El Supremo afirma que la Manada celebró como “un triunfo” lo que fue “una violación múltiple”

El Tribunal Supremo ha reprochado a los cinco miembros de la Manada que celebraran como “un triunfo” al que querían “dar proyección” lo que en realidad fue una “violación múltiple” que “buscaron expresamente” y en la que “la víctima sufrió” durante todo el tiempo. Además, denuncia que ha habido una «revictimización» de la joven durante todo el proceso judicial, en el que fue «objeto de seguimientos por detectives privados» y llegó a pensar que «cualquier persona» le podría identificar a raíz de los vídeos grabados por los condenados.

El alto tribunal considera que la Manada actuó “con pleno conocimiento” de que los hechos atentaban contra la libertad sexual de la víctima y “sin que en ningún momento esta prestara su consentimiento y sin que fuera necesaria una actitud heroica de la misma para que los acusados tuvieran conocimiento de su negativa”.

«No existió consentimiento alguno por parte de la víctima, creándose una intimidación que se desprende sin género de dudas del terrible relato de hechos probados, del que deriva una obvia coerción de la voluntad de la víctima, que quedó totalmente anulada para poder actuar en defensa del bien jurídico atacado, su libertad sexual», añade la sentencia, hecha pública este viernes y cuyo fallo se adelantó hace dos semanas. Esta sentencia revocó las dos anteriores resoluciones, que condenaban a los acusados a nueve años de prisión por abuso sexual, y eleva la pena a 15 años de cárcel por un delito de agresión sexual.

La sala considera que los condenados ejercieron un “exceso de intimidación” y señala que cometieron “al menos diez agresiones sexuales”, además de grabar y sacar fotos a la víctima en una situación que le fue “impuesta” y de la que se desprende “una clara denigración como mujer”.

Por eso, los magistrados consideran que fue una agresión sexual múltiple y no un abuso, como determinarlo la Audiencia Provincial de Pamplona y el Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Entre sus argumentos se encuentra que la víctima fue llevada a un lugar «recóndito, buscado a propósito» y que la joven se encontraba «agobiada, impresionada, sin capacidad de reacción, sintiendo en todo momento un intenso agobio y desasosiego que le produjo estupor, haciendo todo lo que los acusados le decían que hiciera», así como que los cinco miembros de la Manada sabían «que estaba sola y embriagada».

José Ángel Prenda, Alfonso Jesús Cabezuelo, Ángel Boza, Antonio Manuel Guerrero y Jesús Escudero están en prisión desde el 21 de junio, cuando fueron detenidos por orden de la Audiencia de Navarra, que emitió una orden de busca y captura inmediata por riesgo de fuga después de que el Tribunal Supremo anunciara la elevación de la condena a 15 años de prisión.