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Energía

Desvelan que la UE paga 5.000 millones de más a Rusia al no topar el precio del gas

Apuntan a que un límite en el precio no le supondría pérdidas a los rusos, y subrayan el poder de negociación de la UE

Desvelan que la UE paga 5.000 millones de más a Rusia al no topar el precio del gas

El presidente ruso, Vladímir Putin. | EuropaPress

Un nuevo estudio del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés), un think tank energético de origen europeo, lanza un recado a la Unión Europea (UE), justo cuando se discute la decisión sobre prohibir de forma definitiva las compras de gas ruso. En el documento se asegura con diversos datos aportados que, si se le hubiese puesto un tope al precio del GNL (gas natural líquido) que procede de los yacimientos rusos, el país gobernado por Vladímir Putin hubiese recibido un golpe de aproximadamente 5.000 millones de euros anuales.

España, es junto con Bélgica y Francia, los países que más GNL importan desde Rusia. De hecho, la compañía Naturgy tiene un acuerdo con la compañía privada rusa Novatek para comprar el hidrocarburo hasta el año 2041. El centro europeo monitoriza cada semana las compras de gas ruso por parte de todos los países del mundo. En su último informe detalla que, si se le hubiese impuesto un tope al precio del gas (una medida menos severa que la prohibición de sus compras), a nivel mundial Rusia hubiese perdido 10.000 millones en 2023 en todo el mundo y 5.000 millones de euros solo en la UE. «En la Unión Europea habría reducido los ingresos totales de Rusia por exportación de GNL en un 29%», apuntan.

Los investigadores proponen la intervención del precio como alternativa a la prohibición de las compras de gas ruso, conscientes de la todavía cierta dependencia por el hidrocarburo. Un plan que permitiría al mismo tiempo a Rusia a vender sin pérdidas. «Una política de precios máximos del GNL al nivel de 17 euros megavatio hora, que supera el coste medio de producción estimado de Rusia, también serviría como elemento disuasorio para que no redujeran de forma significativa las exportaciones, manteniendo por lo tanto el flujo de estas», apuntan.

Desde el centro creen que Rusia acabaría accediendo por su dependencia de Occidente, el gran cliente de los rusos. «La continua dependencia de los servicios del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), además del resto de países de la Unión Europea, para exportar GNL proporciona a los aliados de Ucrania una influencia significativa para regular los precios del GNL ruso e introducir un límite al precio. Los exportadores rusos de GNL se verían obligados a vender al precio máximo o a una tarifa con descuento», remarca el estudio.

El centro de investigación subraya que al mismo tiempo que se han reducido las compras de combustible fósil de Rusia, ha aumentado la dependencia del gas natural líquido. «En 2021, el 46% de las importaciones de gas fósil de la UE procedieron de Rusia. Sin embargo, desde la invasión de Ucrania, esta proporción ha caído de forma significativa, al 24% en 2022 y al 16% en 2023, en parte debido a interrupciones en el suministro y a las tácticas coercitivas, que también han llevado a la UE a encontrar alternativas al combustible fósil. Un paso crucial para diversificar el suministro, pero que provocó un aumento de las importaciones adicionales de GNL durante la invasión», señalan en su investigación.

Pese al aumento de las importaciones de gas ruso, los investigadores quieren dejar claro que la UE ya no depende como antes del gas natural líquido procedente de Rusia. «Las importaciones de GNL ruso representaron el 5% del consumo de gas de la UE, lo que demuestra la relativamente baja dependencia del bloque del mismo. Rusia, sin embargo, depende en gran medida del mercado de la UE, que fue el destino de la mitad de todas sus exportaciones de GNL en 2023″.

Por último, señalan que una parte del GNL ruso importado a la UE se coló por el sistema de gas y fue transbordado a otros destinos globales. «Si bien la mayor parte del gas transbordado no entró en el sistema gasista de la UE, permitió el acceso de Rusia a los mercados globales, particularmente en la región de Asia y el Pacífico».

El centro CREA se define como «una organización de investigación independiente centrada en desvelar las tendencias, causas e impactos sobre la salud, así como las soluciones a la contaminación atmosférica». Defienden que «la contaminación procedente de la quema de combustibles fósiles son responsables de al menos tres millones de muertes al año por contaminación atmosférica». Pero apuntan a que «los rápidos avances en tecnologías energéticas modernas y limpias son una oportunidad clave para mejorar la calidad del aire y proteger la salud pública».

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