The Objective
Ricardo Dudda

La cultura fan ha matado a la crítica

«Prevalece una lógica por la cual, si algo no te gusta, ¡pues no lo leas! La involucración con una obra solo puede hacerse desde el entusiasmo acrítico»

Al mismo tiempo
La cultura fan ha matado a la crítica

El escritor David Uclés. | A. Pérez Meca (EP)

Hace unas semanas, un usuario de X se dedicó a leer La península de las casas vacías, el bestseller de David Uclés. A juzgar por los pantallazos que fue compartiendo en su perfil, parece que el libro ha sido más comprado que leído. Solo puedo juzgar esos fragmentos, decenas, porque no he leído el libro, pero muy bueno tiene que ser lo que omitió el anónimo tuitero para salvar la obra completa. Parece desganado, perezoso, amateur, con fragmentos wikipédicos sobre la Guerra Civil y otros de un realismo mágico entre pocho y escolar.

Es verdad que no hace falta que te lean para vender mucho. Un libro superventas es, sobre todo, un objeto de estatus, incluso aquellos buenos. Uclés aparece en tertulias progresistas, lo alaban los gurúes boomer del oficialismo, entonces muchos de sus lectores lo compran por asociación: habla con voz bajita sobre, ay, qué horror la guerra, y le ha gustado a Iñaki Gabilondo. Queda, entonces, muy bien como atrezzo en la mesa del café.

Como resultado de la pequeña tormenta tuitera en torno a su libro, tormenta que se produce un año y medio después de su publicación, y un año y medio después del amplísimo consenso crítico favorable a su alrededor, Uclés se ha marchado de Twitter como respuesta al «odio». No le ha bastado con los récords de venta, el establishment cultural rendido a sus pies y los cientos de miles de euros.

Aquí el verdadero problema no es literario. Novelas malas ha habido siempre. El problema es de prevaricación cultural. Si ha habido reseñas negativas de Uclés, no han trascendido. Solo las he visto en Goodreads o en X. Y en esta última red social es donde un tipo educado y culto se ha dedicado simplemente a comentar en directo su lectura. No ha descalificado al autor, e incluso ante la reacción tan airada de Uclés, ha borrado sus tuits. Si el libro, por lo que tengo entendido, es narcisista, el autor lo es también.

«Siempre ha habido malos libros, mala música, malas películas. Pero ahora parece que quedan más impunes»

La cultura fan ha sustituido a la crítica. Prevalece una lógica por la cual, si algo no te gusta, ¡pues no lo leas! La involucración con una obra artística solo puede hacerse desde el entusiasmo acrítico. Lo contrario se recibe con estupor. Basta con atreverse a cuestionar, ni siquiera a criticar mucho, a Taylor Swift, a Rosalía, a cualquier artista k-pop (por pensar en fenómenos muy de fans acérrimos) para recibir una reprimenda virtual (y no tan virtual).

Entiendo que a veces resulta alienante que algo que a ti te fascina repugne, o simplemente no guste, a otros. Es como si estuvieras muerto de calor y te viniera alguien tiritando a decirte que hace un frío tremendo. Me pasa constantemente con amigos. Pero así es la vida en el pluralismo. Fenómenos como el de Uclés o como el reciente de Rosalía (hay un abismo entre ambos, Rosalía es una gran artista, pero el entusiasmo con ella roza el esperpento, hay gente que considera que ha reinventado la música) demuestran que la cultura pop se ha infantilizado. Siempre ha habido malos libros, mala música, malas películas. Pero ahora parece que quedan más impunes.

Publicidad