THE OBJECTIVE
Félix de Azúa

Buscando ayuda

«Alain Finkielkraut resume con agudeza en ‘Pêcheur de perles’ las más comunes de las imposturas populistas, paternalistas o calumniosas del movimiento zurdo»

La peseta cultural
5 comentarios
Buscando ayuda

Ilustración de Alejandra Svriz.

Un fantasma recorre el mundo, pero ahora no es el comunismo sino la irracionalidad, aunque quizás no sean tan distintos. Desde luego, como en tiempos de Marx, su mayor apoyo está en la izquierda, que ya ni siquiera se llama así, sino «zurda», según han decidido los publicistas del sanchismo para vender camisetas.

Tengo la fortuna de conservar un grupo de unos diez amigos, todos ocupados en tratar de entender esta plaga universal que ha destruido la secular tradición democrática que desde hace doscientos años ataba la política a la inteligencia, incluso en España. Ahora la política va por el sendero empresarial, a imitación de las universidades norteamericanas. No busca el bien común sino el beneficio del partido y de algún espabilado.

Me gustaría compartir una lectura que ayuda en esa senda de investigación. Es de Alain Finkielkraut (AF), se llama Pêcheur de perles («Pescador de perlas», como la ópera homónima) y seguro que lo está traduciendo alguna editorial al español. Es muy útil, lo que es como decir que es muy inteligente.

No explica las razones de esta peste universal, seguramente porque es imposible averiguarlas tan al comienzo, ya que el fantasma no tiene aún ni cincuenta años, pero sí resume con agudeza las más comunes de las imposturas populistas, paternalistas, fascistas o calumniosas del movimiento zurdo.

Las perlas de las que habla el título son citas elegidas por AF capaces de resumir con severidad alguno de los problemas más populares. Así, por ejemplo, en el capítulo sobre la ecología convertida en religión, cita a Semprún: «Cuando el ciudadano ecologista pretende poner la pregunta más inquietante al inquirir: ‘¿Qué mundo vamos a dejar a nuestros niños?’, evita poner otra cuestión realmente inquietante: ¿A qué niños vamos a dejar nuestro mundo?».

«Los niños de nuestro mundo futuro serán, gracias a la zurda, extranjeros en su propio país, vivirán sin patria, sin historia»

Porque ese es el problema. ¿Qué clase de futuros ciudadanos estamos formando, no ya en las escuelas y centros educativos, que han sido sistemáticamente arruinados y okupados, sino en la vida común sometida a la propaganda política? Pongamos un caso, uno que en nuestro país es una salvajada: la destrucción del país histórico, para crear diversos países que ayuden al propietario del Gobierno. Como dice AF, «se aprueba entregar la nación a los enemigos que la quieren destruir». Los niños de nuestro mundo futuro serán, gracias a la zurda, extranjeros en su propio país, vivirán sin patria, sin historia (o con una historia de diez folios) y sin compatriotas, sólo conmilitones. Una situación ideal para la colonización.

O la cada día más resbaladiza relación con el terrorismo. La nueva izquierda populista (que no popular) niega, por ejemplo, que un imam marroquí, condenado a la expulsión de Francia por propaganda antisemita, sea un incitador a la violencia religiosa. En cambio, si esas mismas palabras las dice un miembro de la ultraderecha entonces es, sin lugar a dudas, terrorismo. Y añade AF que esa izquierda clientelista ha inventado un nuevo concepto: el odio virtuoso.

Todos los ámbitos sociales han sido tomados por esa mafia mercantil, incluso los que antes estaban en manos de gente sensata. Otra perla, la de Regis Michel, conservador jefe del Museo del Louvre (!): «El arte de Occidente sólo sabe hablar sobre sexo de un único modo: la violencia. Mejor sería decir la violación. La obsesión sexual del arte occidental es la violación». He aquí el modelo de ejecutivo que censura el arte en los museos con la conciencia perfectamente ufana porque le está haciendo un favor a la pobre gente idiota que los visita.

No voy a seguir. Espero que lo traduzcan pronto y pueda volver sobre asuntos como las cancelaciones, las minorías agraviadas, la descolonización, el sexo contra la biología, la destrucción de la excelencia, o lo guay y lo superguay. Insisto: no hay (aún) explicaciones, razones, causas, porqués, de este fantasma venenoso, lo de echarle la culpa a las redes sociales es muy optimista, pero sí hay, en cambio, uno de los primeros capítulos dedicado a la muerte, a nuestra muerte, que explica muchas cosas.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D