Cinco culos berlineses

Hubo un tiempo en que andar desnudos en público constituía un delito. Hoy, ni siquiera supone una provocación. Son simplemente personas carentes de dignidad.

Me parece muy bien la protesta sobre el abuso de los animales. Aunque mejor sería “el abuso contra los animales”. Supongo que en alemán lo dejarán claro. Pero tengo algunas objeciones, más que nada estéticas.

El espectáculo navideño que nos ofrecen los cinco culos berlineses no resulta particularmente atractivo. Las esmirriadas posaderas (es de suponer que corresponden a tres mujeres y dos varones) resultan vulgares. Los protestantes esconden sus partes pudendas tras la pancarta y van bien calzados. Me parece un desnudo un tanto artificioso.

El uso de pieles de animales para vestir es lo menos cruento que se puede pensar en el trato con nuestros parientes mamíferos. Es lo mismo que utilizar el cuero de las vacas para el calzado, los bolsos y los cinturones. Mucho mayor abuso es destinar tantos recursos a engordar y regalar a millones de animales domésticos; y lo toleramos. ¿Por qué no aceptar que el hombre vive en simbiosis con la naturaleza? La especie humana no habría llegado hasta aquí si no hubiera comido carne y no se hubiera vestido con pieles de animales. El cuerpo humano en pelota no podría haber superado la latitud de los trópicos.

Supongo que los cinco alegres berlineses de la protesta presumirán de vegetarianos, no vaya a ser que embaular salchichas constituya otro abuso. Habrá que contentarse con la col agria. Pero, ¿y las plantas? También tendrían derecho a no ser deglutidas por los homines sapientes. El absurdo razonamiento nos conduciría a tener que alimentarnos exclusivamente con los productos químicos de la Bayer.

Hubo un tiempo en que andar desnudos en público constituía un delito. Hoy, ni siquiera supone una provocación. Son simplemente personas carentes de dignidad. Se proponen llamar la atención cuando no pueden hacerlo de otra forma. Las Navidades laicas les favorecen.