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Carme Barcelo

Imputados reputados

Me llama poderosamente la atención que la habitual e injusta lentitud de la justicia de este país se torne una carrera para batir el récord de velocidad en todo aquello que tiene que ver con el club azulgrana.

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Imputados reputados

Me llama poderosamente la atención que la habitual e injusta lentitud de la justicia de este país se torne una carrera para batir el récord de velocidad en todo aquello que tiene que ver con el club azulgrana.

Un socio del Barça y otro del Real Madrid caminan de la mano en busca de la verdad. Podría ser una frase perdida en un tango pero se acerca más al título del primer libro de Sandro Rosell, «Bienvenido al mundo real». El fichaje de Neymar lleva camino de llevarse por delante a una velocidad supersónica a algo y a alguien más además de al ya ex presidente del F.C. Barcelona. Me llama poderosamente la atención que la habitual e injusta lentitud de la justicia de este país se torne una carrera para batir el récord de velocidad en todo aquello que tiene que ver con el club azulgrana. Le pegan la etiqueta «urgente 24h» para que llegue rapidito a destino. Curioso. La justicia no deportiva española ha puesto el dedo en la llaga y al cuello, la daga, a esta entidad. Messi y Hacienda. Rosell y sus supuestos negocios fraudulentos en Brasil. El padre de Messi y su supuesta vinculación en blanqueos de dinero. El padre de Neymar y los números de más y de menos del fichaje de su hijo. El juez Ruz (socio del Real Madrid) imputa al Barça. Jordi Cases (socio del Barça) se querella contra su propio club y contra todo lo que se le ponga por delante. Todo a la velocidad del sonido. Cortito, rapidito y al pie. Parece que el resto de los clubs -que entre todos deben 600 millones a Hacienda, por ejemplo- sean hermanitas de la caridad y suden agua bendita. El F.C. Barcelona ha ido trampeando lo no deportivo con una tranquilidad que ha desarmado a la capital, a sus entornos y a los poderes fácticos. Esperaban una crisis institucional, le pusieron la cuarta velocidad al ventilador de porquería y se encontraron con una transición tranquila y bien llevada por parte de Bartomeu. Y lo que es peor: el equipo seguía funcionando. Capeaba el temporal de los imputados con su reputación como profesionales altamente cualificados. El excelente resultado en la eliminatoria de Champions ante el Manchester City también fue opacado, una vez más, por las supuestas ayudas arbitrales. Y días antes, un 6-0 al Rayo Vallecano se reescribe repitiendo hasta la saciedad el bailecito de Alves y Neymar. Suma… y siguen.

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