Qatar amenaza con cortar el suministro de gas a la UE por una directiva 'verde' que le perjudica
Amagan además con mover sus inversiones a otros países y señalan que el gran perjudicado será el consumidor
El ministro de Energía de Qatar y presidente y CEO del gigante energético estatal QatarEnergy, Saad Sherida al-Kaabi, lanzó hace unos días durante un foro en Doha una amenaza que ha pasado inadvertida. Una de las principales autoridades del país ponía en jaque las exportaciones de GNL (gas natural líquido) hacia la Unión Europea (UE). «Mi mensaje a Europa es que estamos entendiendo que no quieren nuestro GNL. Porque no voy a suministrar GNL a la Unión Europea para satisfacer sus necesidades energéticas y luego ser penalizados con el 5% de nuestros ingresos totales en el mundo», señaló.
El 25 de julio de 2024 entró en vigor la directiva sobre diligencia debida en materia de sostenibilidad de las empresas (conocida también como CS3D). Es precisamente a esta norma a la que Al-Kaabi hace referencia. Según la Comisión Europea, el objetivo de esta directiva es «fomentar un comportamiento empresarial sostenible y responsable en las operaciones de las empresas y en toda su cadena de valor mundial». Afecta solo a las grandes empresas europeas y extranjeras.
Desde Qatar tachan la medida de «ridícula» y aseguran que el perjudicado último es «el consumidor» porque ellos tendrán que trasladar el nuevo coste. Por otro lado, subrayan que esta norma afecta a «cualquier compañía que opere en Europa y genere 450 millones, o venda a Europa y obtenga esa facturación, como puede ser Qatar Energy, Exxon, Shell o cualquier otra empresa que no sea de gas y petróleo».
Mover inversiones
Para ello, Al-Kaabi explicó los tres requisitos que exigen desde la UE. «El primero es cumplir con los Acuerdos de París, por lo que la empresa debe tener cero emisiones netas. Después, tener un equipo, de unas mil personas en nuestro caso, que analice todas las filiales, los proveedores y subcontratas de todo el mundo, para ver si cumplen con los derechos de los trabajadores. Por último, nos hace responsables de todos los niveles de emisión de CO2. Pero lo más chocante es que la multa por incumplir uno de estos requisitos puede ser del 5% del total de los ingresos que generas en todo el mundo. Es decir, un sinsentido».
«Qatar Investment Authority (QIA), y cualquier fondo soberano del mundo, analizará (estiman que en 2027) aquellas compañías que tiene o aquellas que están mirando para comprar, y si estas serán castigadas con ese 5% que impone la UE. En ese caso, deberemos poner la inversión fuera de la UE o directamente no debemos invertir ahí y buscar otra empresa en otro país. Creo que lo que está haciendo la UE es muy sorprendente», sentenció el ministro de Energía.
España y el gas catarí
España cuenta con varios países insignia a los que compra gas y uno de ellos es Qatar. Esto se debe al gran sistema de regasificadoras que permite traer metaneros a su territorio. Una estructura energética, muy similar a la de Italia, que le ha permitido lograr cierta autonomía de los imprevistos geopolíticos con respecto a esta tecnología. No obstante, esta amenaza catarí podría tener cierto impacto en el suministro español, ya que es nuestro séptimo máximo suministrador en lo que va de año.
Por otro lado, si atendemos a los últimos datos de Enagás, observaremos que el pasado mes de noviembre llegaron 1.726 gigavatios hora procedentes de Qatar. O lo que es lo mismo, el 5,8% del total de la cuota de gas importado durante ese mes, situándose solo por detrás de Nigeria, Estados Unidos, Rusia y Argelia.
Este país se comprometió, durante una visita oficial del emir Al Thani a mediados del año 2022, a enviar gas natural líquido a España. Sin embargo, si comparamos el año de la promesa (en el que se importaron 14.473 gigavatios hora) con los dos años posteriores, observaremos que apenas se ha cumplido. En 2023 se compró gas catarí por valor de 14.169 gigavatios hora, mientras que este año -desde enero hasta noviembre- se han importado 9.535 gigavatios hora.
Temor a la subida del gas
Esta declaración de los cataríes llega en un momento en el que existen dudas razonadas sobre si el precio de esta tecnología clave para la transición energética subirá. Los operadores de mercado ya han mostrado sus dudas sobre una posible subida del precio del gas en 2025. Y una de las principales causas puede ser el inminente cierre del gasoducto ruso que atraviesa Ucrania hasta llegar al corazón de Europa. Un tubo que transporta «en torno al 8% y 10% de la demanda de gas de la Unión Europea».
El próximo 31 de diciembre expira el contrato de gas entre dos países que siguen hoy bombardeándose. De esta forma, se pondrá fin al penúltimo gasoducto activo que une Rusia con la UE después de las explosiones en el Nord Stream 2 (que conectaba a través del mar Rusia con Alemania) y el oleoducto bielorruso Druzhba («que se encuentra parado sin saber el porqué»). El único que continúa activo bombeando gas es el turco Turkstream.