El Papa en concierto
Apareció en el escenario como una auténtica estrella de rock. Reflectores y juego de luces amarillas para la ocasión.
Apareció en el escenario como una auténtica estrella de rock. Reflectores y juego de luces amarillas para la ocasión.
Apareció en el escenario como una auténtica estrella de rock. Reflectores y juego de luces amarillas para la ocasión. Reveló su presencia caminando entre la nube de humo que parecía la quema de incienso en una auténtica ceremonia religiosa. El contraluz ayudó a descubrir al personaje protagonista de la escena. Primero la mitra, gorro de tela con dos picos. Luego una túnica. Y finalmente para coronar la excitación del público presente, la figura iluminada dejó ver la mano derecha abierta y en posición de saludo. Así lo contemplaron en Rock in Río los fanáticos de Ghost BC, la banda de heavy metal que ofreció un concierto hace un par de días en Brasil. El público no paró de gritar ante el insólito invitado.
A miles de kilómetros de distancia yo también pude verlo. Estaba en la primera página de todos los diarios a los que tuve acceso. Sin mitra. Sin incienso. Vestía el alba, túnica blanca, y el solideo, la prenda con la que se tapa la coronilla. Una entrevista concedida a la revista ‘La Civiltá Cattolica’ fue suficiente para lo que considero un lanzamiento al estrellato. Aunque no estaba encima de un escenario tuvo la convicción para cantar unas cuantas cosas a la humanidad que todavía sorprendida, repite cada una de sus palabras en las redes sociales.
Las letras de sus canciones son nuevas. Entonó una crítica para una Iglesia “obsesionada” con el aborto, el matrimonio gay y los anticonceptivos. Aunque no confirmó si lo suyo era la canción protesta, si dejó claro que “jamás ha sido de derechas”.
El de Río de Janeiro era de ficción. El de los titulares de prensa era de verdad. El Papa Francisco impone un nuevo ritmo. Sus declaraciones ponen a bailar a más de uno. A otros por el contrario les aguó la fiesta. Confieso que lo dicho por el Papa es música para mis oídos. El público empieza a gritar y si las cosas siguen por el mismo camino dudo que los fanáticos opten por el silencio.