, más que nunca, el comercio de proximidad se convierte en una herramienta esencial para afrontar los retos de un mundo que busca ser más saludable, sostenible y justo. Elegir comercio de proximidad es, en definitiva, una decisión que beneficia a toda la sociedad.