La Cumbre, Obama y el son

Este es un club tan dispar que reúne desde el país más rico y poderoso del mundo (EE UU) hasta uno de los más pobres (Haití) pasando por los tres con más asesinatos por cada 100.000 habitantes (El Salvador, Honduras y Venezuela) y uno de los de mayor calidad de vida (Canadá).

No sabemos si estaba entrando o saliendo del Air Force One, en el trance de protagonizar la VII Cumbre de las Américas en Panamá. Será la última de su mandato de cuatro años en los que está acelerando a fondo para intentar completar lo que no hizo en los seis años anteriores.

Estas cumbres suelen ser un desfile de retórica, cantos de cooperación, promesas de inversiones y debates estériles. Quedará para la posteridad americana alguna foto de los 36 jefes de Estado y de Gobierno –o sus enviados, como en el caso de Chile-.

Este es un club tan dispar que reúne desde el país más rico y poderoso del mundo (EE UU) hasta uno de los más pobres (Haití) pasando por los tres con más asesinatos por cada 100.000 habitantes (El Salvador, Honduras y Venezuela) y uno de los de mayor calidad de vida (Canadá).

Entre bastidores, y con los micrófonos apagados, a veces los presidentes o sus ministros se dicen algunas verdades. Pero casi siempre estas citas son sólo mucho ruido y pocas nueces.

Esta vez está de por medio el morbo del debut de Cuba, gracias a la presión latinoamericana y a los avances de Obama en sus negociaciones secretas con el régimen de los hermanos Castro.

Pero además Venezuela también es una actriz de reparto en la calurosa Panamá.

«No creemos que Venezuela sea una amenaza para Estados Unidos y Estados Unidos no es una amenaza para el Gobierno de Venezuela», escribió Obama en un cuestionario enviado a la agencia EFE, donde también reprochó el silencio regional “por la erosión continua de los derechos humanos» en el país suramericano.

Es que resultaba tan paradójico que el deshielo con Cuba viniera junto con una nueva Guerra Fría de baja intensidad con el gobierno de Nicolás Maduro. Las relaciones diplomáticas entre los dos países han caído a su peor nivel en años, desde que EEUU sancionara seis militares y una civil, señalados como violadores de los derechos humanos y presuntos lavadores de dinero.

Otro Obama, como el reflejo que aparece en la foto del avión, parece estar moviendo sus crucetas, para que la tormenta no se extienda. Envió a Venezuela a su alto consejero del Departamento de Estado, Thomas Shannon, y destacó que la robusta relación económica bilateral suma unos $40.000 millones. También se inclinó por un “diálogo directo” con Venezuela.