THE OBJECTIVE
Pilar Cernuda

La estrategia del engaño

«El dúo Sánchez-Iglesias se ha hecho con las instituciones del Estado y cuando han topado con la Corona no han dudado en recortar sus atribuciones»

Opinión
Comentarios
La estrategia del engaño

Chema Moya | AP

Ojo, que Pablo Iglesias está ganando la batalla y, más ojo todavía, hay que andarse con cuidado porque el presidente del Gobierno ha hecho suya la estrategia del dirigente podemita y no solo ha asumido sus principios, aquellos que estaban marcados con bolígrafo rojo por los socialistas decentes como líneas no traspasables, sino que también ha hecho suya la estrategia del engaño. Aunque ya la tenía bastante aprendida, hay que ver qué cosas decía antes de pactar con Podemos para impedir que se le fueran los votos a chorros si supieran los suyos que estaba decidido a abrazarse a su supuesta bestia negra. No era bestia negra: ya había decidido convertir a Pablo Iglesias en su compañero de cama política en cuanto se celebraran las elecciones.

La estrategia de Pablo Iglesias consiste en desprestigiar todo aquello que se cruza en el camino. Lo hace con la colaboración indispensable del presidente de Gobierno, que no ha dudado ni un segundo en sumarse a ese carro aunque en algunos casos traspase abiertamente lo que marca la Ley y la Constitución. Por ejemplo, cuando Iglesias se marca como objetivo la abolición de la Monarquía para instaurar una república plurinacional. El delito no es declararlo, sino dar los primeros pasos en ese sentido. Y hasta ahora no se ha visto un solo gesto de Sánchez que indique: «Detente, Pablo, no vayas por ahí porque no lo voy a consentir».

El dúo Sánchez-Iglesias se ha hecho con las instituciones del Estado y cuando han topado con la Corona no han dudado en recortar sus atribuciones. No se han saltado la Constitución al no autorizar la presencia del Rey en Barcelona para presidir el acto de entrega de despachos a los nuevos jueces, pero sí han hecho uso de algo que recoge la Constitución –los actos del rey deben ser refrendados por el Gobierno– y que hasta ahora no había transformado en veto ningún Gobierno, ninguno. Agravado el asunto tergiversando una llamada de teléfono del rey al presidente del Consejo General del Poder Judicial para darle las gracias por las palabras que había pronunciado y decirle que le habría gustado acudir a Barcelona, transformándolo Iglesias y Garzón en un intento del Rey de desestabilizar el Gobierno. Falso de toda falsedad. Una mentira más. Ante la que Sánchez asiente al refugiarse en el silencio. Ya se sabe, el que calla otorga. Y Sánchez, el único que podría poner en su sitio a Iglesias, ha salido del armario con ese silencio que demostraba que hace suyas las iniciativas, objetivos ideas y declaraciones de su socio de Gobierno. Sin disimulos.

No estamos ante un Gobierno del PSOE coaligado con Podemos, sino ante un Gobierno de Podemos que ha conseguido sumar a su proyecto a Pedro Sánchez y a su equipo.

Para llorar.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D