Rafa Nadal, la marca España
Rafa mantiene su esencia sin que la vanidad forme parte de su curriculum
Rafa mantiene su esencia sin que la vanidad forme parte de su curriculum
Rafa es lo más exportable y mejor que tenemos como marca de “casa”. Y no solo porque lo gana todo sino porque se trata de una hombre con una imagen deportiva y personal impecable. Aún recuerdo como hace cuatro años consolaba a Federer cuando lloraba como un niño chico cuando le gano en el Abierto de Australia. Rafa le agarraba y se contenía para no dar saltos de alegría que hubiera sido lo suyo. El suizo lo habría hecho, pero él, meticuloso con el juego igual que los sentimientos ajenos se tragó lágrimas ajenas.
Me gusta el tenis y disfruto con cualquier partido medianamente bueno aunque no lo disputen grandes figuras, pero ver a Nadal como se mueve, la potencia de la bola, el brazo destructor que teme el enemigo es realmente impresionante. Se mueve en la pista y salta con una agilidad de felino que asusta porque muchas veces esos movimientos han supuesto en su momento un sufrimiento que superaba como podía.
Rafa mantiene su esencia sin que la vanidad forme parte de su curriculum. Su vida doméstica y alternativa sigue siendo la misma. Mantiene amigos, novia, y su familia es el pilar fundamental de su existencia. Tanto es así que la breve separación de sus padres le supuso un bajón en su carrera profesional. En ese momento no se sabía y no se encontraban explicaciones a un imperceptible revés. Después, como siempre hace, dio explicaciones. Me gusta Nadal por todo.